El orgullo, llamado también soberbia, tiene varias acepciones, positivas o negativas, dependiendo de la perspectiva filosófica en que se propone. El mismo término significa un sentimiento, y también las acciones, virtudes o vicios que de él provienen. Generalmente estas ideas provienen de la valorización del YO sobre los deseos y logros de otros y se opone a la idea de humildad.
El rencor, es un resentimiento arraigado y tenaz, es tener un sentimiento, pesar o enojo por una cosa pasada o presente.
Esto que está pasando actualmente entre dos países euroasiáticos: Rusia y la antigua República Socialista Soviética de Georgia (el cinco de noviembre de 1990 se le llamó solamente República de Georgia y un año después obtuvo su independencia de la URSS) corresponde, aparte de los múltiples intereses económicos, a sentimientos de orgullo y rencor. Imagínense que Georgia pertenecía a Rusia desde 1921 y era considerada como la de mayor éxito en los productos agrícolas, los cítricos, la industria vitivinícola, la producción de té, la ganadería de vacunos y ovinos, su subsuelo es rico en carcón, manganeso, metales no ferrosos y aguas minerales y su importante industria de acero y hierro.
Con la caída del bloque soviético, no sólo los países ocupados, tales como la antigua Checoeslovaquia, Yugoeslavia, Polonia, etc. se independizaron, sino que igualmente sucedió con algunos integrantes de la URSS, como Letonia, Estonia y Georgia, y como vemos, estos países eran importantes para el soporte económico de Rusia, pero también para su orgullo de comandar tantas repúblicas satélites.
Por eso la soberbia está considerada como un Pecado Capital, porque el individuo que la padece no tiene control de sus actos, se “ciega” y solamente busca la venganza.
