Nosotros DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD Eventos MODA

El botón del placer

El botón del placer

El botón del placer

Gaby Vargas

Estamos hechos para el placer, dicen los científicos. Pero, ¿cómo incrementarlo en estos momentos nada placenteros?

“Oprime este botón y obtendrás placer”. Esta idea, creada por el neurólogo Robert Heath, de la Universidad Tulane de Nuevo Orleáns, estaba en boga en los años 60. Él implantó electrodos en el cerebro de docenas de sus pacientes psiquiátricos para comprobar si podía elevar su gozo por la vida. Los electrodos se colocaron en una parte del cerebro frontal que los científicos consideran el “centro de recompensa” o el asiento del placer. Lo increíble es que las ratas de laboratorio renunciaban a comer y a tomar agua, mientras se dedicaban a presionar sin cesar una barra para obtener el estímulo.

Y, como las ratas, así las personas. Los pacientes de Heath se producían la sensación de placer a voluntad con un control remoto, y también lo presionaban repetidamente. Algunos lo hicieron cientos y miles de veces en el transcurso de un día. Incluso, una mujer se obsesionó tanto con el botón, que perdió el interés por su familia y se olvidó de bañarse. “Encontré la manera de obtener placer a demanda”, se dijo Heath.

Pero, ¿lo obtuvo? Aunque los pacientes reportaron sentirse “bien” cuando activaban los electrodos, su gozo palidecía de manera extraña. Tenían deseo sexual, mas no orgasmos. Unos tenían una sed incesante sin razón aparente. La mayoría no quería hacer otra cosa más que presionar el mentado botón. Si esto era placer, entonces se manifestaba de una forma francamente muy rara.

¿Cómo incrementar el placer sin presionar un botón?

“Los placeres simples no son tan simples. El placer es una emoción sensorial”, dice Monell’s Dalton, del Monell Chemical Senses Center en Philadelphia. “Comienza con ver, gustar, oler o tocar aquello que por alguna razón nos resulta placentero”.

El placer involucra a todo el cuerpo. Requiere de sensaciones (que quizá sea una de las razones de por qué los electrodos de Heath provocaron ese tipo de placer árido, que involucraba sólo áreas del cerebro) y está en nosotros aprovecharlo. Incluso, deberíamos hacerlo. Dicen los médicos que la inhabilidad clínica de sentir placer, anhedonia, es una señal de una enfermedad mental seria.

¿Quieres ver a un bebé feliz? Dale una pizca de azúcar y verás cómo esa dulce sensación dispara como fuegos artificiales las sinapsis en su cerebro que, a su vez, relajará sus músculos faciales e iluminará su cara con una sonrisa.

Mientras escribo esta entrega, escucho una música deliciosa con fondo de flauta y lluvia que me relaja los hombros, en general encogidos mientras tecleo. La música toma el pulso de nuestras venas y nos recuerda que el placer no es un asunto de “sentirte bien” sino de sentirte más vivo. Mejor.

Por eso, date permiso de buscar los verdaderos botones del placer y oprímelos con frecuencia. Camina al ritmo de tu iPod, date un masaje, pon tus pies desnudos al sol, abraza mucho, ríete, siente la belleza del arte en una pintura de Matisse, ejercita tu cuerpo, disfruta el hecho de morder un durazno. Todo esto no sólo provoca que segregues serotonina y endorfinas, los químicos del cerebro relacionados con sentirte pleno, sino que también refuerza tu sensibilidad y capacidad de regresar ese bienestar a los demás.

Y al terminar de leer esta columna, pídele a tu pareja, querido lector, querida lectora, que te escriba su nombre suavemente en la espalda y que te masajee la cabeza en círculos lentos, con la promesa de devolvérselo tú después. Placer puro...

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

El botón del placer

Clasificados

ID: 385251

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx