Las sardinas huyen despavoridas de los pez vela. El pez vela puede alcanzar hasta 100 km/h.
EL UNIVERSAL
Las sardinas huyen despavoridas de ellos. Todo intento es en vano, aunque naden de un lado a otro y formen remolinos. Los pez vela están unidos, nada los distrae de su manjar que durante los meses de noviembre a marzo abunda en las aguas de Isla Mujeres. Eres testigo de este ritual de caza. Un visor, unas aletas y un chaleco salvavidas te ayudan para poder ver lo que pasa debajo del agua.
El guía te sujeta de la mano y te ayuda a nadar rápido para no perder de vista al pez más rápido del mundo, alcanza velocidades de hasta 100 km/hr. Así que se debe tener buena condición física.
Estás dentro del agua, el pez vela te identifica y se acerca a ti. Su intención no es lastimarte, no le interesas como presa, eres algo extraño para su vista.
Sin darte cuenta estás rodeado por varios, es momento de examinarlos de cola a pico, en realidad eso es una protuberancia de su mandíbula, pero es su arma para despedazar a las sardinas.
Está prohibido tocarlos. Debes calmar la tentación y dejar que ellos te rosen el cuerpo aprovecha para comparar su tamaño con tu cuerpo. Algunos llegan a mediar hasta dos metros.
Pero el encuentro con el pez vela sigue sorprendiendo cuando aparecen en la escena marina: tortugas, ballenas piloto, delfines y mantarrayas gigantes.
En la superficie también se puede observar a los cormoranes (aves de color café y pico amarillo), peleándose entre sí para pescar los pedacitos de sardina que dejan los pez vela.
Afortunados son los que tienen certificación como buzos. Ellos no se lanzan al mar con guía y les es más fácil observar el momento en que la vela del pez cambia de color. Del plata puede pasar al naranja, al rojo, al rosa, al morado o al azul, ésta es la señal de que van a atacar.
Las embarcaciones que te llevan a observar a estas especies salen en la tienda llamada Sólo Buceo. Uno debe llegar desde las seis de la mañana y haber hecho la reservación con un día de anticipación.
