La etnia sajona se ha convertido en parte fundamental de la economía del municipio. Una de las habilidades de la etnia es el manejo de las herramientas para construir y crear maquinaria. Desde pequeños, los menonitas son enseñados a trabajar. Las colonias menonitas embellecen el territorio del municipio de Nuevo Ideal con sus peculiares construcciones y jardines.
Mecanizan el campo y entran en la modernidad con la electrificación de las colonias
El Siglo de Durango
NUEVO IDEAL, DGO.- La presencia de los menonitas en el municipio es una razón de estabilidad económica, riqueza cultural y fuerza de trabajo; el 90 por ciento de ellos tiene persistencia económica que se refleja en sus colonias.
Desde hace más de 80 años, la etnia se asentó en tierras duranguenses provenientes de Manitova y Notario, cuando en 1921, el entonces presidente de la República Mexicana, Álvaro Obregón, autorizó su estancia en Nuevo Ideal.
Autoridades del municipio quesero y manzanero reconocen que el trabajo de los menonitas ha derivado en desarrollo, pues sus tierras son las más productivas y su maquinaria sobresale por su eficiencia y sus alimentos por su sabor.
El queso y los embutidos menonitas son reconocidos en todo el país; inclusive, la mayoría del derivado lácteo que se produce en Nuevo Ideal se va a los estados de Nuevo León, Campeche Veracruz y otra parte se distribuye en Durango.
La maquinaria que fabrican los menonitas tiene garantía de calidad, debido a la dedicación y exactitud con la que desempeñan su trabajo, mientras que en la agricultura aplican técnicas que diferencian sus cosechas de las demás.
Funcionarios y personajes políticos de Nuevo Ideal admiten que, sin la presencia de la etnia, el desarrollo del municipio no sería el mismo.
ARTESANOS MECÁNICOS
“Trabajamos porque tenemos que comer y mantener a nuestros hijos”, dijo Enrique Martínez, de 52 años de edad, quien desde hace 25 años formó un taller de mecánica y soldadura.
A diferencia de otros miembros de la comunidad, Enrique no tiene tierra; “sólo tengo un acre”, comentó, mientras perforaba un disco de rastra con un soplete.
Con amabilidad, Enrique se muestra orgulloso del interés que del reportero de El Siglo de Durango en su trabajo y pone más énfasis en lo que hace.
Sus manos son ásperas, su rostro arrugado y enrojecido por los rayos del sol; tiene una familia prolífera como la mayoría de los menonitas, compuesta por siete hijos, cuatro hombres y tres mujeres; todos saben trabajar, aclaró.
Entre bromas, dijo saber que es cierto que mucha gente los conoce por ser trabajadores; incluso, él sí se considera, “pero no es por gusto, es por necesidad”, mencionó sonriendo y agregó que, como toda la gente, trabajan para vivir.
Aunque también, Enrique destacó que, efectivamente, les gusta hacer las cosas bien, para que nadie reclame, además de que añade que nadie trabaja con la misma calidad que un menonita; mientras, toma el soplete, y con él enciende su cigarro.
EVOLUCIÓN NECESARIA
Sistemas de sonido, televisiones, radios, hornos de microondas, entre otros enceres, se venden en la mueblería de la familia Letkeman que desde hace dos años abrió sus puertas al público a orillas de la carretera que comunica a las colonias menonitas de Nuevo Ideal.
Abraham, de 24 años, uno de los hijos de la familia, platicó que se les hizo muy complicado el ritmo que requiere la producción de lácteos y la agricultura, sobre todo por el horario, así que decidieron poner un negocio, que con la electrificación de las colonias ha tenido éxito.
Comentó que si se trabaja, se puede vivir bien en Nuevo Ideal, es una tierra tranquila, mucho más que Texas, Estados Unidos y Canadá, lugares en donde le ha tocado estar.
La mayoría de los menonitas de esta región que realizan actividades comerciales venden lo que ellos mismo producen: maquinaria, quesos, forrajes; sin embargo, los Letkeman han encontrado otra alternativa de trabajo.
Mientras tanto, otros que han logrado el éxito en el sector primario cuentan con modernos sistemas de riego para hacer producir con mayor eficiencia sus tierras, aunque en su mayoría los menonitas siguen dependiendo del temporal.
La mayor producción de la región es de avena, maíz y frijol, aunque no faltan las hortalizas, que son para consumo local y generalmente forman parte de los cultivos de traspatio.
EMIGRACIÓN TEMPORAL
Más de mil de los siete mil menonitas que hay en Nuevo Ideal emigran a Canadá, país de Norteamérica, en donde principalmente se desempeñan en la cosecha del pepino.
Enrique Martínez platicó que sobre todo los jóvenes se van por temporadas a trabajar a los campos canadienses; incluso, él si no estuviera enfermo de la cintura se iría a ganar unos dólares.
“Fácil regreso con diez mil dólares y una troca, si me voy a trabajar en el pepino”, dijo, además de que explicó que generalmente los trabajadores y dueños de la tierra van a la mitad de la producción.
Por su parte, Abraham Letkeman mencionó que nunca se ha ido a trabajar a Canadá, pero este año tiene planes de irse para juntar algo de dinero.
Generalmente, los menonitas van y regresan, conforme a los ciclos agrícolas, pero son pocos los que deciden quedarse en el país del Norte, pues disfrutan vivir en Durango.
QUESOS FAMOSOS
Los menonitas son conocidos en las diversas regiones en las que están establecidos en el país por la producción de queso, del que se presume su buen sabor y consistencia.
Según estadísticas de la etnia, diariamente el ganado vacuno produce alrededor de 80 mil toneladas de leche, equivalentes a ocho toneladas de queso, lo cual consideran que es una producción buena, aunque no comparable con la de Chihuahua, que es de 50 toneladas.
Los menonitas emplean diez litros de leche para obtener uno de queso, proceso que hacen en pequeñas y grandes fábricas distribuidas en varias de las 32 colonias que hay en Nuevo Ideal.
En el caso de la empresa quesera Holanda, se producen alrededor de 800 kilos diariamente de producto, con la participación de 14 empleados que trabajan de lunes a sábado.
Ésta es una de las fábricas más grandes de queso en la región y mucho de su éxito se debe a la buena organización y constancia.
Puntos frágiles
La cultura de los menonitas se ha funcionado en cierto grado con las costumbres mexicanas, específicamente con la de la región, aunque cabe señalar que hay familias que aún son muy conservadoras.
La etnia, como cualquier ora comunidad, tiene problemas de inseguridad y tránsito en las que se ven involucrados sobre todos los jóvenes y durante los fines de semana, cuando algunos “se pasan de copas”.
Son aspectos en los que se debe poner más atención, sobre todo cuando hay presencia de alcohol, ya que hay quienes utilizan la carretera como pista de carreras, mientras otros hacen piruetas con sus vehículos en las calles.
Los menonitas son muy disciplinados con su trabajo y en sus viviendas, sus jardines y casas son simétricamente perfectos; sin embargo, como en cualquier otra localidad de Nuevo Ideal, también pierden el control.
Las autoridades municipales aceptan que en varias ocasiones se les ha tenido que sancionar económica o administrativamente; en la Cárcel Distrital de Nuevo Ideal hay menonitas e incluso hay en la comunidad rencillas familiares o de grupos.
Algo común en la etnia es que permiten que los menores de edad conduzcan las camionetas y hasta los tractores, poniendo en riesgo su corta vida y la de terceros, pues hasta por la rúa federal circulan, de lo que ha sido testigo este matutino.
No obstante, las autoridades refieren que en lo legal el trato que reciben los menonitas debe ser igual que el de cualquier otro, aunque ellos aparte tienen sus propias normas y gobernantes.
