
Sufre Hollywood una ‘crisis creativa’
El Universal
El Ojo del Mal sigue la moda hollywoodense de realizar nuevas versiones de éxitos internacionales. Crisis creativa. Ausencia de ideas. El cine estadounidense muestra creciente inclinación a reproducir películas extranjeras de éxito. Desde Los Siete Samuráis (1954) de Akira Kurosawa que encontró su réplica en el western Los Siete Magníficos (1960) de John Sturges hasta Infernal Affaires de Wai-keung Lau (2002) y Los Infiltrados (2006) de Martin Scorsese. Cintas francesas, alemanas, rusas y chinas han estado en la mira de Hollywood y sólo en ciertos casos el ejercicio resulta afortunado.
ABRE LOS OJOS (Alejandro Amenábar, 1997)
VANILLA SKY (Cameron Crowe, 2001)
Ni el talento de Tom Cruise, ni el carisma de Cameron Díaz ni la habilidad de Crowe (Almost famous) superaron la presencia de Eduardo Noriega y la pericia en el manejo del suspenso del director español, quien ya había demostrado la solidez de su narrativa en Tesis, su filme anterior. La historia del hombre atractivo y poderoso cuyo mundo se tambalea a partir de un accidente que lo desfigura, perdió el toque de misterio bajo la firma “Made in USA”. Lo curioso es que Penélope Cruz, a pesar de que interpretó el mismo papel en las dos películas, bajo la dirección de Amenábar luce bella y enigmática; con Crowe, simple y llana. En su siguiente proyecto, Cruise fue más inteligente y decidió contratar al realizador español para dirigir “Los otros”, que como sabemos arrasó en la entrega de los Goya, obtuvo varios premios y reconocimientos internacionales y una cuantiosa entrada en taquilla.
LAS ALAS DEL DESEO (Wim Wenders, 1987)
UN ÁNGEL ENAMORADO (Brad Silberling, 1998)
Dos ángeles (Bruno Ganz y Otto Sander) recorren un Berlín gris y devastado mientras ofrecen consuelo y esperanza a los mortales que encuentran a su paso. En el camino, el ángel que interpreta Ganz se enamora de una trapecista etérea. La perspectiva “celestial” sobre la República Federal Alemana de los ochenta contrasta con la romántica visión de Silberling sobre el amor entre un ángel, Seth (Nicolas Cage), y una cirujana (Meg Ryan). Para relacionarse con su amada, Seth renuncia a la eternidad. Adiós a la metafísica, la reflexión y el trasfondo social para dar la bienvenida al drama almibarado y al rostro inexpresivo de Cage. Eso sí, el soundtrack está divino.
INFERNAL AFFAIRES (Wai Keung Lau, 2002) China
LOS INFILTRADOS (John Badham, 1993)
De los casos más afortunados. Quien haya visto la versión original recordará secuencias de tensión casi insoportables para el espectador. Por su parte, Scorsese es maestro en la creación de personajes y el manejo de cámara. La producción de Lau obtuvo 23 premios internacionales; la del autor neoyorkino, 47, incluido el esperado Oscar como Mejor Director que tanto se le negó a pesar de obras como “Toro salvaje”.
JU-ON (Takashi Shimizu, 2000)
LA MALDICIÓN (Takashi Shimizu, 2004)
La maldición en este caso fue que ni aún con el autor original, la versión estadounidense resultó igual de perturbadora que su antecesora. Y eso que la historia es muy simple: un fantasma vengativo que habita una casa embrujada. La debilidad se encuentra en un guión-escrito por el mismo Shimizu-, que no termina por delinear a los personajes que lucen indefinidos y huecos. Sarah Michelle Gellar sufre más al intentar sacar jugo a su parco diálogo que ante el acoso del espectro pálido y de largos cabellos negros. Aún así, los ingresos en taquilla en Estados Unidos fueron pauta para una saga.
RINGU (Hideo Nakata, 1998)
EL ARO (Gore Verbinski, 2002)
Adaptaciones de la novela del escritor japonés Kôji Suzuki sobre un video maldito que provoca la muerte de quien se expone a sus imágenes. La original puso los ojos ambiciosos de Hollywood en el terror oriental y gesta la nueva ola del género en el cine nipón. El buen oficio de Verbinski obsequia secuencias inquietantes pero muy lejos de los niveles de escalofríos internacionales de la original.
EL OJO (Oxide y Danny Pang, 2002)
EL OJO DEL MAL (David Moreau, 2007)
La escultural Jessica Alba es la apuesta occidental para la premisa oriental de una joven que recupera la vista tras un trasplante de córneas. Con la luz llegan las sombras y la protagonista comienza a ver presencias fantasmales. ¿Superará Moreau la atmósfera sobrecogedora que lograron los hermanos Pang sin recursos efectistas? La escena del elevador es insuperable. Ver para creer.
SOLARIS (Andrei Tarkovsky, 1972)
SOLARIS (Steven Soderbergh, 2002)
Basadas en la novela de Stanislaw Lem, la acción transcurre en una estación espacial cuyos tripulantes contactan con una inteligencia extraterrestre, pauta para que el cineasta ruso realizara una introspectiva sobre las relaciones humanas y los deseos materializados a través de simbolismos de estrecha vinculación con la naturaleza. En contraste, la película de Soderbergh se estaciona en el drama romántico del siquiatra de la nave, Kelvin (George Clooney), quien sufre la ausencia de su esposa (Natascha McElhone), fallecida años atrás y quien súbitamente amanece otra vez a su lado. Tarkovsky obtuvo en Cannes el Premio del Jurado y una nominación a la Palma de Oro; Soderbergh, una nominación al Oso de Oro en Berlín.