Espectáculos Famosos Ángela Aguilar Angélica Rivera Entrevistas La Casa de los Famosos

Rompe corazones y honores masculinos (segunda y última parte)

Conocedor y testigo personal de las andanzas, travesuras y correrías de Pedro Infante en Mérida, Luis Alberto Rivas Aguilar prosigue su viaje retrospectivo por el Siglo XX, en el que el ídolo sinaloense tuvo en esta ciudad el sitio perfecto para dar rienda suelta a su singular personalidad. En una época en la que no había tecnología que facilitara la inmediata transmisión de información y en la que la vida íntima de las personalidades aún no era botín del sensacionalismo, el “Idolo de Guamúchil” vivió y disfrutó a sus anchas en esta parte del país que escogió para radicar y, sin saberlo, para morir. “Pedro, por su gran amistad con el tío Julián Villarreal, se interesó por la aviación y la aprendió acompañándolo a los campos chicleros a los que iban y venían sin parar tirando desde el aire, al suelo del aeródromo Francisco Sarabia, grandes pacas de chicle”, rememora Rivas Aguilar. Al proseguir con su relato anecdótico, don Luis, como se le conoce aquí, resalta la gran relación que Infante tuvo con Villarreal, casado con su tía Elba y en cuya casa permanecía cuando llegaba a Mérida, antes de radicar en la capital yucateca. De hecho, el propio Villarreal construyó la mansión que, años después, sería de Pedro Infante, al parecer se la vendió y en donde, tras su muerte, fue velado antes de ser llevado a la Ciudad de México. Para Rivas Aguilar, el sinaloense no tenía halo mágico o místico alguno como podrían suponerlo quienes han sabido de su carisma, generosidad y arrastre con las mujeres, pues simplemente así era y eso, combinado con su trágica muerte, lo mantiene vivo como el máximo símbolo del imaginario mexicano moderno cinco décadas después. En cuanto a las mujeres, el entrevistado confirma lo que ya todo mundo sabe sobre la afición del artista al sexo opuesto y además, añade bajando el tono de su recia voz: “Andaba con mucha casada”. Sobre este punto, agrega que “muchos se hicieron tontos para evitar el escándalo”, pues eran conocidas en la entonces pequeña Mérida las andanzas y travesuras del muy querido actor. Prosigue: “Parece que lo estoy viendo en la terraza de Julián Villarreal, con su sombrero texano, a la vista de todo mundo y de las muchachas que daban vueltas repetidas por el sitio saludándolo, diciéndole Pedro, Pedro!”. Una de las mujeres importantes en su vida, al menos en lo profesional, Blanca Estela Pavón, era en verdad, según Rivas Aguilar, muy apreciada por Infante. Una vez se trajo de Chetumal dos bicicletas desarmables, como las que usaban los soldados en la II Guerra Mundial y se las llevó a México, donde paseaba con ella en los Estudios Churubusco. “Su indumentaria habitual era una camiseta blanca de mangas cortas, lentes de piloto, pantalón de mezclilla y sus botas negras”, afirma. De acuerdo con el entrevistado, era común ver a Infante departiendo por las mañanas en el ya desaparecido y muy famoso Café Louvre con sus amigos yucatecos, entre ellos el empresario de origen libanés Tufic Charruf, con quienes solía comer. Pedro, afirma Rivas Aguilar, era de muy buen diente y le gustaban guisos locales, aunque eso sí no tomaba una sola copa, “porque era diabético desde muy joven”. Le gustaban guisos como el escabeche oriental, el frijol con puerco y el queso relleno, que “lo volvía loco”. “Una vez saliendo del Circo-Teatro Yucateco -la más famosa arena de box en la historia de Yucatán- se comió 18 panuchos, con sus respectivas horchatas, para darle provecho a la viejita que los vendía... era muy tragón”, recuerda. Según el entrevistado, a Infante le gustaba mucho el box y asistía al Circo-Teatro Yucateco escondido en el palco de radio, acompañando al fallecido cronista de box, Raúl Castillo Cecías. Supone que en sus innumerables visitas a esa arena y a los trepidantes episodios boxísticos que en ella atestiguó, Infante haya dado forma al personaje de “Pepe el Toro”. “La verdad es que a Pedro le gustaba todo lo que fuera deporte, y eso claro, incluía al boxeo”, rememora Rivas Aguilar en su oficina, rodeado de micrófonos y radios de todas épocas y en impecable estado. Añade que las historias sobre la generosidad del actor, tampoco son cuentos, pues a él le tocó vivirlas. “Una vez se le propuso por el padre Efraín Serratos un festival artístico a beneficio de un orfanato de niños huérfanos, luego de un ciclón en Chetumal, pero declinó hacerlo. “Nos dijo que no podía, porque ya había firmado un contrato previo de actuaciones y eso lo metería en problemas, pero seguidamente, agarró y le entregó al padre Serratos de su propio dinero diez mil pesos para ayudar a esos niños.” Agrega que ese capítulo fue en la casa del artista, ahora convertida en un hotel, donde Infante instaló un simulador de vuelo rudimentario y un receptor telegráfico, entre otras cosas. De tal forma, en la ciudad que escogió para residir tenía de todo y no sólo tranquilidad y buenos amigos como Ruperto Prado, quien fue como “un padre para él” y que un día, en un cumpleaños suyo, le regaló su primer avión, un Cessna. Para este hombre de empresa, Infante era un tipo en verdad “muy simpático, genuino, agradable en su trato y muy, pero muy bromista. Tan bromista, que un día se trajo de Chetumal un cojín escandaloso y lo usaba para hacerle vaciladas a sus amigos”, quienes al sentarse encima del artefacto se llevaban una sorpresa causando sus risotadas. Rivas Aguilar, toda una leyenda de la rediodifusión mexicana y que trabajó varios años dirigiendo medios electrónicos en Jalisco, a sus casi 73 años guarda infinidad de recuerdos sobre Infante, algunos ya difusos. Pero todos lo llevan a concluir que con mucha razón, el sinaloense de carne y hueso que llegó a vivir y a morir en Mérida, es con toda razón la más grande leyenda del México moderno, cinco décadas después de su desaparición física.

Leer más de Espectáculos

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Espectáculos

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 269915

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx