
Una década sin ‘El Tigre’
A diez años de la muerte de su padre, Emilio Azcárraga Jean no sólo consiguió mantener el control de la empresa que heredó, sino que además consolidó nueva estrategia de negocios
El 13 de abril de 1997 Emilio Azcárraga Jean cenó en un restaurante italiano en Miami, el Paparazzi, que se ubicaba en Ocean Drive. Ésta fue la última ocasión en que platicó con su padre Emilio Azcárraga Milmo, quien tres días después falleció en su yate Eco, anclado en las costas estadounidenses.
Precisamente un mes antes se había hecho pública la enfermedad de El Tigre; cáncer en el páncreas que lo imposibilitó a seguir al frente de Televisa, el principal grupo de medios de habla hispana en el mundo. El cuatro de marzo de ese mismo año cedió el control de la empresa a Azcárraga Jean, su único hijo varón, quien fue nombrado presidente y director general de Grupo Televisa a los 29 años.
“Fue en Los Ángeles. Él platicaba del futuro, sabía que estaba enfermo. Me dijo que debía aceptar, que ya no estaba en su mejor momento para tomar decisiones, que necesitaba hacer cambios y que pensaba que yo estaba preparado”, dijo Azcárraga Jean en una entrevista que recientemente concedió a la revista Caras, publicación propiedad de Grupo Televisa.
Luego de la muerte de “El Tigre” no sólo quedó al descubierto la fragilidad financiera de la compañía, con una deuda superior a 19 mil millones de pesos, sino que además se desató una lucha por el control de Televisa que implicó una serie de forcejeos en el interior de las familias que formaban parte del Consejo.
“Hizo el anuncio (del relevo) y comenzamos a trabajar. Ahí tuve suerte porque, aunque no me sentía preparado y sentía que me faltaban muchas cosas por aprender, el rodearme de gente leal y entregada que, a juicio de muchas personas tampoco tenían la experiencia ni los conocimientos, me ayudó mucho”, agregó Azcárraga Jean en la entrevista.
EL ENTORNO FINANCIERO
Una situación adicional presionó la situación para el nuevo timón de la compañía. Un grupo de bancos extranjeros, temerosos de la inexperiencia del heredero, decidieron cobrar los préstamos que habían otorgado a Televisa, y que en su mayoría estaban respaldados por acciones de control del grupo.
El panorama era poco alentador y en la plática con Caras el propio Azcárraga Jean reconoció que muchos le aconsejaron vender la empresa. “Tenía 29 años y mucha gente me decía que la vendiera, pero a mí no me motivaba el tema económico, sino más bien rescatar una empresa con cimientos sólidos”, respondió el empresario a pregunta expresa.
Las primeras tareas que emprendió el equipo liderado por Azcárraga Jean fueron adelgazar la estructura de costos de la empresa, que implicó el cese de cerca de cuatro mil empleados y del pago de horas extras; la venta de activos no estratégicos como dos aviones corporativos, cierre de negocios poco productivos, la cancelación de contratos de exclusividad y la consolidación de sus oficinas, entre otras medidas.
Pero ésos no fueron los únicos cambios que promovió Azcárraga Jean. Para mandar una señal de que una nueva administración estaba al frente, sacó del aire varios programas y eliminó el plan francés, un esquema que otorgaba a los anunciantes descuentos en las tarifas publicitarias a cambio de un pago por adelantado.
La venta de sus acciones en PanAmSat, una parte de sus intereses en la cadena hispana Univisión —en la cual dejó de ser socio recientemente— y su desinversión en la empresa de anuncios espectaculares, Vendor, le permitieron obtener ingresos extraordinarios, pero la situación financiera y operativa seguía débil con pérdidas por 65 millones de pesos hasta septiembre de 1998, según un documento de la empresa de medios.
BALANCE POSITIVO
Para diversos analistas bursátiles y expertos del sector, el balance de los primeros diez años de la administración de Azcárraga Jean son positivos y se constatan con el comportamiento de las acciones de la compañía en la última década. Los consultados dicen que un factor de suma importancia para el joven ejecutivo fue rodearse de gente con experiencia e ideas frescas para mejorar el comportamiento financiero y operativo de la compañía. Además de que logró consolidar el control de la compañía en gran medida con el apoyo que recibió de parte de Carlos Slim Helú, quien invirtió de manera temporal en Televisa y dejó en manos de Azcárraga Jean el voto de las acciones que adquirió.
Gabriel Sosa Plata, especialista en el sector de medios, opinó que la principal aportación de Azcárraga Jean fue hacer eficiente a la empresa desde el punto de vista financiero y focalizar sus nichos de negocios de manera más específica y en los últimos años concentrar todos sus esfuerzos en los contenidos. “Además es un logro para Televisa desde el punto de vista político, aunque no para la sociedad, haber logrado una reforma a las leyes federales de radio y televisión así como a la de telecomunicaciones, que le permitirá mantener su posición hegemónica en el mercado mexicano de medios”, dijo.
“Tras el escepticismo que había en el mercado respecto a la administración de Azcárraga Jean y su equipo, al paso de los años ellos probaron que hicieron las cosas bien”, comentó Francisco Rivero, director de análisis de Santander.
Precisamente los logros y el balance positivo de la administración de Televisa conllevan nuevos retos, sobre todo si se considera que en el mediano plazo se intensificará la competencia en México. El Gobierno actual planea licitar nuevos canales de televisión para tratar de equilibrar el mercado de televisión.
Manuel Güereña, director de calificaciones corporativas de Standard & Poor’s, consideró que ahora el reto es el crecimiento y diversificación del negocio, así como lograr el equilibrio entre la gran influencia que tiene como medio de comunicación y sus decisiones de largo plazo como negocio, “pues hay determinaciones que pueden ser más cercanas a la política que a los negocios”.
Sergio Rodríguez, analista de Fitch Ratings, comparte la visión, pero además dijo que Televisa tiene un gran reto de la convergencia tecnológica y de servicios, proceso en el que la empresa debe ser muy cautelosa, al ser un negocio nuevo, para que si en dado caso no se cumplen las expectativas, sepa detenerse para no afectar su sólida posición financiera.
“La compañía no debe incurrir en gastos desmedidos, pues esta administración terminó con esa política”, dijo.
En el ámbito internacional, los mayores retos serán consolidar su presencia en España y buscar nuevas alternativas para volver a posicionarse en el mercado hispano de Estados Unidos, atractivo por la sencilla razón de que mientras los costos de la programación se realizan en pesos, las ventas se contabilizan en dólares.
“Es importante que no pierda el mercado estadounidense, por lo que luego de la salida de Univision, Televisa tiene que encontrar y desarrollar otras oportunidades para no descuidar este segmento tan importante”, dijo al respecto Gerardo Copca, analista de la firma MetAnálisis. Un pendiente más para Azcárraga Jean será consolidar los nuevos negocios en los que participa Televisa como los sorteos y apuestas, así como la aviación, en la cual participa a través de Volaris.