Durango

Carecen ?checadores? de prestaciones de ley

Los checadores de las rutas de transporte urbano trabajan sin ninguna prestación; aunque no se quejan de su remuneración, algunas veces corren el riesgo de ser atropellados por la prisa para que el chofer no pierda tiempo.

A pesar de que algunos están afiliados a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), no reciben seguro de gastos médicos; la mayoría de quienes se dedican a este oficio están casados y tienen una familia qué alimentar, o son personas que ya no encuentran empleo en ningún otro lugar por su edad.

En un sondeo realizado por El Siglo de Durango con estos trabajadores manifiestan que sí necesitan su afiliación al Seguro Social, pues en algunas ocasiones llegan a tener accidentes y caídas de los autobuses, además de que sus esposas e hijos lo requieren.

Luis Alberto Jiménez tiene trabajando en este oficio desde los 12 años; hoy cuenta con 23 años, por lo que a su corta edad cuenta con una amplia experiencia en el arte del tiempo de los autobuses.

Él está casado, aún sin hijos; apunta que su sueldo no le alcanza para rentar una casa y comprar muebles, por lo que vive en casa de sus padres en compañía de su esposa.

Comenta que en medio turno llega a ganar de 100 a 150 pesos, dependiendo de la cuota que les dé cada chofer de autobús, que es ?para los chescos? (refrescos). Con esto mantienen a su familia entera.

Narra que en una ocasión se cayó de un autobús de la ruta roja que va para el Santuario y la colonia Morga; en este accidente se fracturó una rodilla, por lo que estuvo en cama por más de un mes, tiempo que estuvo sin percibir ningún sueldo.

Afortunadamente sus familiares lo apoyaron en este tiempo; los gastos corrieron por su cuenta, por lo que no recibió ningún apoyo por parte de la CTM.

Mencionó que para formar parte de la CTM tuvo que pagar una cuota inicial de mil 500 pesos, de allí que solamente cubre una cantidad mínima cada mes, para asegurar el trabajo. A pesar de ello, no se queja, pues siempre está atento a que lleguen los camiones.

Otro caso de checadores es la historia de Juan Acuña, quien tiene sólo dos años en este oficio, pues se regresó de los Estados Unidos para estar con su familia.

La necesidad de permanecer con su familia lo hizo regresar; sin embargo, a pesar de ello, por el momento se encuentra separado de su esposa, por lo que se hace responsable de su pequeña hija, a la que mantiene con su sueldo de checador.

Al igual que Luis Alberto, tiene una jornada laboral de 12:30 a 21:30 horas, tiempo en el que dejan de checar, al menos en la Zona Centro.

Juan también esta afiliado a la CTM; aunque su ingreso es reciente, aún no sabe cuál es la cuota que pagará para permanecer en esta asociación sindical. Manifiesta su necesidad de tener un seguro, sobre todo por las enfermedades ?que ni Dios quiera? pueda tener su hija.

En el caso de Arturo Sánchez Miranda, quien es pensionado por el IMSS, es checador desde hace 12 años, en la ruta de los camiones que van a las colonias Emiliano Zapata y Joyas del Valle.

Su pensión no le alcanza para nada, pues mensualmente gana 900 pesos, por lo que de su sueldo como checador ayuda con los gastos de su esposa.

Desde las 6:45 de la mañana se encuentra en el checador que está sobre la calle 20 de Noviembre y Pasteur, para estar al pendiente de la llegada de los microbuses, que si bien siempre arriban puntualmente, comenta que siempre hay que estar atento, para que lleguen a checar a tiempo.

Los checadores por lo regular siempre comen a la intemperie, expuestos al humo de los autobuses, o platicando con un comerciante ambulante o los boleros que esperan clientela; también están firmes ante los cambios climatológicos. Fielmente, siempre estarán a la llegada de los camiones de ruta.

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