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Real de Catorce, los encantos de un pueblo fantasma

Pueblo mágico. A caballo se puede ir hasta El Quemado o se puede bajar en una Willis (jeeps de la posguerra) a conocer el desierto, en cualquiera de las dos se asegura una aventura.

Pueblo mágico. A caballo se puede ir hasta El Quemado o se puede bajar en una Willis (jeeps de la posguerra) a conocer el desierto, en cualquiera de las dos se asegura una aventura.

EL UNIVERSAL

 SAN LUIS POTOSÍ, SAN LUIS POTOSÍ.- Algo se mueve dentro de nosotros y no es la sensación del auto en movimiento mientras bajamos la carretera empedrada del ejido de Potrero, en San Luis Potosí, "faltan unos 20 minutos para que lleguemos", dice Don Luis, quien conduce la camioneta. Mientras, el paisaje ya nos ha dado la bienvenida, los bosques de yucas y las biznagas cabuches con sus cabezas rojizas, están por todas partes. Es verano y se desconocen las fotografías áridas de un desierto casi blancuzco, lo que pasa frente a nosotros son hectáreas verdosas, con pasto y más árboles, incluso, con flores. "¿Será esta la magia de la que hablan?", pregunto, pero la respuesta por lo menos en ese momento no existe, sólo un aliciente: "Ya llegamos, esto es Real de Catorce", dice Don Luis.

 24 HORAS DE ENERGÍA ANÍMICA

Son las dos de la tarde. Para entrar pagamos 20 pesos (cuota por auto). Y mientras atravesamos el Túnel Ogarrio -que dicho sea de paso se le llamó así porque su benefactor, un tal Vicente Iriza, nació en un lugar de España llamado de esa forma-, tenemos la sensación de que las preocupaciones se olvidan, lo que nos atrapa es la oscuridad y las mínimas luces amarillas que dirigen nuestro camino de más de 2 kilómetros para que, de una forma barraganesca, la cúpula de la Parroquia de la Purísima Concepción se ilumine y tras ella, Montaña sagrada de El Quemado, abrace a este territorio real, fundado en 1778.

"Hace hambre", dice Chivis y como experta en estos territorios nos guía hacia la calle Lanzagorta, que es la principal, hasta el restaurante Mesón de la Abundancia. Antes, pasamos por dos monumentos valiosos del pueblo: La Casa de Moneda, donde se acuñó un millón y medio de reales; y la Parroquia que antes nos saludó con su cúpula y donde está el milagroso San Francisco de Asís, "El Charrito", dicen que todos los años y días antes de su festividad, le cambian su traje y siempre le tiene que poner nuevos huaraches porque se los gasta, ya que por las noches se levanta a cumplir milagros. Además, su piso está hecho de madera de mezquite de la región.

Pedimos una pizza de cabuches, el sabor es agridulce y la consistencia suave, amarillosa. Si te gustan, los venden en conserva. Tampoco resistimos una cerveza, el sol pega fuerte a está hora del día. "¿A poco sí espantan?", le pregunto a Chivis, pero quien me responde es un catorceño, Don Diego, tiene 80 años y es el cronista de Real. "El nombre de Pueblo Fantasma es porque cuando se devaluó la plata, todos los mineros salieron a buscar trabajo y se fueron con sus familias hasta que quedamos unos 200 habitantes, nunca se quedó sin personas. De lo otro, todo depende de tu conciencia. Un día junto a unos amigos estábamos sentados en el kiosko de la Plaza de Armas y vimos a una mujer vestida de blanco y con un velo negro, que bajaba por el empedrado. Nos sorprendimos porque traía tacones y eran pasadas las 12 de la noche. La seguimos y al dar la vuelta en la Calle Allende, ya no la vimos, fue inexplicable, pero nadie quiso bajar y mejor nos regresamos al kiosco".

Para hacer digestión la comida, o el susto, decidimos conocer la Capilla de Guadalupe y su Plaza de Toros. Entonces subimos por la calle de Zaragoza y siguiendo el mapa que tomamos del Mesón, vemos que Real se planeó como un tablero de ajedrez, o sea, no te perderás nunca por sus callecitas. Lo que sí, es que aquí o tienes buena condición o te tardarás mucho en llegar a tu meta. El tema es que además de empedradas, hay que subirlas ya que el pueblo está sobre montañas. Conocemos la Casa Mendizábal, que era una antigua boutique donde llegaban los insumos de España, hoy, sólo se observa sus ventanales, "Dicen que por las noches todavía el olor a flores se puede percibir, ¿será que alguna doncella se quedó atrapada en sus paredes de piedra?", nos dice Alejandro, nuestro guía. Pero mejor no nos distraemos y seguimos cuesta arriba hasta la Capilla, una construcción de 1770. Aunque la verdad, lo espectacular está en su interior, una colección de pinturas religiosas del siglo XIX. Frente a la Capilla, la Plaza de Toros de piedra.

De regreso decidimos conocer el Palenque donde frecuentemente se presentan espectáculos musicales. Es de cantera rosa y se construyó en 1863.

Alejandro sugiere que descansemos y decidamos si mañana subimos a caballo hasta El Quemado o si bajamos en una Willis (jeeps de la posguerra) a conocer el desierto, "cualquiera de las dos opciones los llevará al interior de sus sueños", asegura.

Es una reciente cinta mexicana que se terminó de rodar en Catorce. Salvador Cartas es su director y dicen que ocupó unos 400 cuartos por noche. Su estreno: 2010.

Penélope Cruz y Salma Hayek se hospedaron durante el rodaje de la cinta en el Hotel Ruinas del Real, aquí se pueden ver fotos y comandas de sus desayunos.

Los pobladores de Real cuentan que cuando se filmó esta película, Brad Pitt se sentaba a comer con ellos y al año siguiente volvió con Jennifer Aniston a pasar sus vacaciones.

Julia Roberts fue la que no se portó muy bien. La señora pidió se le instalara un jacuzzi en el hotel Ruinas del Real que nunca utilizó. Si te quedas en la habitación 45 lo disfrutarás.

No es lugar para débiles

No, no se puede dejar de subir a caballo por la montaña y vivir un poco de adrenalina cuando los caminos se ponen muy, pero muy angostos. Mejor hacerlo después de las tres de la tarde, cuándo el sol no está en su punto más alto.

Para tu segundo día en Real de Catorce te sugerimos ir con los caballerangos hasta subir a El Quemado o elegir la visita al Pueblo Mágico. El primero tiene un costo de 100 pesos por tres horas y el segundo de 80 pesos por una hora y 45 minutos.

En ambos recorridos podrás observar la flora característica del lugar y alguna que otra víbora. No, tampoco tengas miedo, nadie se ha muerto de verlas.

Entre las cactáseas que te encontrarás está el peyote, ese valioso objeto del deseo de muchos, pero que más valdría no meterse con él, ya que dicen, hay más de dos mil variedades y algunos de ellos hasta venenosos. Además está considerado en peligro de extinción.

José Carlos, experto en plantas desérticas, nos contó que el peyote, crece muy despacio y tarda por lo menos 30 años en alcanzar su tamaño normal como del tamaño de una bola de ping-pong. "Lo que provoca su efecto alucinógeno es la mescalina que posee, ésta llega a prolongarse en el cuerpo hasta por 12 horas", dice José.

Pero sigamos con el recorrido. Luego de aproximadamente tres horas de subidas en círculo y en algunos casos rutas muy estrechas, se llega a El Quemado, pero todavía hay que subir hasta el mirador por una montañita rodeada de piedras blancas. Los caballerangos nos piden que lo hagamos con cuidado y más vale que sea en silencio, "muy cerca está el lugar donde hacen ceremonia los huicholes".

Llegamos, ahí está una pequeña capillita con atrapa sueños, flechitas, listones de colores y platos con fruta y velas. Todavía huele a incenso. El viento pega fuerte. Estamos a miles de metros de altura, estas montañas llegan hasta los 10 mil, nos cuenta José. De un lado observamos en miniatura a Real de Catorce, y por el otro, el desierto, protegido por una leve neblina que apenas lo toca. La energía es real, la comprobamos. Después, subimos al caballo y bajamos en silencio como si hubiéramos tomado un tratamiento de spa.

Lo vi en sus ojos, Norma sonrió y con su mirada me tejió una protección en el rostro, luego, me dijo que todo estaba en el poder de la fe. El motivo principal de su viaje todos los años al Wirikuta.

Ella es huichola, vive en Real de Catorce y vende artesanías. Cuenta que sus ancestros habitaron estas tierras y con la llegada de los españoles tuvieron que salir.

El significado que El Quemado o Wirikuta tiene sobre ellos, es que ahí es donde nació el sol, su Dios, quien los cuida y guía. De ahí la fuerza que la montaña puede llegar a tener cuando uno sube y logra escalarla hasta su punta.

Norma dice que la peregrinación es espiritual. Que inicia con la purificación del alma, del curandero de la comunidad que luego de unos días de oración, sale a limpiar a los peregrinos, ellos, antes del amanecer, saben que por lo menos tendrán que caminar 40 días de ida y vuelta, pasarán ayunos y tendrán que hacer tareas especiales. Llevan poco para comer y abrigarse. Su objetivo es ofrecer lo más valioso que tiene para que el espíritu los transforme y guíe su vida en la dirección correcta.

La idea es llegar al paraíso donde viven los grandes Padres y Madres, Tatei Matinieri por ejemplo, la gran Madre de las aguas y que a través de su esfuerzo en el peregrinar, los limpiará de lo sobrante en ellos. Mientras que el Tátara tatarabuelo les mostrará su vida, él es su referencia principal, sin él no hay nada, "si no arde no hay manera de que el camino siga", dice Norma.

Cuando por fin llegan al Wirikuta, empieza la cacería sagrada del peyote, al Maíz como ellos le llaman, o al Gran Señor Cola de Venado. No se sabe bien, se mezclan de manera misteriosa, estos tres son en realidad uno solo, así que las flechas de caña que fabricaron como ofrenda, son arrojadas al piso arenoso del desierto y como por arte de magia, una familia de peyotes les da la bienvenida. En tanto, el Chamán, canta para pedirle perdón al Venado por matarlo y querer comer su carne. Luego, suplica su bendición para consumirlo e invitar a los demás peregrinos al festín. Todos se toman de las manos y solicitan esclarecer sus ojos de adentro para poder ver su vida. Algunos lo logran, pero otros tendrán que regresar el siguiente año con más fe.

Después, llevan más peyote de regreso a casa donde ya los espera una gran fiesta. Ahora, éstos que regresan, son los mismos, pero también son otros, ya saben que tienen el poder de seguir floreciendo en el misterioso reino de lo cotidiano y eso es muy valioso.

Estrellas reales

Es famoso por sus escenarios de película y también porque muchos artistas lo eligen para descansar

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Sabías que...

Se rompe el mito.

⇒ Durante su esplendor, en el año 1850 y según registros oficiales de la municipalidad, llegaron a habitar Real de Catorce más de 10 mil personas, ellos trabajaban en 100 minas que rodeaban este territorio real.

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