
El productor Mark Johnson, Skandar Keynes, William Moseley, Ben Barnes, Andrew Adamson, Anna Popplewell y Georgie Henley sonríen a su llegada a la alfombra roja del lanzamiento de Crónicas de Narnia: el Príncipe Caspian dirigida por Andrew Adamson. (EFE)
El Príncipe Caspián, las nuevas aventuras del mundo de Narnia, se estrenó ayer a nivel europeo en Praga, ciudad a la que ha acudido la “familia” que forman los protagonistas y el equipo técnico, que confían en repetir el éxito mundial logrado con la primera entrega.
Los cinco jóvenes protagonistas de esta segunda entrega de la saga familiar obra del escritor británico C.S.Lewis, estuvieron anoche en el estreno del filme, en el que también actúan los españoles Alicia Borrachero y Simón Andreu en papeles secundarios.
La buena química de este colectivo ha sido lo más gratificante para el director, el neozelandés Andrew Adamson (Shrek y Shrek 2), quien declaró a los periodistas en la capital checa que está “muy orgulloso de los niños, aunque suene como algo manido, pero formamos una familia”.
Tras “El León, la bruja y el armario” (2005), de carácter más lírico que épico, en esta nueva epopeya los hermanos Pevensie -Petr (William Moseley), Susan (Anna Popplewell), Edmund (Skandar Keynes), Lucy (Georgie Henley)- son los encargados de rescatar el reino de Narnia de las garras del malvado Miraz (Sergio Castellito).
Miraz ha usurpado el trono del legítimo heredero, el príncipe Caspián (Ben Barnes), y trata ahora con la ayuda de los “telmarinos” de borrar del mapa a los “narnianos”, cuyos últimos pobladores se encuentran escondidos en cavernas y bosques profundos, habiendo olvidado la fuerza que obtenían del León Aslan.
“Me gustan las películas con mensaje, con algo más. Esta historia me hacía sentir algo, con su mirada mágica, de escapismo. Quise ser parte de ese mundo”, señaló Barnes, quien asumió el papel protagonista después de un intenso casting en España, México y Argentina.
“Tratamos de mantener el elemento cristiano pero no lo hacemos explícito. Para quien no lo quiera ver, no es necesario verlo”, señaló Popplewell, que cursa Literatura Inglesa en la Universidad de Oxford, y estudio en la misma facultad que el creador literario de Narnia.
De hecho, en el fabuloso mundo de Narnia muchos han visto una alegoría de fuerte cuño cristiano sobre la irrupción del mal, la redención de la humanidad, el arrepentimiento y la lucha ascética como camino para vencer el mal.
Estos simpáticos ingleses, cuyos lazos afectivos se han estrechado a lo largo de cuatro años de colaboración, se sienten también parte integrante de la familia Pevensie cuando se hallan lejos de las cámaras.
Por ello, tras el éxito de la primera entrega, el retorno a Narnia ha supuesto sobre todo “poder volver con un grupo de amigos”, reconoció Keynes, y ello a pesar de la “mayor escala” de esta segunda parte y las “doce horas de trabajo al día durante esos siete meses de rodaje”.
“Creo que llevaré al cine los siete libros”, afirmó el productor Mark Johnson, quien declaró: “Narnia es muy importante para mí, es un mundo por el que tengo gran afecto”.
De momento, la tercera entrega se empezará a rodar en Nueva Zelanda a finales de este año y se estrenará en 2010, afirmó.