Este término se ha hecho común y popular en el habla del mexicano.
Se refiere, llana y plenamente a esas personas dadas a realizar juicios aventurados, sin bases firmes, dictando sentencias por lo general condenatorias.
Piensan mal de todo, ponen en duda la honorabilidad de las personas, y para ellos su opinión es lo importante en tal o cual tema.
Y se basan en ese principio, también muy popular que dice, piensa mal y acertarás.
Líbrenos el Señor de enfrentarnos a personas con mente cochambrosa.
Porque dan poco margen de defensa, porque lo que dicen es ley y no hay más que discutir.
Son personas acostumbradas a tener sus propios criterios y sus propios estilos de análisis, muy a la ligera y casi nunca sustentados por la razón.
Personas con esa mentalidad están muy distantes de los prudentes, los juiciosos, los que con ecuanimidad analizan temas y sacan conclusiones más acertadas, porque tuvieron elementos más concretos, más apegados a la verdad.
Una persona con eso que llaman mente cochambrosa es proclive a causar problemas entre quienes están cerca, no así los de juicio sereno y análisis profundo.
Qué bueno que usted piensa mejor lo que dice, y mucho mejor lo que hace.