
En el centro de adiestramiento kaibil, se han realizado 66 cursos para oficiales y de ellos se han graduado un total de mil 287 oficiales, tanto nacionales como extranjeros. (Fotografías de El Universal)
Las autoridades de México enfrentan una amenaza: la ‘presión’ que ejercen los cárteles de las drogas para reclutar en Guatemala a soldados kaibiles.
Los cárteles de la droga mexicanos y sus sicarios acosan al cuartel kaibil en busca de reclutar a los soldados de esta unidad élite, considerada entre las de mayor capacidad bélica por su preparación extrema.
La capacitación y poderío de que es capaz un kaibil ha hecho que el Ejército y la Armada de México cuenten con 38 soldados y marinos de este tipo y quienes y quienes lograron aprobar el curso para convertirse en militares de unidades élite de choque, infiltración y asalto.
Contra este objetivo alcanzado por militares mexicanos, las autoridades de México enfrentan una amenaza: la “presión” que ejercen los cárteles de las drogas o sicarios como Los Zetas, para reclutar en Guatemala a soldados kaibiles.
“Hasta hoy no han logrado reclutar un solo kaibil en activo pese a ofrecerles hasta 15 mil o 18 mil quetzales -unos 2 mil 500 dólares o más- al mes”, afirma el comandante encargado de preparar en este campamento a las nuevas generaciones de kaibiles, el coronel Eduardo Manuel Morales Álvarez, en entrevista.
Quienes se han involucrado con narcotraficantes -dice este hombre con más de 24 años dentro de este cuerpo de fuerzas especiales de Guatemala- son sólo algunos y son tan pocos que se pueden contar con la mano.
No eran miembros en activo del Ejército de Guatemala, eran ex militares con instrucción kaibil que fueron retirados por indisciplina, se dieron de baja por problemas o que desertaron, explica respecto a los casi 15 kaibiles detenidos en México de 2005 a la fecha.
Por eso no se puede estigmatizar todos los Kaibiles, señala Morales Álvarez, uno de los 2 mil soldados de élite que se han formado durante los últimos 32 años, desde que fue fundada esta unidad de Fuerzas Especiales del Ejército guatemalteco y donde se afirma se moldea a “máquinas humanas de guerra”.
Los narcotraficantes mexicanos y guatemaltecos que operan en la frontera sur de México y al norte del Departamento de El Petén, se están burlando de los gobiernos de México y de Guatemala, advierte el jefe de esta unidad militar que Organizaciones No Gubernamentales de este país y del extranjero señalan como presunta responsable en el pasado de masacres contra campesinos e indígenas guatemaltecos.
Tarde o temprano los narcotraficantes deberán enfrentar la fuerza de los kaibiles, adelanta el responsable de preparar a los hombres que se distinguen por el uso de boinas guindas y el símbolo del jaguar, entre cuyas “historias negras” se cuenta la ocurrida en 1982 en el poblado indígena de Las Dos Erres, donde fueron ejecutados por soldados de esta unidad de élite y en una sola noche, casi 180 personas, entre mujeres, niños y hombres.
De los cárteles de la droga dice que “son gente muy bien organizada y poderosa en recursos, pero le hace falta principios, valores, que se elimina entre sí y desconfía de todo. Es gente que no puede trazar un plan seguro, porque traiciona. Ahí mismo, en eso está nuestra fortaleza y que nos va a llevar a conseguir la victoria sobre ellos”.
38 kaibiles mexicanos
Aquí, en “El Infierno” como se ha denominado al campamento donde se encuentra el centro de operaciones de los kaibiles y se prepara a los nuevos miembros de la unidad, también se han preparado un total de 350 kaibiles de otros países.
De todos los kaibiles de países amigos, como se les dice aquí a los extranjeros que han egresado de este curso, 38 de ellos pertenecen al Ejército y Armada de México. La mayoría de ellos vienen muy bien preparados, pero en el último curso en que hubo invitados mexicanos, los dos que vinieron no pudieron terminarlo.
De hecho, México es el país que tiene el mayor número de soldados que lograron acreditar el curso y convertirse en kaibiles, de acuerdo con el informe presentado por el estado mayor del agrupamiento de kaibiles.
Los miembros de la Escuela mexicana de Fuerzas Especiales que se han venido a preparar o perfeccionar a “El Infierno”, son reconocidos incluso por los propios kaibiles de viejo cuño.
El curso mexicano de Fuerzas Especiales es muy físico, casi todos los que han venido aquí tienen mucha aptitud para ser kaibiles. “Tienen buena condición, los preparan de una manera increíble, algunos son hasta sobreentrenados, se les va la mano y por eso les hemos recomendado no sobre entrenarlos demasiado porque sino aquí se iban a terminar de morir”, comenta el coronel Morales Álvarez.
Después del curso kaibil, la mayoría de los que lo aprueban son ingresados a hospitales para recuperarse, les dan vacaciones o entran a una fase de rehabilitación antes de regresar a sus comandos. “El grado de resistencia de un kaibil, hace la diferencia”, expresa el jefe de las Fuerzas Especiales de Guatemala.
Incluso se considera que un kaibil vale por unos cinco hombres por su desempeño, el equipo que maneja y por el tipo de misiones que cumple. Un grupo de kaibil de Fuerzas Especiales está integrado por 16 hombres y un pelotón regular, tiene una organización de 37 hombres, “pero cada kaibil puede enfrentarse solo a cualquier situación”, resalta Morales Álvarez.
Hasta la fecha se han realizado en “El Infierno”, el centro de adiestramiento kaibil, 66 cursos para oficiales y de ellos se han graduado un total de mil 287 oficiales, tanto nacionales como extranjeros, además se impartieron 91 cursos para tropa y se han graduado 4 mil 778 soldados especialistas a lo largo de los 32 años.
La cantidad de oficiales extranjeros que se han graduado en este sitio son 104 en total, y México es el país que tiene el mayor número de ellos con 38, el último el año pasado. La lista se compone de 18 salvadoreños, diez venezolanos, nueve panameños, nueve hondureños, ocho nicaragüenses, cinco colombianos, dos uruguayos, dos chilenos, uno estadounidense, uno beliceño y un costarricense.
Las tentaciones del narcotráfico
Abordar el tema de los kaibiles ligados al narcotráfico no es el tema que más agrade a los jefes de esta unidad de élite del ejército de Guatemala. Les molesta, disgusta, pero que del cual aceptan hablar a cambio de respetar el sentido de sus palabras.
Aquellos que han pasado por el adiestramiento kaibil y terminan en las filas del narcotráfico no merecen que se les llame como tales, dice el jefe del Estado Mayor de la Brigada de Fuerzas Especiales. “Para empezar no son kaibiles, para mí no son kaibiles”, afirma.
Los Zetas son los Zetas, no están formados sólo por kaibiles. En el mundo del narcotráfico, agrega, hay un sin fin de personalidades. Hay desde políticos hasta médicos o abogados. “Hay todo tipo de gente, por qué entonces estigmatizar a todo un cuerpo por algunos elementos que incluso ya estaban fuera de aquí”, reclama Morales Álvarez.
Un dato que nosotros destacamos, indica, es que un soldado gana mil 100 quetzales al mes y los Zetas tienen constante presión sobre esta unidad para ver si logran reclutar un sólo kaibil. “No lo han logrado, no han podido reclutar un sólo kaibil en activo a pesar de que les ofrecen entre 15 y 18 mil quetzales al mes de sueldo”.
Los valores de quienes son kaibiles están bien fundamentados, de ahí que sean tan pocos los que están involucrados con ellos a pesar de que las ofertas que vienen hacer aquí son realmente tentadoras. Cualquiera que no tenga sus principios bien fundamentados, pues cae en la tentación, pero mi gente no lo hace, asegura.
Y una cosa más, explica, se los llevan engañados. No les dicen ustedes se van a ir a trabajar con Los Zetas, nosotros tenemos información de que vienen y les ofrecen ir a prestar seguridad a un finquero, que van a ir a cuidar una hacienda o algo por el estilo y cuando se enteran ya están involucrados en algo fuera de la Ley.
La situación de cualquier forma preocupa, resalta Morales Álvarez. “Yo estoy aquí constantemente bombardeando a mis muchachos de que no se dejen engañar, que no vale la pena caer muerto o morir fuera de la Ley”, comenta.
La mayoría de mis soldados viven en comunidades muy cerradas, en comunidades pequeñas, donde todos se conocen y entonces, el peor castigo que puede recibir uno de mis soldados es la vergüenza, porque su pueblo completo lo va a señalar, indica el jefe militar.
Yo les digo, añade, que lo que vale realmente la pena en esta vida es el reconocimiento que van alcanzar, que la sociedad les va a reconocer de que a pesar que no ganan bien, a pesar que están mal equipados, que iban con muchas limitaciones a cumplir su misión, al final se cumplió.
En la región de El Petén se está formando un teatro de operaciones que involucra a toda la parte sur de México y la parte norte del departamento antes citado y donde se encuentra lo que se llama zona maya, además de que se está extendiendo esa actividad a la parte sur del departamento, considera Morales Álvarez respecto a los movimientos del narcotráfico que se dan entre México y Guatemala.
En su opinión no son varios cárteles los que operan en esa zona. “Es una persona que dirige, hay una persona que tiene una concepción bien clara de lo que está haciendo, que se está aprovechando de los vericuetos en la Ley para protegerse y proteger su ilegal actividad, es alguien que dirige a los guatemaltecos y mexicanos que están involucrados en este asunto”, destaca.
Sé que voy a tener que enfrentarlos en un determinado momento, vaticina. Nosotros, agrega, estamos haciendo nuestro análisis, la poca información que nos cae aquí y lo que yo percibo acá nos permite tener ese panorama”, dice el responsable operativo también de esta unidad de Fuerzas Especiales que actúa en las situaciones más críticas.