París, (Notimex).- Consagrada a la Virgen María, la Catedral de Amiens es la más grande construcción medieval en color de Francia y el más vasto ejemplo del estilo gótico que ofrece bellos testimonios del arte del siglo XIII.
Declarada patrimonio de la humanidad en 1981 por la UNESCO, la Catedral de Amiens es además un ejemplo de la tecnología de nuestros tiempos, pues sus antiguas esculturas son rejuvenecidas por una innovadora iluminación láser nocturna.
Esta maravilla medieval, cuyo estilo inspiró la construcción de otras catedrales, pudo ser construida gracias a los "ofrecimientos" de los fieles de aquella época, que buscaban ser "agradables a Dios" para garantizar su prosperidad y salvación.
Expertos afirman que la de Amiens -en el norte de Francia- es la creación intemporal de un hombre, ya que la palabra arquitecto no formaba parte del vocabulario medieval, pero fue el diseñador Robert de Luzarches quien desarrolló el proyecto que la burguesía financió.
Su edificación inició en 1220, justo cuando el estilo gótico se afianzó en su fase clásica, sobre las bases de la iglesia de San Fermín -primer obispo de Amiens-, que fue destruida casi por completo en un incendio registrado dos años antes.
De Luzarches concibió un plano cruciforme y sobre él comenzó la edificación, que aún se mantiene casi igual pese a su prematura muerte en 1222, pues los constructores que le siguieron conservaron el proyecto original, lo que permitió terminarla con rapidez.
Un segundo "maestro de obra", Thomas de Cormont, asumió la tarea de 1222 a 1240, periodo en que terminó la edificación de la nave central de 14.60 metros, la construcción de las capillas del abside y la parte inferior de la fachada occidental.
A su deceso, fue su hijo Renaud de Cormont quien termina la obra -con marcada influencia del estilo de la capital París- en 1288, después que un incendio en la parte exterior del coro en 1258 interrumpió temporalmente los trabajos.
En Amiens, los elementos del arte gótico y la construcción medieval fueron combinados en un sistema consciente para reflejar ingravidez, iluminación irreal y regularidad, lo que le da un sello de misterio y antigüedad.
Las dimensiones de esta catedral son imponentes, pero sus proporciones son tales que el recinto parece pequeño pese a que Amiens se levanta entre construcciones antiguas, que le impiden -a diferencia de otras- contar con un atrio.
En una superficie de siete mil 700 metros cuadrados, Amiens emerge con un volumen de 200 mil metros cúbicos, una longitud máxima de 145 metros y una altura de poco más de 42 metros, que superan los 130 y 35 metros -de manera respectiva- de la catedral de Notre Dame, en París.
El gran portal medieval cuenta en su parte superior con una gran rosa de cristal, justo en la base donde se levantan sus dos torres, bajo la cual se encuentran tres imponentes arquivoltas, la más importante de ellas (en el centro) venera a el Salvador (Cristo).
Esculturas de los 12 apóstoles y los cuatro grandes profetas (Jeremías, Isaías, Ezequiel y Daniel) rodean a éste acceso, mientras que en la puerta derecha se pueden admirar las que representan la vida de la Virgen María (Isabel, el rey Salomón, y la reina de Saba).
En la puerta izquierda están la escultura de San Fermín y las de los santos cuyos cuerpos se encontraban en ese sitio antes de iniciar su construcción.
En todo el portal abundan pequeñas imágenes en alto relieve de forma cuadrangular como la "Creación de Eva", que representa la historia de Adán y Eva, y el "Primer Rey Mago", referente al episodio bíblico del nacimiento de Jesús, así como el "Rey Herodes".
Dentro de la edificación, se extiende la bóveda central flanqueada por dos pequeñas naves mismas en las que se ubica una serie de capillas laterales, que aparentemente no estaban contempladas en el plano original.
Sobre el techo de la nave central se erige una delgada torre en forma de cono llamada "flecha al suelo", que se eleva a 112.70 metros.
Esta catedral, consagrada después de 1269, es un centro de color, sus muros y esculturas, en particular "Le Deambulatoire", cobran vida con vivos y contrastantes tonos que se iluminan aún más con la luz que atraviesa sus grandes y también coloridos vitrales.
Con la construcción de esta catedral floreció la industria de Amiens, pues impulsó a sus habitantes a "ofrecer a Dios" su dinero y trabajo para la edificación, a fin de "ser agradables a sus ojos" y asegurar su prosperidad y su salvación.
Esos "sacrificios" sirvieron para incrementar la riqueza y rendimiento de la tierra de esa región con productos de consumo básico, así como la industria artesanal y textil.
Tal es la importancia que se le da que las autoridades francesas pusieron en marcha un espectacular sistema de iluminación nocturna que restituye los colores originales de la fachada de la catedral, borrados inevitablemente por el paso de los años.
El espectáculo, que se proyecta con música clásica de fondo, permite apreciar los colores de los vestidos de cada uno de los santos y demonios que aparecen en las arquivoltas de las puertas de acceso al templo.
Esta iluminación ayuda a entender mejor el mensaje aleccionador con que los constructores y obispos pretendieron enseñar la Biblia a la gente, en su mayoría analfabetas, de aquella época.