Devotos de San Francisco veneran su imagen en uno de los templos más antiguos de Durango
El Siglo de Durango
NOMBRE DE DIOS, DGO.- Hablar de las ruinas del ex Convento de San Francisco es destacar a la cuna de la Nueva Vizcaya, pues fue el primer edificio religioso que se fundó en ?La Villa? y que actualmente los lugareños cuidan con celo.
Nombre de Dios es un municipio que cuenta con una gran cantidad de historia y paisajes dignos de admirar; en cada uno de los templos que hay en el municipio existen invaluables obras de arte.
Sobresalen los balnearios y parajes ubicados en las inmediaciones del poblado Nombre de Dios, La Constancia y Tuitán, que son visitados por cientos de paseantes que aprovechan esta económica opción de esparcimiento.
María Joaquina Pérez viuda de Guzmán, devota de San Francisco, tiene su domicilio justo frente a las ruinas del antiguo edificio que se edificó en 1719; ella se declara una fiel seguidora y adoradora de este santo, motivo por el cual en conjunto con otros vecinos se encuentra al cuidado del lugar.
La misma gente de Nombre de Dios se encarga de que la pequeña capilla que se habilitó entre las ruinas del edificio, donde decenas de personas aún acuden a rezar, mientras que son ellos mismos los que arreglan el jardín, limpian y resguardan el inmueble ubicado sobre la antigua calle Real.
Según los archivos históricos de Nombre de Dios, ésta es la construcción religiosa más antigua de entre los cinco templos coloniales que existen en el lugar, y tiene su origen en el siglo XVI, cuando se fundó la misión franciscana.
La construcción actual data de 1719; no obstante, en el mismo sitio, donde aún quedan importantes vestigios, le antecedieron dos edificaciones.
La primera era una pequeña capilla de adobe con techo de paja que servía como dormitorio para los primeros frailes franciscanos que se establecieron en Nombre de Dios, pero debido a la fragilidad de la construcción no permaneció por mucho tiempo.
Mientras que la segunda fue una construcción un poco más grande de la que se sabe que en 1610 contenía un hermoso retablo, el primero del que se tiene conocimiento en la región.
Las ruinas de este templo y ex convento tienen gran importancia, no solamente religiosa, sino histórica, ya que se consideran la cuna de la civilización católica de la Nueva Vizcaya.
En 1555 inicia su labor misionera fray Jerónimo de Mendoza, levantando un modesto templo de San Francisco de Nombre de Dios.
En el año 1562, específicamente el 17 de noviembre, Francisco de Ibarra fundó oficialmente ?La Villa de Nombre de Dios?, lugar donde hasta el momento permanece el asentamiento humano y donde en poco tiempo se erigió la construcción religiosa franciscana en la misma área en donde hoy se encuentran las ruinas y una capilla.
Los archivos eclesiásticos destacan que en 1766 el convento franciscano de Nombre de Dios se convirtió en una importante dirigencia religiosa al igual que el estado de Durango.
Según comenta María Joaquina Pérez, el hecho de que la edificación prevalezca en el lugar, a pesar de que no se encuentre en buenas condiciones, es una de las joyas históricas con los que cuenta el antiguo poblado de Nombre de Dios.
Mantenimiento
Entre 2003 y 2004 se realizaron labores de mantenimiento en el ex Convento de San Francisco del poblado de Nombre de Dios, en donde de no haber hecho dichos trabajos el inmueble se hubiera colapsado, según información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El inmueble fue tomado en cuenta en 2003 como parte de las actividades efectuadas en el Taller Internacional de Conservación y Restauración de Arquitectura de Tierra, coordinado por el INAH de Durango.
En el ex convento, especialistas y estudiantes realizaron trabajos de aplanado con cal y arena, con lo que se consolidó y conservó la parte frontal del monumento histórico.
En el inmueble no se hacían labores de mantenimiento desde hacía 25 años, lo que ponía en riesgo de derrumbe esta importante construcción antigua, pero con las labores de rescate que se implementaron se garantiza la permanencia de la estructura por lo menos 50 años más.
