En la población de San Andrés, Perú, una de las zonas afectadas por el terremoto de la semana pasada fue instalado un refugio provisional de damnificados. (EFE)
Estiman que en dos semanas se restablezca la normalidad en ese país.
El Gobierno estima que dentro de dos semanas se restablecerá la normalidad en las localidades del sur del Perú, devastadas por el terremoto de 7.9 grados en la escala de Richter del 15 de agosto, mientras elaboraba varias propuestas para organizar la reconstrucción y la entrega de fondos a los organismos encargados.
La reconstrucción de la infraestructura y viviendas destruidas del departamento de Ica, donde estuvo el epicentro del terremoto, tendrá un costo estimado en 450 millones de dólares, según un estudio de la Cámara de Comercio de Lima. El informe señaló que el Estado debería aportar 100 millones de dólares y el sector privado los otros 350 millones de dólares.
El presidente Alan García retornó a Lima el miércoles desde su centro de operaciones en la zona devastada para encabezar una reunión con sus ministros y elaborar propuestas que serán discutidas y probablemente aprobadas por el Congreso.
En la víspera, el Congreso aprobó por unanimidad un proyecto denominado de Solidaridad que concede facultades a las autoridades regionales para disponer de recursos para empezar la reconstrucción.
A su vez, el primer ministro, Jorge del Castillo, informó que los aportes de organismos internacionales y de Gobiernos alcanza a 38 millones de dólares. La mayor ayuda la entregó Naciones Unidas con 10 millones de dólares.
Del Castillo señaló que además de la ayuda de cientos de toneladas proveniente de países amigos, el Gobierno ha trasladado hasta la zona devastada 12 mil toneladas métricas de diversos productos destinadas a los damnificados.
La Defensa Civil estima que en 15 días se restablecería la normalidad en Pisco, uno de los epicentros del sismo y que resultó con alrededor del 90 por ciento de sus construcciones destruido. Aunque algunas autoridades locales ponen en duda esa estimación, otros servicios públicos se han restablecido, como el alumbrado público.
El ministro de la Producción, Rafael Rey, señaló que el Gobierno se ha planteado como objetivo convertir a la ciudad de Pisco, destruida en más de un 80 por ciento, en un “cómodo destino turístico”, con un costo de al menos 100 millones de dólares.
Explicó que los planes trazados para la reconstrucción de Pisco prevén hacer “en el menor tiempo posible” un lugar “totalmente distinto” sobre las ruinas.
El ministro explicó que el Ejecutivo planea nombrar una autoridad “autónoma” para dirigir la reconstrucción de las zonas afectadas.
El ministro de la Producción estimó, que por contraste, el terremoto implicará un mayor dinamismo en el sector de la construcción por las obras que se requerirán para reconstruir las ciudades de Pisco, Chincha e Ica, que fueron las más afectadas por el sismo del 15 de agosto.
El Gobierno contratará por uno o dos meses a unas ocho mil personas para trabajar en la remoción de escombros.
El último informe de la Defensa Civil arrojó una cifra oficial de 513 muertos, aunque otras estimaciones elevan esa cantidad y más de 150 mil damnificados por la destrucción de casi 39 mil viviendas.
Agradece Perú ayuda con botella de vino ‘Pisco 7.9’
El Gobierno peruano producirá una serie limitada del licor bandera del país, denominada “Pisco 7.9”, para regalar y agradecer a quienes han contribuido desde el exterior a paliar los efectos del gran sismo que destruyó la ciudad que lleva el nombre del aguardiente.
Las botellas numeradas no superarán el millar, manifestó ayer el ministro peruano de la Producción, Rafael Rey, quien en un encuentro con la prensa extranjera anunció la iniciativa que servirá, además, para promocionar el aguardiente que históricamente se ha producido en la costa peruana devastada.
La botella, de acuerdo con el prototipo mostrado por el ministro, incluye una etiqueta con la leyenda: “La milenaria ciudad de Pisco, en muestra de eterna gratitud por su solidaridad y ayuda tras el terremoto del 15 de agosto de 2007. Con afecto, el pueblo de Perú y el pueblo de Pisco”.
Las botellas de “Pisco 7.9”, que hacen referencia a la magnitud del terremoto en la escala de Richter, serán un regalo del Gobierno a las autoridades extranjeras en agradecimiento por la ayuda recibida.
La decisión de obsequiar a los más destacados donantes de ayuda partió de la Asociación de Productores de Pisco, quienes, igualmente, pretenden reforzar la idea de que el pisco es exclusivamente peruano.
“Obviamente tiene también un interés comercial por parte de Perú, pues señala que Pisco sólo hay uno”, agregó el ministro, en alusión a la histórica controversia con Chile que disputa en el mercado internacional la denominación de origen de este aguardiente.
El pisco es un tipo de aguardiente de uva, de color blanco y destilado en alambiques de cobre, que se toma solo o en cócteles, el más famoso e internacional de ellos es el Pisco Sour.
