El árbitro Cecilio García (Izq.) festejó ayer sus primeros 30 años como árbitro, motivo por el cual fue reconocida su trayectoria. (Fotografía de Jesús Galindo)
Luego de tres décadas de recorrer los campos de futbol, el silbante lagunero Cecilio García Arellano se dice satisfecho por los logros obtenidos en su labor de impartir justicia en el balompié, labor que lejos de atraerle enemistades le ha redituado la posibilidad de sumar amigos.
Justo el pasado jueves 27 de junio, este “hombre de negro” festejó al lado de sus amigos y compañeros sus primeros 30 años como silbante, la mayoría de ellos vividos en el terreno amateur, donde ha tenido la oportunidad de ser parte de la formación de talentosos árbitros, algunos de ellos con proyección al plano profesional.
Su debut se dio el 27 de junio de 1978, en un partido de la Liga de Asqueles y Prospectos, el cual se jugó en el campo ocho de la Unidad Deportiva Torreón. Ahí trabajó como árbitro central y sintió por vez primera lo que es estar en la mira de todos los asistentes a un duelo de futbol.
En su primera etapa dentro del arbitraje, en la ciudad de Guadalajara, se desempeñó como árbitro honorario en el sector profesional, para lo cual tuvo el apoyo de elementos como Ramiro Casillas y José Refugio Ramírez.
Posteriormente en esta ciudad tuvo una excelente etapa, aunque la suerte no estuvo de su lado y se vio marginado de la oportunidad oficial en el profesionalismo.
Pese a ello, “Chilo” García ha continuado en el ambiente con la convicción de poner en alto al arbitraje, y le ha tocado la suerte de ser parte de un proceso de formación en el que ha apoyado en su momento a elementos como Héctor Delgadillo, Cornejo, José Jaime Ochoa y “Polito” Guerrero, algunos consagrados en este sector y otros aún en camino de su consagración.
De los 30 años que este elemento tiene de trayectoria, los diez primeros los pasó como miembro del Colegio de Árbitros de La Laguna, donde asegura haber aprendido mucho de personalidades como Ricardo Toscano, Pedro Hernández, Juan Francisco Ovalle y otros elementos, que en sus inicios le aportaron mucho de sus conocimientos y experiencia.
Al momento, la Delegación de Árbitros de Futbol de La Laguna, dirigida por “Chilo” García, cuenta con 28 elementos, misma que da servicio a ligas como la Matías Román, Nuevo Mundo, Hacienda, Unión de Ejidos, Flor de Jimulco, Super Master, Sabatina y Lagunera y en fecha próxima extenderá su labor a la Liga Gomezpalatina.
EL ÁRBITRO, TODO UN PSICÓLOGO
Para el experimentado silbante, en la cancha se debe usar la psicología para llevar las riendas de un partido, de ahí que se deba entender al jugador y ser más listos que ellos en la forma de sobrellevar la relación.
“Se trata de no engancharse con el jugador, de establecer un diálogo cordial y respetuoso con los futbolistas para lograr que ellos entiendan nuestro trabajo y se den cuenta de la gran responsabilidad que tenemos en el campo de juego.
“Muchos jugadores no entienden las reglas y se sienten perjudicados por el silbante, y en su desesperación caen en los insultos, donde las mentadas de madre son lo más común, aunque algunos van más allá e intentan agredirte físicamente”.
Consideró el nazareno que sin duda el arbitraje es una labor ingrata, debido a que marque lo que marque siempre habrá quien se considere afectado, pero destacó que se trata de una labor altamente satisfactoria, principalmente cuando el propio silbante sabe que hizo un excelente trabajo, aunque muy pocas veces esa labor sea reconocida.
