
Miles de sudcoreanos contrarios y favorables al presidente de EU, George W. Bush, se concentraron ayer en Seúl para recibirlo. (AP)
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, fue recibido ayer con una concentración de protesta y otra de apoyo en un Seúl tomado por la Policía para garantizar la seguridad en la última visita del líder estadounidense a Corea del Sur.
Unos protestaban contra Bush y contra las importaciones de Corea del Sur de vacuno de EU, por temor al mal de las “vacas locas”, y los otros se concentraban para agradecer el tradicional apoyo estadounidense al país. Durante su visita, que duraría apenas 20 horas Bush hizo énfasis una vez más en la necesidad de verificar la información aportada por Corea del Norte sobre su potencial nuclear y escenificará la colaboración entre su Administración y Seúl.
Hoy se reunirá con su homólogo sudcoreano, el pro-estadounidense Lee Myung-Bak, con el que tratará además algunos asuntos de la agenda de política nacional como la apertura del país a las importaciones de vacuno de EU, que han provocado un gran rechazo de los surcoreanos. El Centro de Seúl fue ayer el escenario de la última protesta de una serie de manifestaciones que comenzaron en mayo contra la importación de vacuno y contra Bush y llegó a concentrar en alguna ocasión a cientos de miles de personas.
Al mismo tiempo, y a escaso medio kilómetro, varios miles de militares veteranos, miembros de iglesias cristianas y personas de tendencia conservadora dieron la bienvenida a Bush en la plaza del Ayuntamiento de Seúl decorada con varias banderas gigantes de EU.
Los 23 mil agentes desplegados garantizaron la seguridad, pero en algún momento se produjeron momentos de tensión entre manifestantes de diverso signo que se imprecaron y empujaron mutuamente.
Esta es la tercera y última visita a Corea del Sur de Bush, que estará dominada sobre todo por la situación de Corea del Norte. Hasta ahora el diálogo a seis bandas entre ambas Coreas, Rusia, China, Japón y EU y el empeño de Bush han logrado que Pyongyang haya derribado la torre de refrigeración de la central de Yongbyon y haya entregado un informe pormenorizado sobre gran parte de sus programas.
En una entrevista concedida a la televisión sudcoreana KBS antes de iniciar su gira asiática, que lo llevará también a Tailandia y a los Juegos Olímpicos de Pekín, Bush amenazó a Pyongyang con interrumpir el proceso de retirar Corea del Norte de la lista de países terroristas.
El régimen comunista deberá acceder antes del 11 de agosto a un protocolo para verificar que la información que ha entregado hasta ahora es cierta si desea los beneficios de verse fuera de esa lista.