¿Cómo debemos comportarnos? ¿Cómo debemos actuar? ¿Cómo debemos sentir? ¿Cómo debemos ser?
A lo largo de mi vida he visto como las reglas, las culturas, las ideas, entre otras cosas nos han programado para poder "encajar" en nuestra sociedad, pero se han puesto a pensar ¿Qué hubiera pasado si hubiera nacido en Japón, en China, en la India, Alemania o en otro país? Nuestra realidad hubiera sido diferente, nuestra vestimenta, forma de hablar, de movernos, incluso, nuestra religión y nuestras prioridades no serian las mismas.
Comencé a cuestionarme todo esto desde muy pequeño, gracias a que en mi niñez apareció ella, diferente, única, extravagante, una mezcla de culturas, de ideas, de vida y de experiencias.
Recuerdo cuando nos quedábamos mis primos y yo el fin de semana por días en casa de la "Tía", donde no había normas, dormíamos hasta tarde, filosofábamos sobre si había vida en otros planetas, extraterrestres, leíamos la Biblia para encontrar enseñanzas y cuestionarlo todo.
Hacíamos obras de teatro, cantábamos, nos poníamos pelucas, incluso yo tenia mi apodo: "Almendrito", reíamos, vivíamos en un mundo irreal, en un mundo de niños, sin juzgarnos ni etiquetarnos.
En ocasiones, nos llevaba al "Maratón de Cine", veíamos dos o tres películas en una sola tarde, pasando de sala en sala, de romance a drama, de acción a caricaturas.
También jugaba con nosotros a las escondidas, al frontón, tenis, futbol, ella competía con nosotros, se enojaba, se emocionaba, en fin, era parte de la pandilla, aunque nos llevara mucha mas edad.
Gracias tía por no seguir ninguna regla, ningún deber ser, con nosotros, tus sobrinos e hijos, gracias por sobrellevar situaciones dolorosas con una sonrisa, con ganas, con magia.
Gracias por sin saberlo dejarnos expresar nuestra creatividad, nuestras ideas, nuestro verdadero "Yo".
¿CÓMO NO VAMOS A EXTRAÑAR A LA LÍDER DE LA PANDILLA?.
Sin duda marcaste mi vida y por eso te voy a estar agradecido siempre, por darnos ese espacio para poder ser lo que nosotros quisiéramos ser.
No seguiste ninguna Norma, hasta en eso eras original, mi querida tía Norma.
Abrazo hasta el cielo, estaré al pendiente en el momento que escuche tu característico chiflido con el que nos llamabas, para continuar planeando aventuras juntos, te quiero.
