
Harley-Davidson, un estilo de vida
En 1901, William Harley, de 21 años, junto con Arthur Davidson, de 20, crearon un prototipo de bicicleta motorizada en su ciudad natal Milwaukee, del Estado de Wisconsin, en los Estados Unidos, en el pequeño garage de Davidson. El 28 de agosto de 1903 fundaron la Harley-Davidson Motor Company y comenzaron a producir las famosas motocicletas Harley-Davidson, es decir, están cumpliendo 107 años. En la actualidad hay estas máquinas por todo el mundo.
Manuel Acuña, odontólogo y amante del motociclismo, tiene desde hace unos diez años su Harley-Davidson y es integrante del Moto-Club Alas de Acero, de Torreón.
“Ser un ‘biker’ (motociclista) es algo que te gusta, te emociona, es sentir la adrenalina con la velocidad de tu moto cuando viajas”, dice.
En Torreón hay varios moto-clubes, como Los Buitres, Los Templarios, Los Bipper, Los Nómadas, Las Ángeles del Camino y Alas de Acero, pero también hay en Gómez Palacio, San Pedro, Francisco I. Madero, Lerdo, Parras y en casi todas las ciudades.
Grandes concentraciones
En Mazatlán, cuenta Manuel, se reúnen alrededor de 15 mil motociclistas en abril de cada año, en la Semana Internacional del Motociclista y se ven todo tipo de motos, muchas de ellas, Harley-Davidson. Es uno de los más famosos encuentros de ‘bikers’ en México y asisten de diversas partes del país e incluso de Estados Unidos, donde surgió esta onda de los moto-clubes.
Sobre la Harley-Davidson, dice nuestro entrevistado, es una de las motos más tradicionales, con máquina potente, con el ruido característico que sólo esa marca lo tiene. “Es una satisfacción tener una de ellas”.
“Nosotros creemos en seguir nuestro propio camino, sin importar qué camino toma el resto del mundo”, reza una parte de la Oración del Motociclista.
De diez años a la fecha ha crecido de manera importante el gusto por el motociclismo. “Es algo que si te gusta le entras con ganas y aunque suele ser un poco caro, en realidad no se necesita tener mucho dinero. Una Harley-Davidson ronda los 18 mil dólares, dependiendo del modelo y del motor. Entre más grandes sea la máquina, hay mayor potencia para viajar”, comenta Manuel.
“Creemos que la vida es como tú la haces y nosotros la hacemos como un viaje... Algunos de nosotros creemos en el Hombre que está en lo alto, todos creemos en mantenerlo unido al que está aquí abajo... Creemos en el cielo, no en el techo”, dice la Oración del Motociclista.
En los moto-clubes hay profesionistas de diversas ramas, empresarios, políticos, comerciantes, agricultores. “Ya en el moto-club nos conocemos, nos tratamos, convivimos y si viajamos juntos, hay una hermandad muy fuerte. Algunos amigos han viajado desde Torreón hasta Las Vegas”.
Harley Owners Group
La Harley Owners Group –HOG- (Grupo de Dueños de Harley) es mucho más que una simple organización. Es más de un millón de personas en todo el mundo, unidas por la misma pasión; hacer del sueño Harley-Davidson un estilo de vida.
Harley-Davidson fundó el HOG en 1983, en respuesta al deseo de los motociclistas de tener una manera organizada de compartir su pasión y orgullo por sus motocicletas. Para 1985 ya había cerca de 60 mil miembros y el rápido crecimiento continuó en 1990 y en 1991 se volvió internacional. En la actualidad, el HOG tiene más de un millón 300 mil miembros en el mundo.
De película
La Harley-Davidson también ha sido tomada en cuenta por los cineastas. En 1951, Pedro Infante y Luis Aguilar protagonizaron la película A Toda Máquina, donde ambos son agentes de Tránsito y manejan una Harley-Davidson.
En 2007, John Travolta filmó la película Cerdos Salvajes, con Tim Allen, Martín Lawrence y William H. Macy. Eran un grupo de amigos de correrías de fin de semana que deciden pisar el acelerador en sus vidas rutinarias suburbanas con una última acción; un viaje en motocicleta y ahí aparecen otra vez las famosas Harley-Davidson.
Películas tales como “Easy Rider” (1968) hicieron de las Harley un ícono cultural y pronto la compañía atrajo gente que amaba la mística del chico malo, la voz ruidosa y el rugido distintivo, poderoso, y fuerte de los motores. La moto Harley sonaba como ninguna otra en la calle y hasta Elvis Presley y Steve McQueen tuvieron que montar una también.
Harley en los negocios
Un estudio de Josef Schinwald, especialista en innovación en diseño de negocios, destaca que la “Harley-Davidson Motor Company” tuvo momentos buenos y momentos malos. A veces, los malos parecieron conducirla a la bancarrota. Allá por 1960, Honda, Kawasaki, y Yamaha invadieron el mercado norteamericano y cuando las ventas en Harley-Davidson cayeron de manera drástica, debido a la mala calidad e incremento en la competencia, la compañía comenzó a buscar compradores. Los nuevos dueños, sin embargo, sabían poco o nada acerca de cómo restaurar la rentabilidad en una compañía de motocicletas. Harley-Davidson es el último fabricante de motocicletas que queda en los Estados Unidos.
Daniel Gross, en su libro Forbes Greatest Business Stories of all Times, cuenta cómo en 1981, con la ayuda del Citibank, un grupo de ejecutivos de Harley-Davidson inició negociaciones para adquirir de nuevo la compañía y rescatarla de la bancarrota. Entre los ejecutivos estaba William Davidson, el nieto del fundador Arthur Davidson, que se sumó a la firma en 1963. Juntaron 1 millón de dólares cada uno y tomaron prestados 80 millones de dólares, de un consorcio de bancos liderado por el Citibank.
El equipo de rescate de Harley de ejecutivos leales sabía que los fabricantes de motocicletas japonesas estaban muy avanzados en lo que a calidad de gerenciamiento se refería. Tomaron, entonces, la audaz decisión de visitar una planta de Honda. Lo paradójico era que los japoneses habían aprendido gerenciamiento de calidad de los norteamericanos Edward Deming y Joseph Juran, los padres del movimiento.
Después de hacer un inventario justo-a-tiempo y dar participación a los empleados, los costos en Harley habían caído a un nivel tal que la compañía sólo necesitaba vender 35,000 motos en vez de las 53,000 anteriores para cubrir los gastos. Sus gestiones en Washington también ayudaron; las tarifas de importación fueron incrementadas de manera provisional del 4 al 40 por ciento para motos japonesas. Un gran respiro.
Otras medidas, muy estratégicas fueron las campañas exclusivas de “marketing” y del diseño de la marca de la compañía. Estudios mostraron que el 75% de los clientes de Harley hicieron repetidas compras. Los ejecutivos reconocieron un patrón que sirvió para reiniciar la estrategia global de la compañía. Lo que se necesitaba era encontrar una manera de apelar a la extraordinaria lealtad de sus clientes, y la encontraron creando una comunidad que valoraba más la experiencia de montar por las calles que el producto.
El auspicio Harley Owners Group fue una de las más creativas e innovadoras estrategias para crear una experiencia alrededor del producto, y ese es el nuevo paradigma que los ejecutivos de Harley promovieron y que ya estamos viendo cada vez más también en otras industrias. La compañía comenzó a organizar “rallies” para llevar la experiencia Harley a potenciales nuevos clientes y reforzar así la relación entre miembros, comerciantes, y empleados. El Harley Owners Group se volvió inmensamente popular y permitió que los poseedores de motocicletas se sintieran como una gran familia.
El diseño de la marca de la experiencia, no sólo del producto, le ha permitido a la firma expandirse captando valor, incluyendo una línea de ropa, un negocio de repuestos y accesorios, plumas estilográficas y la tarjeta Visa Harley-Davidson.