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Desmienten parentesco entre canguros y ornitorrincos

Melbourne (Australia), (EFE).- Un hueso diminuto de 115 millones de años de antigüedad refuta la teoría vigente de que los marsupiales y los monotremas, grupos que incluyen a los canguros y los ornitorrincos, respectivamente, están emparentados.

El fósil, de unos 12 milímetros de tamaño, formaba parte de la mandíbula de un "teinolophos trusleri", una criatura cercana al ornitorrinco (el platypus, que tiene un pico como un pato y una cola como un castor) que pobló la Tierra hace más de 115 millones de años y fue descubierto en el estado australiano de Victoria.

El científico Tom Rich, quien dirigió al grupo de expertos de la Universidad de Monash, en Melbourne, que hizo el hallazgo, declaró a EFE que "el hueso es la parte inferior de la mandíbula del monotrema más antiguo del mundo".

Rich dijo que su existencia prueba que los monotremas, que ponen huevos, se encuentran en una rama diferente a la de los mamíferos marsupiales (cuyas crías completan su desarrollo fuera del útero, en una bolsa abdominal de la madre), como el koala, el wallaby, o el canguro, y de otros animales placentarios que nacen todavía con placenta después de haber terminado su desarrollo en el útero, "como nosotros".

El experto recordó que antes del descubrimiento se pensaba "que los monotremas, los marsupiales y los placentarios procedían de un mismo antepasado, el cual había desarrollado una condición avanzada en la estructura de su oído, que estaba formada por tres huesos, y no un único hueso".

El fósil de 12 milímetros indica que la evolución del sistema auditivo de los monotremas, del hueso único a los tres, se produjo en fecha posterior a los marsupiales y placentarios.

Rich opinó que es esta distinción la que deshace la teoría de la misma línea evolutiva entre monotremas, marsupiales y placentarios.

"Los monotremas se dividieron de los otros mamíferos mucho antes de lo que pensábamos", precisó el científico australiano, es decir hace más de 114 millones de años.

El "teinolophos trusleri", un animal ovíparo, con dientes y orejas, se parece mucho al resto de mamíferos, similitud que hizo pensar hasta la fecha que descendía de un mismo antepasado.

Rich manifestó que estas equivocaciones ocurren a menudo y puso como ejemplo el parecido entre los lobos comunes y lobos de tasmania que hizo pensar en un principio en una familiaridad que no existe.

El primer es un placentario y el segundo un marsupial, pero las circunstancias pusieron a ambos animales antes necesidades similares y la adaptación o evolución creó el parecido.

Eso es lo que los científicos llaman 'evolución por conversión', una transformación que es independiente de un mismo sistema y que está relacionada intrínsecamente con la adaptación al medio, pero que no tiene que ver con la ascendencia.

El "teinolophos trusleri" habría vivido en tierras australianas cuando Australia estaba pegada a la Antártida y por lo tanto en climas helados.

"Es difícil imaginar este ser tan minúsculo, de igual cincuenta milímetros, viviendo en aquella época, pero los resultados de nuestra investigación así lo indican", añadió Rich, quien se mostró sorprendido de que el descubrimiento no haya generado controversia aún.

"Surgirá pronto -concluyó. Esta es la magia de la ciencia, que no se acaba nunca y siempre da lugar a revisiones y a discusiones".

Los resultados de la investigación del equipo de Melbourne, en la que también han participado científicos internacionales, "tendrán consecuencias porque cambia teorías básicas de la evolución de los mamíferos, un punto de vista que antes tomábamos como referencia para cualquier investigación y que ahora deberemos volver a definirlo una vez más", terminó Rich.

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