México, (Notimex).- El mapa lingístico de México y Centroamérica es un elemento que demuestra la influencia cultural nahua en las expresiones artísticas, arquitectónicas y ceremoniales de los olmecas, afirmó el doctor en Antropología Social por la Universidad de París, el francés Christian Duverger.
Al presentar su trabajo "La hipótesis de la Nahuatlidad: La Iconografía Olmeca y su Posteridad", el especialista sugirió que el hecho de la continuidad cultural en Mesoamérica, que tiene su origen en los olmecas, radica en que todos los componentes humanos que la caracterizaron -lingísticos, culturales y religiosos- ya se encontraban en la región, 12 siglos antes de Cristo.
Esto significa, explicó, que esos componentes son producto del mestizaje entre grupos sedentarios y nómadas.
Agregó que son los nahuas los únicos grupos sedentarios y migrantes de toda esa diversidad cultural, por lo que adquieren la capacidad de insertarse y adaptarse en territorios plenamente constituidos, fungiendo como agentes de integración.
Duverger, quien también es profesor de Antropología Social y Cultural de Mesoamérica en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, presentó su hipótesis al participar en la Mesa Redonda Olmeca: Balance y Perspectivas, organizado por el Museo Nacional de Antropología.
Su argumento cuestiona las principales aportaciones hasta el momento de los estudiosos sobre el tema, ya que han negado a los nahuas la capacidad de asentarse y permanecer en ciertos territorios.
Duverger responde a esa postura y cuestiona: "¨Por qué negarles a los nahuas lo que se les concede a los demás pueblos?".
"Por mi parte, estoy convencido de que el mapa lingístico de México y Centroamérica queda fijado desde la constitución de Mesoamérica y necesariamente los nahuas tienen su lugar ahí, pues sólo ellos pueden ser los agentes de la integración cultural que caracteriza a la poca 1 o Preclásico", destacó el especialista en Iconografía Prehispánica.
En su exposición, explicó que si se examina el mapa de Mesoamérica en la época de esplendor de este pueblo, y se sobrepone su similar lingístico que representa la distribución de las lenguas indígenas en el momento del contacto con los españoles, se observará que los principales sitios olmecas se encuentran en zonas nahuas.
En lo que denominó la "nahuatlidad de los olmecas", precisó que su hipótesis se propone mostrar e ilustrar un nuevo enfoque que ayude a entender la presencia olmeca en toda el área de Mesoamérica.
sigue INFLUYERON LOS NAHUAS/dos/Mesoamérica.
Además de la coincidencia de la dispersión olmeca en la zona de habla nahua, agregó, existe otro argumento en relación con el contenido de la cultura que nos ocupa: todo lo que es expresado en el arte de los olmecas, pero también en su arquitectura y el uso de su espacio ceremonial, todo es nahua.
Ejemplificó con la mezcla de temas guerreros y religiosos: el simbolismo del sacrificio humano y su énfasis en la guerra sagrada, el lenguaje de las ofrendas depositadas en los centros ceremoniales, y el culto al jaguar y el águila.
Todos éstos, temas de origen nahua que, sin embargo, son una constante en la iconografía de los olmecas.
Duverger, autor de las publicaciones "La flor letal" y "El origen de los Aztecas", precisó en su exposición que con su hipótesis no pretende dar a entender que todos los habitantes de Mesoamérica en la época olmeca, son nahuas.
"No digo eso. Es claro que el horizonte olmeca corresponde a un mundo pluriétnico, pero este mosaico cultural heterogéneo parece integrado sobre la base de los valores de los nahuas que se sobreponen a los pueblos autóctonos", comentó.
Una prueba de ello, señalo, es que entre estos rasgos culturales compartidos se encuentra un "código icónico" establecido por los olmecas y que a su parecer, corresponde a una verdadera escritura cuidadosamente conservada, a través de los siglos como patrimonio mesoamericano.
Sobre este punto ilustró su exposición con el análisis del Glifo de la Ciudad, una representación iconográfica de origen olmeca que se encuentra en distintos sitios y épocas-entre las que destaca el Relieve 1 de Chalcatzingo-, y que claramente contiene elementos nahuas.
"Lo importante es que a pesar de las variaciones estilísticas procedentes de las tradiciones locales, de las manos de los artistas o de los iconos estéticos, las épocas posteriores conservaron el Glifo, tanto en su forma codificada, como en su entorno simbólico".
Duverger aclaró también que la hipótesis de la configuración de los nahuas en el territorio de Mesoamérica facilita el entendimiento de la dinámica cultural prehispánica, proporciona una explicación a la emergencia de la civilización mesoamericana, y toma en cuenta la larga distribución del estilo olmeca en toda Mesoamérica.
