
Balaceras. Soldados vigilan una calle de Matamoros tras un enfrentamiento. Ezequiel Cárdenas (cuadro) murió en una de las balaceras.
Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, alias "Tony Tormenta", uno de los capos del Cártel del Golfo, murió ayer en una balacera de dos horas con soldados y marinos en las calles de esta ciudad fronteriza.
Tres marinos y cuatroguardaespaldas de Cárdenas también murieron en el enfrentamiento, dijo Alejandro Poiré, vocero del Gobierno Federal para seguridad.
Se reportaron cuatro marinos heridos. El Gobierno Federal reportó las muertes de los tres marinos, Cárdenas y sus cuatro aliados y desmintió versiones de la prensa de Estados Unidos que hablaban de más de 40 muertos.
Cárdenas Guillén, de 48 años, fue abatido tras balaceras en varias partes de Matamoros por la tarde. Según la Secretaría de Marina, murió frente a una casa donde pretendía refugiarse.
"Tony Tormenta" era una de las cabezas del Cártel del Golfo desde 2003 cuando su hermano y entonces jefe de la organización, Osiel Cárdenas Guillén fue detenido. Jorge Eduardo Costilla, "El Coss" es otra de las cabezas del cártel y se encuentra prófugo.
Matamoros vivió un día de pánico ante las balaceras desatadas en al menos siete zonas de la ciudad.
Por seguridad, desde las 5 de la tarde el Gobierno de Estados Unidos cerró tres de los cuatro puentes que conectan Matamoros con Texas.
En uno de los enfrentamientos murió Carlos Alberto Guajardo, reportero del diario Expreso, quien estaba cubriendo una balacera.
Luego de que terminaron los enfrentamientos, la muerte de Cárdenas Guillén fue confirmada, primero por la Marina y luego por el vocero Alejandro Poiré.
Desde principios de año, Cárdenas Guillén peleaba por el control del tráfico de drogas y otros negocios ilícitos en Tamaulipas con Los Zetas, antiguo brazo armado del Cártel del Golfo.
Durante varias semanas el Ejército y la Marina habían intensificado sus operativos en Matamoros.
"Tony Tormenta" fue indiciado por el gobierno de Estados Unidos en 2008 por narcotráfico. Su hermano Osiel había sido extraditado en 2007 y fue condenado en Houston a 25 años de prisión.
El Gobierno de México ofrecía recompensa de 30 millones de pesos por la captura de Cárdenas Guillén y el de Estados Unidos ofrecía cinco millones de dólares.