Creyentes ortodoxos rusos se bañan en el agua helada durante la celebración de la Epifanía en Moscú, Rusia. (EFE)
Miles de fieles a lo largo y ancho de Rusia se sumergieron ayer en pozas abiertas en río y lagos helados para celebrar el bautismo de Cristo, una de las principales festividades de la Iglesia Ortodoxa de Rusia.
Según fuentes de la Policía, sólo en Moscú, donde las temperaturas eran de 6 grados bajo cero, 11 mil 800 creyentes se sumergieron en 37 pozas abiertas en estanque y río, previamente bendecidas por los sacerdotes.
La bendición de las aguas comenzó de madrugada y las cadenas televisoras rusas mostraron filas de fieles que acudían a los oficios en todo el país, desde Vladivostok, a orillas del Pacífico, hasta Kaliningrado, en el Báltico.
Los fieles ortodoxos suelen lanzarse al agua helada de un “jordán” (agujero que se realiza en hielo), para limpiar el alma de pecados.
En la plaza de la Revolución, a escasos pasos de la plaza Roja, fue instalado un estanque con agua bendita, a fin de que quien lo desee pueda cumplir con el rito de la purificación.
Allí mismo, fueron habilitados vestidores y un espacio con calefacción, en el que a los creyentes les sirven té caliente con miel para que entren en calor después del baño en el agua bendita. Como es tradición, millones de rusos acudieron a los templos e iglesias para recoger en botellas el agua bendecida en el día en que se recuerda el Bautismo de Jesucristo por San Juan Bautista en el río Jordán.
Según la creencia popular, el agua bendecida el día de ayer tiene propiedades curativas y es capaz de aliviar todos los males.
