Los caimánes chinos en cautiverio, llamados también "fósiles vivientes" están corriendo peligro de extinguirse debido a que tienen la tendencia de aparearse con especies de su misma familia.
El caimán chino, uno de los reptiles en mayor peligro de extinción del planeta y considerado un "fósil viviente", se enfrenta ahora a otra amenaza al haberse detectado una fuerte tendencia endogámica entre los especímenes en cautividad.
Unos mil ejemplares nacen cada año en la reserva de Xuancheng (provincia oriental de Anhui), que acoge en total a 10 mil caimanes chinos ("Alligator sinensis") descendientes de los primeros 14 que llegaron al centro, informó el diario China Daily.
La falta de diversidad genética genera unos especímenes más débiles de esta especie -protegida por el Estado chino y la convención CITES (Comercio Internacional de Especies en Peligro)-, que crecía hace 230 millones de años en los tramos bajos del Yangtsé, el río más largo de Asia.
Los funcionarios de la reserva de Xuancheng, sede también del Centro de Investigación de la Propagación del Caimán Chino, están preocupados por esta endogamia.
"La descendencia producida por padres genéticamente similares es a menudo débil y tiene poca posibilidad de sobrevivir", señaló Wang Chaolin, uno de los funcionarios del centro.
El centro ha construido 150 nuevas piscinas que pueden acomodar cada una a un macho y no más de dos hembras, que son seleccionados tras haber pasado varios test de ADN para asegurar que no pertenecen a la misma familia.
De menor tamaño que otras especies de caimanes, el caimán chino es originario de las provincias de Jiangsu, Zhejiang y Anhui, y es una de las dos especies vivientes del género "Alligator" (de la familia de los "Alligatoridae") cuya investigación podría arrojar luz sobre los orígenes del ser humano, según expertos chinos.