El capitán “rossonero” Paolo Maldini levanta el trofeo de campeones del Mundial de Clubes de la FIFA. (Fotografías de AP y EFE)
Yokohama, Japón.- El AC Milán cobró venganza de la derrota que sufrió hace cuatro años en la Copa Intercontinental al derrotar ayer 4-2 a Boca Juniors y se proclamó campeón del Mundial de Clubes de la FIFA, con lo que rompió la hegemonía de equipos de Sudamérica.
El italiano Filippo Inzaghi abrió el marcador al minuto 21, pero dos más tarde el argentino Rodrigo Palacio emparejó el marcador; el zaguero Alessandro Nesta (50), el brasileño Kaká (61) e Inzaghi (70) anotaron por el cuadro “rossonero”, y Massimo Ambrosini marcó autogol y descontó para la escuadra argentina (88).
El brasileño Kaká se acercó un poco más a la conquista del trofeo de Mejor Jugador de la FIFA tras su gran actuación en la final de este torneo, y junto con Inzagui, autor de dos anotaciones, dieron su primer título en un Mundial y su cuarto trofeo Intercontinental al Milán.
Desde el principio del encuentro, el conjunto lombardo asfixió a los argentinos, quienes intentaron con contragolpes inquietar al brasileño Dida, pero en un descuido permitieron que Kaká sirviera para “Pippo” y marcara el primero de la noche, al minuto 21.
Los dirigidos por Miguel Ángel Russo no tardaron en reaccionar y dos minutos después, mediante un cobro de tiro de esquina, Rodrigo Palacio ingresó libre al área y conectó con la cabeza para igualar los cartones.
En la parte complementaria, Milán se volvió a adelantar en la pizarra en una jugada a balón parado. Andrea Pirlo envió el esférico al centro del área en donde Ambrosini no alcanzó a rematar pero el balón le quedó a Alessandro Nesta, quien no perdonó, al minuto 50.
Los argentinos buscaron el empate por todos los medios posibles, pero los contragolpes aniquilaron sus aspiraciones. El cuadro de Carlo Ancelotti puso más difíciles las cosas para los de Boca Juniors tras una gran jugada de Kaká que no logró cortar el guardameta Mauricio Ariel Caranta, al minuto 61.
La sentencia del encuentro se generó en los pies del brasileño Balón de Oro 2007, quien tras recibir un pase largo del holandés Clarence Seedorf sirvió nuevamente para Inzagui, quien firmó su segunda anotación del encuentro.
El descuento llegó por un autogol de Massimo Ambrosini, quien intentó cortar un remate de Ledesma pero terminó mandando el balón al fondo de su propia portería, para decretar el 4-2 definitivo en el estadio de Yokohama.
Con este marcador, AC Milán se convirtió en el primer cuadro europeo en conquistar el Mundial de Clubes de la FIFA, luego de las tres coronas de las escuadras brasileñas Corinthians, Sao Paulo e Inter de Porto Alegre, y logró su cuarto título Intercontinental, que lo convierte en máximo ganador, tras sus triunfos en 1970, 1990 y 1991.
