Federico Toussaint Elosoua, presidente de Consejo de Administración de Grupo Lamosa.
Lamosa en los próximos dos años consolidará la compra de Porcelanite.
MÉXICO, DF.— El plan estratégico de Grupo Lamosa está definido. En los próximos dos años consolidará la reciente compra de su competidor Porcelanite, periodo durante el cual buscará las sinergias que le permitan generar un mayor flujo de operación para reducir su nivel de deuda. El siguiente paso será la internacionalización de la compañía y evaluar oportunidades para nuevas adquisiciones dentro y fuera del país porque actualmente sólo 15 por ciento de sus ventas provienen del extranjero.
“Es como si se alinearan las estrellas. Muchas cosas estuvieron planeadas y otras no, pero los momentos fueron muy oportunos”, comenta Federico Toussaint Elosoua, presidente de Consejo de Administración de la compañía regiomontana que adquirió su abuelo Bernardo Elosúa Farías en 1929, al referirse a los últimos movimientos estratégicos de Lamosa.
Apenas en junio vendió a la estadounidense Prudential Real Estate Investors dos centros comerciales y terrenos por mil 800 millones de pesos, proceso que dejo las finanzas de la regiomontana en una situación envidiable. En esos momentos, la firma dijo que los recursos obtenidos servirían para seguir capitalizando oportunidades de crecimiento.
Pero sólo fue en cuestión de meses para que Lamosa concretara su mayor reto en términos corporativos al cerrar la compra de Porcelanite, que pertenecía a Grupo Carso, por 807 millones de dólares, que no sólo le permitió alcanzar 40% del mercado local sino además posicionarse en el tercer lugar mundial en términos de producción de recubrimientos.
“Vimos que podíamos soportar un pasivo para financiar la compra porque tendríamos el doble de tamaño y más ventas, tenemos planeada una emisión de acciones para reducir deuda y riesgo, y contar así con una plataforma para nuevas oportunidades y poder competir en otras regiones del mundo”, explica el también director general de Lamosa, ingeniero industrial por el Tecnológico de Monterrey, con una maestría en Administración en el IPADE.
La adquisición fue financiada con un crédito sindicato por 900 millones de dólares otorgado por un grupo de 14 bancos nacionales y extranjeros, y esta respaldado por los activos de Lamosa y Porcelanite. El plan de la empresa es vender más acciones en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) a principios de 2008 para obtener cerca de 250 millones de dólares con los que liquidará una parte de su deuda.
“La oportunidad de adquirir al líder del mercado en el sector donde tu participas, conoces y has estado apostándole pues se da sólo una vez en la vida, para nosotros era la oportunidad para capitalizar la experiencia que tenemos, estamos adquiriendo algo que conocemos, que tenemos toda la vida trabajando y el riesgo es medido por que conocemos el mercado y las sinergias que podemos capitalizar”, responde el empresario cuando se le pregunta sí la compra de Porcelanite fue muy arriesgada, considerando que ésta empresa es prácticamente del mismo tamaño de Lamosa incluyendo todas sus divisiones de negocios: revestimientos, sanitarios, adhesivos e inmobiliario.
La estrategia de expansión no es un concepto nuevo para Lamosa. En 2000 inició la gran transformación y modernización de sus plantas para ampliar su presencia en un mercado que gracias a la dinámica del sector de la vivienda comenzó a demandar más productos. “Estábamos en el peor de los mundos, teníamos tecnología antigua, costos altos y la posibilidad restringida de hacer nuevos productos. Cerramos algunas plantas y en cuatro años nos modernizamos totalmente y empezamos a penetrar con productos de más valor agregado y de lujo, desarrollamos nuevas líneas, cambiamos nuestro logotipo y la imagen, pero no sólo la parte bonita sino el fondo”, dice Toussaint que esta al frente de una firma que hasta septiembre reportó ventas por más de 5 mil millones de pesos.
Lamosa es una empresa familiar pero desde su ingreso al mercado bursátil en 1965 intensificó su institucionalización, factor decisivo cuando Bernardo Elosúa Muguerza dejo la compañía por motivos de salud ya que la búsqueda del relevo fue una tarea exclusiva de un grupo de consejeros externos y a un head hunter con la opción de contratar incluso a una persona que no perteneciera a la familia. En ese entonces Federico Toussaint laboraba en la empresa química Cydsa porque había decidido iniciar su desarrollo profesional por su propia cuenta. “La filosofía de la familia era y seguirá siendo que hay que desarrollarte con tus propias uñas porque cuando tienes todo en la vida todo es muy fácil. El problema de la empresa familiar es tolerar que no se desempeñen los funcionarios como debe ser, lo que decidió la familia es estar muy activa pero sólo en el consejo de administración para dirigir y buscar incrementar el patrimonio”, agrega el ejecutivo que entre sus pasatiempos esta el fútbol, la cacería, la pesca y los acuarios de agua salada, afición que asegura le brinda paz pero sobretodo retos para desarrollar y mantener un sistema marino.
