
La terapia ecuestre, también conocida como hipoterapia o equinoterapia, puede ayudar a los niños con problemas psicomotores, emocionales o psicológicos a adquirir confianza en sí mismos, a relacionarse y desenvolverse mejor. (Fotografías de Fernando Compeán)
Aunque poco difundida en México y en La Laguna, la hipoterapia representa una alternativa muy eficaz para que niños con capacidades diferentes o problemas emocionales puedan adquirir confianza en sí mismos y mejorar su funcionamiento psicomotor.
El niño Manuel Rivera recibió terapia ecuestre. Los problemas ocasionados por su hiperactividad lo llevaron a rehabilitarse montado en un caballo. Por fin encontró la forma de relacionarse con los demás y eso lo hace realmente feliz.
Junto a tres niños con autismo, cinco con parálisis infantil y uno con síndrome de West, él todavía acude todos los sábados al Centro de Rehabilitación e Hipoterapia San Pedro A.C., que preside Eva Alicia Rodríguez Pérez y su esposo Humberto Torres Orduña. Se trata de una asociación civil sin fines de lucro que se sostiene a base de donativos de personas de buena voluntad.
Al lugar actualmente asisten tres niños con autismo, cinco con parálisis cerebral infantil (PCI), una persona con el síndrome de West (retraso psicomotor y mental progresivo), un adulto que sufre de atrofia cervical progresiva (el cerebro se empequeñece) y otro con distrofia muscular progresiva (pérdida
de músculos por tejido conjuntivo).
También han asistido niños con síndrome de Down. Ellos todos los sábados reciben terapia. Los niños montan acompañados por sus terapeutas, en este caso, Eva Alicia y Humberto, además de otras dos personas que pueden ser familiares de los pacientes.
Sus pequeños rostros reflejan felicidad cuando al paso del equino, sus manos son levantadas por su instructor hacia los lados o hacia arriba. Se utilizan técnicas específicas para cada parte de su cuerpo que tienen como objetivo, lograr la movilidad de los infantes.
Conscientes del beneficio, sus mamás los llevan hasta estos lugares y son ellas mismas testigos de su recuperación y de la maravilla que hace el movimiento tridimensional del caballo que permite un balanceo
idéntico al que las personas realizan al caminar.
Los niños montan con sus terapeutas y poco a poco van adquiriendo confianza y fuerza. Como es una terapia que se realiza al aire libre, en contacto con la naturaleza -árboles, animales de corral y aves-, los infantes se recuperan con mayor rapidez y se les ve muy contentos.
¿QUÉ ES?
La equitación terapéutica es relativamente nueva en el campo de la medicina alterna. Tiene sus orígenes desde los tratados de Aristóteles, que hablaban ya de los beneficios del movimiento del caballo en el tratamiento de trastornos emocionales y físicos, explican los fundadores del centro.
La hipoterapia está indicada para niños con parálisis cerebral, síndrome de Down, enfermedades neurodegenerativas, niños quemados que han perdido movilidad por ausencia de masa muscular, espina bífida, síndrome de Rett, sordera, ceguera, por nombrar algunos padecimientos.
Muchas personas con capacidades diferentes tienen una gran dificultad para caminar debido a la falta de tono muscular y equilibrio. El caballo transmite su calor corporal - que es más elevado al del humano-,
directamente al cuerpo de paciente.
Así logra la relajación muscular sobre todo en pacientes espásticos (rigidez muscular) y se puede trabajar más rápido y directo en los músculos que, a través de la repetición de los ejercicios, van adquiriendo el tono muscular necesario para mejorar la elasticidad y la fuerza.
Eva Alicia informa que la hipoterapia es una técnica de medicina física que toma todos los atributos de la terapia, como la temperatura. “Al montar, el paciente adquiere un 39 por ciento más de calor del caballo
y eso es antiinflamatorio”. La gravedad es otro de los atributos. “Trabajamos contra la gravedad, eso también es relajante, pues el jinete -el paciente-, sube contracturado y baja sumamente relajado”.
La coordinación también se logra al montar. “El caballo realiza movimientos elegantes, tanto que esa coordinación se la pasa a los jinetes y el sistema central lo capta, hasta el grado que le informa al paciente que tiene piernas y brazos que puede mover”.
Los movimientos del caballo son multidimensionales. “De hecho, no hay máquina que dé ese patrón de movimientos de arriba abajo, de atrás hacia adelante y a los lados y que mande 110 estímulos al minuto”.
El impacto emocional es otro de los atributos que la hipoterapia brinda al paciente. “Al jinete le ayuda mucho esto, sube muy motivado y el caballo cede sus propiedades de fuerza, poder, elegancia a quien lo
monta y eso es parte de la terapia... le ayuda a ser autónomo”.
La marcha es la propiedad más importante. “Porque la cadera del animal se mueve exactamente
a la del ser humano y el jinete experimenta el caminar, sin hacerlo”. El cerebro capta eso y se logran
resultados impresionantes.
Un ejemplo es el de una niña con síndrome de Down que no socializaba, no caminaba y en la cuarta
sesión, al momento que su cerebro captó toda la información, bajó caminando sin ayuda de nadie,
informó Eva Alicia. Este tipo de terapia tiene una característica importante para una rehabilitación feliz, ya
que el infante no acude a un hospital ni consultorio, ni trata con médicos ni enfermeras. De este
modo, no presenta bloqueos psicológicos y se dispone correctamente a su rehabilitación.
“Los efectos de la hipoterapia son grandiosos, pues mejoran la fuerza y tono muscular, equilibrio, coordinación, postura, autoestima y a nivel de funciones mentales superiores, mejora la memoria, capacidad de juicio, lenguaje, capacidad de síntesis y la autoestima”, señala Eva Alicia.
EL CASO DE MANUEL
Manuel llegó al Centro de Rehabilitación e Hipoterapia San Pedro A.C., con una hiperactividad muy marcada. Además es dueño de un Coeficiente Intelectual (IQ, por sus siglas en inglés) muy alto.
Al respecto, Humberto Torres Orduña explica que el niño en su escuela, manifestaba problemas de agresividad muy fuertes que le estaban ocasionando muchos problemas. Son niños que no pueden estar dos minutos quietos y la concentración se les dificulta.
El caballo camina sobre cuatro puntos. Cuando se mueve, su eje de gravedad cambia a cada paso. “Entonces, el jinete debe estar atento a cada movimiento, porque si no se cae”.
Con la terapia de un año y medio, la agresividad de Manuel se disipó de inmediato y mejoró su capacidad de relacionarse con los demás.
“Al montar, se presenta una situación de dar y recibir y las conductas agresivas como las de Manuel, sorprendentemente desaparecen porque es muy noble y no ve con lástima a nadie”, informa.
LA DESVENTAJA
En México, la hipoterapia es nueva relativamente. En Querétaro proliferan más centros, pero en Monterrey y Guadalajara también existen varios. Eva y Humberto se capacitaron en Cuba. La desventaja es que los costos son muy elevados. Mantener a un caballo es como mantener a dos hijos, pues hay que
alimentarlos con alfalfa todo el día, pagarles velador y personal que los mueva para estar listos a la hora de la terapia. “Por eso aquí nos convertimos en Asociación Civil, con el fin de que la gente acuda sin reparo, sin importar su condición económica, pues lo cierto, es que con nosotros viene gente de escasos recursos económicos”, señalan Eva y Humberto, quienes además platican que el lugar se ha convertido en
un centro de convivencia familiar. “La gente viene a comer, convive, se relajan juntos y ven cómo avanzan sus hijos y familiares, es como una especie de terapia familiar, aquí es donde comprobamos
que un hijo te mueve a hacer lo imposible para ayudarlo...”.
Eva y Humberto solicitan a las familias con algún familiar con discapacidad a “que vengan, que su situación económica no los detenga, pues aquí les hacemos un estudio socioeconómico con el fin de
ayudarlos en los costos”. Ellos trabajan como voluntarios, por amor a los pacientes infantes y adultos, por el profundo deseo de servir y ayudar.
“Y con la esperanza de encontrar los recursos para crecer y servir”. El Centro de Rehabilitación
e Hipoterapia San Pedro A.C., funciona en domicilio conocido del ejido Maravillas del municipio de Matamoros. Los interesados en este programa, pueden llamar al teléfono 721- 99-16 y al celular (044) 871-1- 56-81-62.