
Escasez. En La Merced los vecinos sufren porque no hay la suficiente presión para que el agua salga en las llaves de las casas.
El pequeño Osiel abre la llave del agua en el exterior de su casa y con el hilito que sale del grifo pretende llenar un bote para llevarle a su abuela para que se lave las manos. El recibo del Simas llegó a este hogar de La Merced por más de 400 pesos, sin embargo, la mayor parte del día no cuentan con el líquido.
Los habitantes de La Merced enfrentan un severo problema en cuanto al abasto de agua. Rosa Medina, quien tiene su vivienda en la calle Manuel Ávila Camacho, explicó que la presión es mínima, por lo que sólo hay agua en las llaves del exterior, pero no en las casas.
"Tenemos tinaco pero el agua no sube, nosotros tuvimos que poner una bombita porque si no, de plano sufríamos mucho, no hay nada de presión", comentó.
Guadalupe Flores señaló que la situación se agudiza los domingos, en que las familias lavan su ropa, limpian y hacen algunas labores domésticas, pues "prácticamente uno tiene que esperar a que termine el vecino para que salga el agua".
Afuera de su casa en la calle Manuel Ávila Camacho, la señora llena algunos botes acompañada de su niño, Angelito, quien insiste en bañarse porque tiene mucho calor, pero a la regadera no llega el agua.
"Es un problema de años, nos dijeron que ahora con los megatanques se iba a solucionar, que habría agua, pero no", dijo Guadalupe, "no sube ni al fregadero y pues menos al tinaco, sólo sale aquí afuera, de plano tenemos que dejar la manguera en el piso toda la noche para llenar una cubeta".
Guadalupe Núñez, quien vive en la calle Francisco I. Madero, también en La Merced, dijo que se trata de un problema constante cuando comienza la temporada de calor y termina hasta el invierno.
"Sí se ha reportado el problema, el año pasado ahí andábamos hasta haciendo un plantón pero nada nos han solucionado", expuso.
Reyna Delgado, quien tiene su casa en la calle Emiliano Zapata, explicó que cada mañana se levanta en la madrugada para abrir la llave y dejar que se llene una cubeta porque es a las cinco de la mañana cuando más agua tienen en la llave externa.
"Es raro que salga agua, aquí viven conmigo mis cinco nietos y mi mamá, que es discapacitada, y es un problema muy serio no tener agua", manifestó.
La señora mostró su recibo del Simas por 473 pesos pero aseguró que a partir de las tres de la tarde, no hay ni siquiera el hilito de agua con el que cuentan por las mañanas.
Su hijo, Osiel, abre la llave externa y lo confirma. A las 11:30 de la mañana tarda varios minutos para llenar un bote de un litro y llevarle agua a su abuela.
"Me cobran el puro aire", dice Reyna.