La Delegación de la CDI consideró más preocupantes los índices de desempleo, alimentación y educación que padecen los indígenas, que la poligamia.
El Siglo de Durango
Existen algunos casos de poligamia entre las comunidades indígenas, al igual que en toda la sociedad, pero no es algo preocupante como el nivel de desempleo, alimentación y educación que se padece, aseguró la Delegación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
El delegado de la dependencia federal, Salvador Castañeda Rangel, manifestó que en cuanto al respeto a los derechos de los niños, mujeres y hombres, los usos, costumbres y leyes indígenas mantienen una práctica de paz y justicia; inclusive, se castiga el adulterio.
Y es que la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) reveló que es preocupante la práctica de algunos usos y costumbres en comunidades indígenas, al atentar contra la dignidad de los individuos con la poligamia y falta de responsabilidad de la paternidad, pues sólo la mujer cuida a los hijos.
Al respecto, el funcionario federal señaló que desde que personas no indígenas, a través de la instalación de empresas forestales, comenzaron a tener contacto con las etnias se fue transformando la identidad, a tal grado que los indígenas comenzaron a cometer delitos y escudarse en sus usos y costumbres.
No obstante, admitió que la falta de equidad continúa dándose en esta población, pues aunque no es una generalidad en algunas escuelas se pueden observar más niños que niñas.
“El maltrato en contra de niños y mujeres no es parte de los usos y costumbres, eso se aprendió en otro lado”, enfatizó.
Algunos indígenas cometen delitos y se escudan en los usos y costumbres para no ser castigados por la ley civil, dijo.
En cuanto a la poligamia, Castañeda Rangel subrayó que se mantiene presente pero no en todos los indígenas, sólo en aquellos que puedan mantenerlos, darle cuidados, alimentos y buen trato a las diferentes esposas e hijos sin abandonarlos; de lo contrario, se castiga de acuerdo con los usos y costumbres.
“La poligamia también se da en toda la sociedad, no sólo por ser indígenas en los que no todos lo hacen”, afirmó.
Reconoció que en la actualidad aún hay mucho trabajo por hacer, ya que Mezquital –donde se encuentran la mayor población indígena- es uno de los 100 municipios del país con menos desarrollo urbano, en cuanto a los servicios de salud, caminos rurales, escuelas, por lo cual se debe seguir proveyendo de la infraestructura adecuada.
Obligaciones legalizadas
Los derechos fundamentales de las etnias, acceso a la educación, la cultura, salud y derechos especiales para las mujeres, así como las obligaciones de las administraciones públicas para elevar el bienestar social de sus habitantes, son los principales compromisos signados en la Ley de Derechos y Cultura Indígena.
Con este ordenamiento también se reconoce la validez de las normas internas de los pueblos y comunidades indígenas en el ámbito de las relaciones familiares y en general de la prevención y solución de conflictos internos, siempre y cuando no contravengan las disposiciones constitucionales.
En salud, el Estado establecerá programas institucionales que beneficien a las comunidades, cuidando que se respeten sus usos y costumbres, además de asegurar la nutrición de la población infantil.
En desarrollo económico y bienestar social se facilitará el acceso al financiamiento público y privado, a fin de optimizar la utilización de las materias primas y fomentar la creación de fuentes de empleo, reconociendo las actividades tradicionales como factor importante del progreso.
