
Aparte de eliminar el dolor, la terapia kidoc permite a sus pacientes obtener un mayor equilibrio en sus sistemas corporales, recuperar el tono muscular e incluso recobrar la alegría.
Ante las lesiones y molestias en el organismo, el método kidoc surge como una alternativa que a través de la combinación de masajes suaves y profundos, reorienta al cuerpo para que recupere su bienestar integral.
El cuerpo lesionado tiende a acomodarse de tal forma que sus movimientos permitan minimizar el dolor y continuar la vida cotidiana. No obstante lo ideal es que todo se ‘reinstale’ en el sitio que le corresponde y para ello existe una alternativa para eliminar los nudos y torsiones, reajustando la musculatura: el método kidoc. Esta innovadora terapia se encarga de dirigir las fibras musculares mediante masajes suaves para devolver al organismo su estructura, procurando borrar paulatinamente la memoria celular (información almacenada en cada célula) de las áreas en tratamiento. Por otro lado, además de la estructura física, el método da gran importancia a la relación entre mente y cuerpo.
REACOMODO SUAVE
“Lo que distingue al método kidoc de otros tratamientos es que no es agresivo”, afirma su creadora, la terapeuta española Kika Gómez Puertas, y agrega que en él se trabaja el dolor desde la parte física hasta el molde mental, escuchando la vibración de piel, músculos y huesos, integrándolos para alinear correctamente al organismo, con el fin de que alcance un estado de recuperación.
La especialista creó la técnica a raíz de sufrir un accidente en el que casi perdió una pierna, pues luego de someterse a una serie de procedimientos de rehabilitación llegó a la conclusión de que tenía que haber una forma más efectiva para reestablecerse. Así, se dio a la tarea de elaborar un sistema que basa su efectividad en la conexión que existe entre el cuerpo y la mente, para lo cual aplicó sus estudios de anatomía, terapia física y holística. De hecho la palabra kidoc representa la unión de dos elementos fundamentales para entender su esencia: ki, vocablo japonés que simboliza la fuerza vital y comprende una energía dinámica y universal, y doc, que se refierere a la misma orientación corporal.
Así, se trabaja a partir de la premisa de que los órganos están comunicados con el esqueleto, lo que amplía la solución de problemas. Por su naturaleza, el kidoc puede emplearse sin restricciones en personas de cualquier sexo, edad y situación física, e incluso no existen barreras de especie, pues el método ha sido usado con buenos resultados para auxiliar a perros, gatos y hasta una tigresa.
COMO PLASTILINA
El kidoc se puede utilizar para combatir una amplia gama de malestares y enfermedades, desde algunos síntomas crónicos como el estreñimiento, el estrés y el insomnio, o problemas de lumbago, ciática, úlceras y escoliosis, hasta padecimientos severos como el Parkinson o el síndrome de Chiari.
El primer diagnóstico se realiza con la observación de detalles en movimientos y comportamiento del paciente, quien debe relajarse y hacer consciencia sobre las zonas en las que se irá trabajando, pues para el ojo bien entrenado cada sección representa una psicomatización, es decir, el síntoma anatómico de un problema emocional. Por ello es primordial observar las reacciones de la gente mientras es atendida. Hay preguntas que ayudan a enriquecer el proceso, por ejemplo: ¿qué pensamiento le viene a la cabeza? ¿Qué sensación física tiene? Fuera de esas guías no hay un protocolo que se siga al pie de la letra, pues el desarrollo de la sesión depende de cada caso, si bien debe existir un lenguaje entre el terapeuta, el cuerpo y la persona, para evaluar si lo que origina el problema es algo físico, emocional o circunstancial.
Por lo general las consultas no duran más de una hora y se sugiere que entre cada cita haya un descanso de 15 días. Cabe mencionar que no se tiene establecida una periodicidad mínima o máxima para el tratamiento, ésta la determina el paciente con base en su propia evolución.
La mayoría de los pacientes reacciona positivamente mientras recibe el masaje. “La gente comenta que se siente como si fuera de plastilina o de barro, como si los estuviéramos modelando”, comparte la experta. No obstante, es importante resaltar que durante las primeras sesiones algunos individuos experimentan fiebre, cansancio, sensación de dolor, o la necesidad de desahogar alguna emoción, pero todas estas reacciones no son más que la catarsis del organismo debido a que está recuperando su posición original.
Este método es compatible con la medicina tradicional, sin embargo su creadora sugiere que de ser necesario complementarlo, se le dé preferencia a alternativas como la acupuntura coreana, la homeopatía, las flores de Bach, la fitoterapia o los oligoelementos (elementos químicos esenciales en baja proporción para el cuerpo).
BENEFICIOS INTEGRALES
Aparte de eliminar el dolor, la terapia kidoc permite a sus pacientes obtener un mayor equilibrio en sus sistemas corporales, recuperar el tono muscular e incluso recobrar la alegría, entre otras mejoras.
Actualmente el kidoc se encuentra disponible en diversas ciudades de España, Argentina y Chile, y también en México, específicamente en San Francisco del Rincón, municipio ubicado al sur de León, Guanajuato, y se espera que pronto llegue a otros puntos del orbe.
Como usted verá, este método ofrece un tratamiento que ayuda a equilibrar las dos áreas fundamentales de la vida, el conducto y la esencia. Si lo que busca es obtener éste y otros beneficios integrales, no descarte la posibilidad de acudir a uno de sus especialistas.
Fuente: Kika Gómez Puertas, terapeuta y creadora del método kidoc.