
El pez transparente creado por un equipo de científicos estadounidenses es genéticamente similar al ser humano. (EFE)
Científicos estadounidenses han creado un pez transparente que es genéticamente similar al ser humano y en cuyos órganos se puede observar el proceso de una metástasis y la producción de sangre tras un trasplante de médula espinal, reveló ayer la revista Stem Cell.
El “pez cebra”, que constituye un modelo para la biología humana y las enfermedades, fue creado por el doctor Richard White en el Hospital Pediátrico de Boston (Massachusetts), en el marco de un programa de investigación de células madre.
Los peces cebra tienen tres pigmentos en su piel: refractante, negro y amarillo.
White creó el pez transparente mediante el cruce de una especie que carece de pigmento refractante con uno que no tiene pigmento negro.
El ejemplar resultante tenía solamente pigmento amarillo que lo hace transparente y en el que se ven claramente el cerebro, el corazón y el aparato digestivo. Según los científicos, el pez proporciona un nuevo frente de investigación médica que rompe los moldes clásicos.
Hasta ahora los métodos tradicionales para estudiar las enfermedades del ser humano consistían en infectar a un animal con el mal y después examinar sus restos para determinar lo ocurrido.
Pero en el cáncer y en otros procesos de rápido desarrollo lo más probable era que se perdiera algo.
“Es como tomar fotografía cuando en realidad lo que se necesita es un video”, manifestó White, del Instituto del Cáncer Dana-Farber.
Hasta ahora, debido a su transparencia, los embriones del pez cebra habían permitido que los científicos estudiaran algunas enfermedades.
Sin embargo, a medida que se desarrolla, el cuerpo de los peces cebras pierde esa transparencia.
“Al cabo de cuatro semanas todo es invisible”, manifestó White.
En el primer experimento con peces cebra totalmente transparentes los científicos pudieron observar el proceso de propagación de un cáncer.
Según el científico, el peor problema para los oncólogos era localizar el tumor y determinar su propagación en una metástasis fatal.
White indicó que hasta el momento no se sabe cuál es el fenómeno que impulsa a las células cancerígenas a propagarse a otras partes del cuerpo a partir de su punto de origen.
El científico creó un tumor de melanoma en la cavidad abdominal de un pez transparente.
Al estudiar al pez bajo el microscopio, el científico comprobó que las células comienzan a invadir el cuerpo a los cinco días en un proceso de metástasis que no se había observado hasta ahora en un organismo vivo.
Las células del melanoma parecían dirigirse hacia la piel después de abandonar la cavidad abdominal y no a otras partes del organismo.
“Lo que nos indica que esto no ocurre al azar. Saben dónde tienen que ir”, indicó White.