Entre los planes de Luis López Morton, están reactivar el servicio prendario.
MÉXICO, DF.- Las subastas en México son un negocio relativamente joven donde aún falta mucho por aprender y por hacer. Y ese momento llegó para Luis C. López Morton, fundador y director general de Louis C. Morton, la casa de subastas más importante de México cuya marca comercial proviene de variantes de su propio nombre y apellido para evitar conflictos con su familia, y que hace dos décadas inició una trayectoria empresarial en el mundo de las antigüedades, pasión que heredó de su abuelo.
Entre los planes más importantes de Louis C. Morton para este año están relanzar el servicio de crédito prendario y avalúos —que inició asociado con Carlos Slim Helú—, reforzar la subasta de flotillas de transporte, reabrir las oficinas de representación en Monterrey y Guadalajara, y de ser posible encontrar una nueva sede para concentrar sus crecientes negocios.
Luis C. López Morton, egresado de la carrera de Administración de Empresas por la Universidad Anáhuac, narra como su abuelo se dedicó durante mucho tiempo a viajar por el país adquiriendo diversas piezas de todo tipo y llegó a acumular tantas que decidió abrir una tienda de antigüedades en el primer cuadro de la ciudad de México. “En ese entonces mi abuelo me platicaba mucho sobre Sotheby’s y Christie’s, las legendarias casas de subasta reconocidas a nivel mundial”, relata el empresario que ahora es representante exclusivo en México de ambas casas de subastas.
A los clientes que asistían al establecimiento les gustaban mucho los muebles estilo clásico francés o ingles parecidos a los que vendían y fue entonces cuando su familia decidió abrir Galerías Chippendale para fabricar este tipo de piezas, negocio que se amplió para abarcar muebles de oficina y así nació López Morton Muebles de Oficina. Ambas empresas continúan operando por separado y pertenecen a la familia López Morton pero no tienen ningún tipo de relación con la casa de subastas.
Luis C. López Morton trabajó con su padre cerca de 10 años y decidió emprender un negocio por su propia cuenta y en un viaje a Londres visitó la casa de subasta Sotheby’s. “Cuando conocí como operaba no lo dude y dije ¡esto es lo mío!”, recuerda entusiasmado.
De regreso a México compró una casa en las Lomas de Chapultepec —que continúa siendo su oficina central— para entrar al negocio de antigüedades porque no tenía todo el conocimiento para arrancar las subastas pero aún así decidió arriesgarse. “En 1988 comenzamos como casa de antigüedades y organizamos una subasta con un catalogo muy austero, fue un fracaso, vendimos muy mal, no conocíamos el sistema, pero la necedad es más grande y la determinación más importante y volvimos a intentarlo al año siguiente”, reconoce el empresario que dedica buena parte de su tiempo libre a visitar exposiciones dentro y fuera del país y a documentarse sobre la obra de artistas, aunque también procura un espacio para la equitación y la jardinería, sus otras dos pasiones.
Conforme el negocio de subastas fue tomando forma fue necesario abrir unidades especializadas en la valuación de piezas y progresivamente surgieron las divisiones de libros, vinos, arte moderno y contemporáneo, joyería y autos, entre otras.
“Hacíamos dos o tres subastas al año y empezó todo un proceso de aprendizaje de la casa, del comprador y del vendedor, pasaron como 7 años de tener la dualidad y llegó un momento en que las personas llevaban tantas piezas y no podíamos decir cuál vender y cuál subastar, había muchos conflictos y entonces decidimos cerrar la casa de antigüedades”, explica.
Actualmente Louis C. Morton realiza cerca de 40 subastas de catalogo al año y 50 subastas de mercancías generales mediante un negocio que anteriormente se conocía como Tres Leones y que ahora se llama Louis C. Morton Sucursal Moliere.
Con el paso del tiempo también se fueron sumando otros negocios relacionados como la casa de empeño, que inició con Inbursa, institución que finalmente se retiró, y que ahora relanzarán con un esquema de tasas más accesibles y mayor publicidad.
Otra área importante, que representa entre 35 por ciento y 40 por ciento de los ingresos del grupo, es la subasta de autos y camiones donde venden las unidades de reparto de empresas como Bimbo, Modelo, Femsa y Sigma, pero planean ampliar su base de clientes.
“No compramos nada de mercancía recibimos todo a consignación porque si la pieza se vende a mayor precio ganamos las dos partes, cobramos una comisión de 10% al vendedor y 15% al comprador”, responde Luis C. López Morton cuando se le pregunta sobre el modelo de negocios de la casa de subasta que el año pasado vendió una pintura de José María Velasco en un millón de dólares y en 1991 un biombo chino por 950 mil dólares
El grupo Louis C. Morton emplea a más de 60 trabajadores y no revela sus cifras financieras, su director se limita a asegurar que 2007 fue un año récord y que ahora pretende consolidar la empresa luego de un periodo donde hubo errores, tropiezos pero donde también se ganó mucha experiencia.
