Un médico rural en Australia salvó la vida de un niño con una grave herida en la cabeza, recurriendo improvisadamente a un taladro eléctrico de carpintero para trepanarle el cerebro.
Nicholas Rossi se golpeó la cabeza al caer de su bicicleta, dijo su padre, Michael. Cuando llegó al hospital, había perdido el conocimiento varias veces.
El médico de guardia, Rob Carson, reconoció inmediatamente que el niño sufría una hemorragia posiblemente fatal y tenía pocos minutos para hacerle un agujero en el cráneo que aliviara la presión.
Sin embargo, el pequeño hospital carecía de instrumental de neurocirugía, de manera que Carson hizo traer un taladro de carpintero de la sala de mantenimiento.
Carson llamó a un neurocirujano en la capital estatal de Melbourne, quien le indicó por teléfono hacia dónde apuntar el taladro y hasta qué profundidad perforar.
La intervención duró poco más de un minuto, dijo el anestesista David Tynan.
"Cuando salió sangre después que perforamos el cráneo, vimos que habíamos tomado la decisión acertada", agregó.
El niño fue llevado a un hospital más grande en Melbourne y recibió el alta el martes, al cumplir 13 años.
