México, DF.- Cada uno en su estilo, cada uno en su maestría, cada uno en su poderío taurino, tres inmensos toreros, el mexicano Eulalio López "Zotoluco" y los españoles Enrique Ponce y Julián López "El Juli"; el resultado de ello una soberbia corrida en el 59 aniversario de la Monumental Plaza México.
Cinco faenas que ahí quedaron, un toro indultado, dos con arrastre lento a sus despojos, una vuelta al ruedo al ganadero de Montecristo, Germán Mercado Lamm; cinco orejas cosechadas, que resulta ridículo ante ese cúmulo de torería de la que hicieron gala los tres artistas.
"Zotoluco", tres orejas que lo colocan como el seguro gran triunfador del ciclo. Reúne un sitio admirable, pisa con fuerza y sabe dar la pelea. Ponce, el juez le negó una oreja en su primero y cargó con el hueso en el quinto lugar de la lidia ordinaria, regaló un séptimo, al que fue moldeando y terminó haciéndole un faenón. Pinchó una vez, pero se llevó dos orejas.
"El Juli", se reconcilió con el público, pese a que no banderilleó. Trasteo de gran inspiración con el magnífico tercero, al que se perdonó la vida justamente. Los tres diestros salieron a hombros ante aclamaciones de un público delirante.
Se lidiaron cuatro toros, uno de rejones, de Montecristo, tres de Bernardo de Quirós y uno de Teófilo Gómez, este justo de presencia y raza, pero terminó entregado a la maestría de Ponce.
El de rejones muy bueno, lento al primero de la lidia ordinaria, indultado el tercero y falló el quinto, todos de Montecristo. Los de Bernardo de Quirós, arrstre lento al tercero, menos bueno el cuarto y cumplió el sexto. El ganadero Mercado Lamm dio vuelta al ruedo.
Abrió el espectáculo el rejoneador Enrique Fraga, que tuvo un error al principio, después su actuación fue torera y clásica, lástima que falló con el rejón de muerte. Silencio.
"Zotoluco", esta en gran plan. Camina firme, con talento, poderío y una disposición sin tacha. Cuajó un par de faenas, en que la gente se entregó y en ambas cruzó el albero al grito de ¡torero! ¡torero! Cortó una oreja, con petición de otra y volvió a defender su sitio, íntegro y entero en el cuarto.
Fue poniéndose a tono con el astado, pisando terrenos que dicen huele a quirófano, extrayendo los muletazos con templanza y dimensión. Da la impresión de que todo le embiste al torero; mató de estocada para dos orejas, en esta ocasión una con ligeras protestas. Cuatro tardes, nueve orejas, en la temporada.
Ponce, nuevamente no pudo obtener el deseado rabo en la México, la espada no se lo ha permitido. Al segundo, un buen toro, fue elaborándole la faena de menos a más, inclusive en nuestro criterio se pasó un poco. Pinchazo y estocada. Petición de oreja no concedida y vuelta al ruedo con sabor a trofeo. El quinto, que dio una maroma espectacular, se paró pronto, fue el menos potable y lo mató pronto.
Regaló un séptimo, el de Teofilo Gómez. Parecia no haber tela. Ponce fue sometiéndolo, moldeándolo y cuajó la faena de maestro entre aclamaciones. Pinchó otra vez, para después una honda. Dos orejas y el reconocimiento del público.
"El Juli" se inspiró con "Trojano", número 112, con 501 kilos de peso, bella estampa del burel, bravo noble y fue dando de sí, como la faena del madrileño que concluyó bordándolo auténticamente. Se solicitó el indulto, concedido y la gente entregada. Hubo plena reconciliación... ¡Qué faena!
El sexto, sin ser bueno, se dejó un tanto deslucido, pues terminó con la cara arriba. "El Juli", muy dispuesto, tranquilo, seguro ya nuevamente de la situación. Mató pronto para ser ovacionado.
El banderillero Fernando García, se desmonteró en el cuarto de la tarde, que le cogió de fea manera, el público salió toreando y los toreros a hombros por el eje vial a la vera de la Plaza México, saboreando lo que había presenciado.