Un hombre estaba sentado afuera de su casa. "¿Qué haces aquí?" -le pregunta un vecino. Responde el tipo: "Mi mujer me acaba de abandonar. Se fue con otro". "¡Qué barbaridad! -se conduele el vecino-. Entremos a tomarnos unos vinos para ahogar tu tristeza", "No tengo" -dice el sujeto. Ofrece el otro: “Iré a mi casa por una botella”. "No -aclara el individuo-. No tengo tristeza"... El pediatra le dice a Babalucas y a su esposa, que se estrenaban como papás: "Voy a darles un consejo: no dejen que su niño se acostumbre a los brazos". "¿Y qué quiere que hagamos, doctor? -se enoja el pasmarote-. ¿Que se los cortemos?"... La chica de tacón dorado esperaba clientes en una esquina. De pronto, ante sus asombrados ojos, un OVNI aterrizó ahí mismo. Se abre la puertecilla de la nave, sale un marciano, va hacia la muchacha y le pregunta: "Dime, chula: ¿aceptas cheques de viajero?". (NOTA: En todas partes las cosas son iguales)... Una señora llegó a su casa y se sorprendió al ver que en su ausencia su marido había comprado dos docenas de artefactos de cocina de toda clase: cucharas, coladores, cernidores, molinos, cacerolas de distintos tamaños, recipientes diversos. "¿Por qué compraste todo eso? -le pregunta estupefacta-. No tienes la menor idea de cómo es una cocina". Replica él: "Y tú no tienes la menor idea de cómo estaba la vendedora"... El agente viajero fue a Chihuahua. Después de trabajar por la mañana le quedó la tarde libre, y decidió ir al cine. Se sentó en su butaca, y en la penumbra de la sala distinguió al lado suyo un par de bien torneadas piernas que la brevedad de una faldita corta dejaba ver muy bien. “¡Y con minifalda!" -se dijo golosamente el viajero. Delicadamente dejó caer la mano, como un pañuelo, sobre una de las atractivas rodillas. Luego, como quien no quiere la cosa, la fue subiendo hasta ponerla en el redondeado muslo. Y ya se disponía a continuar el viaje más al norte cuando oyó una ronca voz gutural que le decía: "Si hombre blanco mañoso no quita mano de pierna, indio tarahumara le romperá hocico"... El tren donde viajaban los esposos entró en un túnel. Se hizo la más completa oscuridad. Cuando el tren salió por fin y se hizo la luz dice la señora: "Sisebuto: un hombre abusó de mí". "¡Ah! -se enfurece el hombre-. ¡Va a ver!". "¡No! -exclama ella con alarma-. Si sin ver me hizo lo que me hizo ¡imagínate lo que me haría viendo!"... De regreso de la luna de miel les cuenta Rosibel a sus amigas: "En el hotel donde estuvimos son muy atentos. Nos pusieron en el cuarto dos letreros. Los dos decían: "Bienvenidos a la suite nupcial". "¿Y por qué dos letreros -se extrañan las amigas-, si ambos decían lo mismo?”. Explica la muchacha: "Uno en el respaldo de la cama para que lo viera Vehementino, y el otro en el techo del cuarto para que lo viera yo"... Otros recién casados llegaron a la suite nupcial del hotel donde pasarían su noche de bodas. "Te apuesto -le dice el novio a la chica- a que no alcanzas a desvestirte antes de que yo acabe de deletrear la palabra: N-O-V-I-A". "Y yo -responde ella-, te apuesto a que tú tampoco alcanzas a desvestirte antes de que yo acabe de deletrear la palabra: N-O-V-I-O-¡OH!-¡¡OOH!!-¡¡¡OOOHHH!!!"... Un cazador de Alaska bebía tristemente en la cantina del pueblo en la montaña. Le cuenta al cantinero: "Los vecinos me dicen que mi mujer me está engañando con un esquimal. Y sospecho que es cierto. Cada vez que llego a mi casa encuentro a mi señora en la recámara, sin ropa, nerviosa y respirando con agitación. Corro inmediatamente al clóset y lo abro, pero nunca hallo a nadie". "Señor - le aclara el cantinero-. Ésos se esconden en el refrigerador".... FIN