
Las autoridades sólo confirmaron el nombre de Jesús Nava Romero, quien era originario de Guerrero. (El Universal)
Durante la noche del viernes y madrugada de este sábado, una vez que se concluyeron los trámites para la liberación y traslado a la ciudad de México del cuerpo de Arturo Beltrán Leyva, familiares o amigos de los cuatro sicarios que murieron junto a él la noche del miércoles reclamaron los cuerpos.
En las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia de Morelos, a lo largo de la noche y aun esta madrugada se observaron los movimientos del agente del Ministerio Público, como ocurrió cuando fueron reclamados los restos del jefe de la banda.
Todos ellos fueron abatidos durante un enfrentamiento la noche del miércoles pasado en un exclusivo fraccionamiento de Cuernavaca conocido como Altitude, en Punta Vista Hermosa, en un operativo donde se lanzaron granadas, ráfagas de metralleta.
Con estricto hermetismo se manejó el asunto por parte de la Procuraduría General de Justicia del estado de Morelos, mientras que las instalaciones de la dependencia estatal se mantenían custodiadas por el Ejército mexicano a bordo de tanquetas artilladas.
Las mujeres fueron conducidas, casi todas ellas en parejas del escritorio del agente del Ministerio Público al edificio contiguo, en donde se encuentra el anfiteatro para que se realizaran el reconocimiento físico de los cadáveres.
Notimex se mantuvo en el lugar, en donde logró conocer solamente uno de los cuatro nombres de quienes fueron reclamados: Jesús Nava Romero, de quien se dijo habría de ser trasladado en las primeras horas de este sábado a su tierra natal, en la zona serrana de Guerrero, aunque no se precisó a cual municipio.
Se supo que otro de los cómplices de Beltrán Leyva también sería trasladado a esa misma zona del estado sureño de Guerrero, sin embargo, se descartó que entre ellos fueran familiares, pues una de las reclamantes de los cuerpos se negó a que fuera la misma agencia funeraria quien se encargara del traslado.
Además, los otros dos cuerpos serían trasladados al estado de Sonora, en el noroeste del país, de donde también era originario Arturo Beltrán Leyva, por lo que se presume que éstos últimos eran además de sus escoltas sus amigos.