La pastorela ¿A don Diablo?, reúne a la familia Valdés: Antonio, Manuel, Francisco y Toñito. (El Universal)
El Universal
MÉXICO, DF.- En esta esquina, con dos kilogramos de barba y pellejo, Antonio Valdés; en esta otra, con cuatro toneladas de azufre y extravagancia, El Trinche... “no traigo trinche”, le murmura el retador, El Diablo, Manuel “Loco” Valdés.
Dos hermanos que pelearán por el mayor número de almas llevadas al paraíso o al purgatorio respectivamente, en la pastorela llamada ¿A don Diablo?
Esta pastorela logra que la dinastía Valdés permanezca vigente al reunir tres generaciones de cómicos con el respaldo del “Loco” Valdés; su hermano Antonio Valdés; su sobrino (hijo de Germán Valdés “Tin Tan”), Francisco Valdés y su nieto Toñito Valdés.
Juntos rompen el protocolo de lo tradicional, la hacen familiar y la convierten en la más divertida de la temporada. El “Loco” Valdés tiene más de diez años de hacer pastorelas, como El Diablo Anda Suelto, pero con su familia es la primera vez que se presenta.
“Convivir con la familia es algo muy fácil y más con mi hermano que somos los que quedamos, eso es muy bonito. Mi hermano me la propuso, yo sinceramente estaba flojoneando, no quería hacer nada, él me convenció, naturalmente que me compensa con 50 mil dólares por función. Nunca habíamos trabajado juntos; mi hermano es San Pedro el barbón y yo soy ¿A don Diablo?”, platicó.
Con diez actores en escena, ¿A don Diablo? estaba planeada para que “el panzón Millet”, como le dice cariñosamente Antonio Valdés al actor Carlos Millet, protagonizara el mal, pero una telenovela le impidió continuar con los ensayos; sin embargo, ayudó para que Manuel Valdés recibiera la invitación.
“Mi hermano me propuso y la verdad es que lo que quiera mi hermano; entonces me dio el libreto y estoy muy bien”, dijo el “Loco”.
La pastorela tiene la intención de parodiar los momentos de todos, en especial de Manuel “Loco” Valdés que no se salvará del acoso de la prensa, porque en algún momento lo acechará un grupo de cámaras como en la vida real.
“Habrá mucho juego, mucha música. Espero resultados favorables para el futuro porque nos mató el tiempo, quiero llevarla fuera de la ciudad... es de mucho cotorreo”, adelantó Antonio Valdés.
En la pastorela lucirán algunas parodias como el enfrentamiento de los hermanos Valdés similar al conflicto de la cinta Dos Tipos de Cuidado.
Actualmente, la pastorela, producida por Claudia Valdés, Christian Romero, Gerardo Pérez y Pola Valdés en la idea general, enfrenta a su máximo enemigo que es el tiempo, porque los compromisos son muchos y sólo pudieron programar seis funciones. Este sábado se estrena en Cuautitlán, México, en el gimnasio Benito Juárez y el próximo 22 de diciembre ofrecerá una función en el Centro de Convenciones de Tlalnepantla.
La adaptación de esta pastorela fue lograda por Martín Muñoz y Antonio Valdés y el actor Eduardo Reza participa en la dirección. También actúan Cynthia Torash, Valeria Russek, Freddy Jiménez “y tres chicas bien guapas”, confirmó Antonio Valdés.
Todo queda entre Valdés
El talento recorre las venas a través de varias generaciones en la familia Valdés.
- Toñito Valdés, nieto de Antonio Valdés y actor de TV Azteca, se siente orgullo de participar con sus tíos, sabios de la comedia. Su abuelo le da consejos y le dice hasta dónde es permitido un chiste
y cuándo hay qué cortarlo. Será un digno querubín en la pastorela.
- El hijo de “Tin Tan”, Francisco Valdés, encarna a un niño pastor, “pese a la edad y que
ya no tengo dientes”, bromeó Francisco, quien es abogado de profesión. Cuanta que su padre el conocido “Rey del Barrio”, siempre le dijo que no servía para la actuación, con el fin de que ejerciera la abogacía.
- Antonio Valdés se dio a conocer con la célebre frase del
programa de televisión Puro Loco: ¡Ay ojeis!, así como por su genialidad para burlarse de sí mismo. Encarnó al boxeador veterano Rucky Balboa y al Padre Garras en la burla
cinematográfica El Mensorcista. Antes se distinguió en los
programas cómicos La Cosa y ¿Qué nos Pasa?, con Héctor Suárez.
