
Agunas de las prostitutas de la zon aroja de Vicente Guerrero no regularizan su certificado de salud.
VICENTE GUERRERO, DGO.- Maltratos, abusos sexuales y cárcel sufren las mujeres dedicadas al oficio más antiguo del mundo por parte de los policías e inspectores, las privan de una vida normal, sufren discriminación.
La vida las orilló a la “vida fácil”, 12 de más de 20 mujeres que prestan sus servicios en la Zona de Tolerancia recurren a la revisión médica, el resto evade esa atención de salud y se convierte en un serio riesgo de contagiar de enfermedades venéreas a los clientes.
Hace 40 años inició la Zona de Tolerancia con un local, hoy son cuatro: “El Real, Las Brisas, Lago Azul y El Tenampa, donde las mujeres se mostraron accesibles a la entrevista, omitiendo sus nombres por razones obvias, ya que de esa manera señalaron los abusos de autoridad de los policías e inspectores.
Comentan que no pueden llevar una vida normal, aún cuando muchas veces lo han deseado, se sienten abrumadas porque los agentes de seguridad pública por cualquier cosa las meten a la cárcel, por ejemplo el domingo, día de descanso ni siquiera pueden ir a un baile porque inmediatamente son apresadas por el sólo hecho de trabajar en la zona.
Cuando salen a realizar sus compras y alimentarse en algunos de los puestos, ubicados en el centro o alguna colonia de la periferia, tienen que regresar pronto al salón, porque si los policías municipales las ven son apresadas.
Al recordar muestran molestia, pues las suben a las unidad policiales a empujones y con violencia de la misma forma son bajadas y enviadas a las celdas, donde les exigen una multa de 250 pesos, de lo contrario permanecen hasta tres días bajo la sombra.
A la vez en la cárcel también son ignoradas si tienen alguna necesidad, tienen que dormir en el piso y no se les ofrece ninguna cobija.
No pueden salir en el día algún lugar acompañadas de un amigo o novio, ya que por el hecho de trabajar en la zona son levantadas y colocadas en la cajuela de la camioneta para exhibirlas, claro que las que pagan protección con dinero o placer reciben otro trato.
Revelan que los agentes de seguridad pública vienen a los salones a tomar, oír música y sacan muchachas de aquí sin que nadie se los impida, abusan de su cargo, cuando deberían protegerlas, de tal manera que se les tiene más miedo y asco a esos uniformados que a los mismos delincuentes.
Las mujeres que trabajan en esta zona, la mayoría son de la ciudad de Durango y otras de Fresnillo, Zacatecas, pocas son de esta misma región.
Estas mujeres están cansadas de ser tratadas de manera indigna, exigen ser tratadas como seres humanos y no como animales o criminales.
El Siglo de Durango intentó entrevistar a Martín Torres, quien se dice comandante de la Policía Municipal, pero no se dejó ver, lo justificaron los subalternos mencionando que se encontraba trabajando, haciendo rondines, que después se comunicaba con este diario.
Irregularidades
De acuerdo a información de las sexoservidoras, asisten todos los viernes a firmar la tarjeta de salud en el Hospital de Vicente Guerrero, donde la mayoría de las veces no cuentan con ginecólogo, admiten que no son revisadas minuciosamente.
Están concientes las “mujeres de la noche” que es un riesgo no tener una revisión correcta y constante, son las más interesadas en cuidar su salud y evitar daño a terceros, lamentablemente las autoridades pierden de vista su responsabilidad.
Solamente una parte de las sexoservidoras acuden a revisión médica, muchas no están bajo control y eso pone en riesgo la salud de las personas; el examen de Sida se lo hacen cada tres meses al igual que otros estudios.