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Más Allá de las Palabras / Milagros impresionantes

Jacobo Zarzar Gidi

Hace varios años, el programa Espacial de la NASA en los Estados Unidos comprobó la veracidad de un hecho en la Biblia, al cual no se le había dado importancia y prácticamente se le consideraba un mito.

El señor Harold Hill, presidente de la compañía automotora Curtis de Baltimore, Maryland y consejero del programa NASA, relató el siguiente suceso: Una de las cosas más asombrosas que Dios ha hecho entre nosotros sucedió con nuestros astronautas y científicos de la NASA en Green Belt, Maryland. Ellos estaban verificando la posición del Sol, la Luna y los planetas para saber dónde se encontrarían dentro de cien años y en los próximos mil años. Es indispensable saber esto para poder enviar satélites al espacio y evitar que choquen con algún objeto, una vez que han entrado en órbita. Se debe proyectar la órbita en términos de la vida del satélite y saber la posición de los planetas para que no los destruyan. Se hizo que la computadora corriera hacia atrás a través de los siglos y repentinamente se detuvo. Comenzó a dar una señal roja de alerta indicando que existía cierto error en la información con la que había sido alimentada o con los resultados al ser comparados con las normas establecidas. Decidieron entonces llamar a la oficina de mantenimiento para revisarla, pero los técnicos concluyeron que la computadora estaba en perfectas condiciones. El director de operaciones de la IBM preguntó cuál era el problema, y para su sorpresa la contestación fue: ?Hemos encontrado que falta un día en el universo del tiempo transcurrido en la historia?.

Al no hallar la respuesta que buscaban, todos aquellos científicos que tenían fama de sabios en la comunidad donde vivían, se quedaron pensativos. Después de permanecer callados durante varios minutos, uno de ellos, estudioso de las Sagradas Escrituras, tomó la palabra y dijo que cuando era joven escuchó en la iglesia de su parroquia, que un pasaje bíblico relataba que en cierta ocasión el Sol se había detenido. Ellos no le creyeron, pero como no tenían ninguna otra alternativa, le dijeron: ?muéstranos el pasaje Bíblico?. Tomó la Biblia entre sus manos y leyó en voz alta en el libro de Josué, (Capítulo X, versículos 6-l5), algo que no tenía lógica y que no podía ser creíble ante los ojos de aquellos estudiosos de las ciencias exactas. En ese pasaje, Dios le dice a Josué: ?No tengas miedo, porque los he entregado en tus manos, ninguno de ellos te podrá resistir?. Josué estaba preocupado porque el enemigo los había rodeado, y si oscurecía, podría ser derrotado. Entonces, Josué pidió al Señor que detuviera el Sol, y así sucedió. La Biblia dice: ?Entonces habló Josué al Señor en aquel día en que entregó al Amorreo a merced de los hijos de Israel, y dijo en presencia de ellos: Sol, no te muevas de encima de Gabón, ni tú, Luna, de encima del valle de Agallón. Y paráronse el Sol y la Luna hasta que el pueblo del Señor se hubo vengado de sus enemigos. Paróse pues el Sol en medio del cielo, y detuvo su carrera sin ponerse por espacio de casi un día entero. No hubo antes ni después día tan largo, obedeciendo -por decirlo así- a la voz de un hombre?.

Los ingenieros del Programa Espacial dijeron: ?Ése es el día que falta?. Rápidamente verificaron en la computadora retrocediendo en el tiempo a la época descrita en la Biblia y descubrieron que efectivamente sí se aproximaba al tiempo faltante, pero no eran las horas con los minutos exactos. El lapso que encontraron en la época de Josué era de 23 horas y 20 minutos, por lo tanto no era un día completo.

Parte del problema había sido solucionado, no obstante, faltaban 40 minutos. Esto ocasionaba un gran problema, porque si no aparecían esos 40 minutos, habría grandes discrepancias en los cálculos espaciales debido a que los minutos se multiplican muchas veces en órbitas. En esos momentos, el estudioso de la Biblia recordó que en otro pasaje del Antiguo Testamento se menciona ?que el Sol retrocedió?. Al escuchar esto, sus compañeros le dijeron que estaba completamente loco. Sin embargo permitieron que les mostrara en el Segundo libro de Reyes (Capítulo 20, versículos 1-11), donde la Biblia narra que ?por aquel tiempo enfermó de muerte Ezequiel, y vino a visitarle el Profeta Isaías, hijo de Amós, y díjole: Esto dice el Señor Dios: Dispon de tus cosas, porque vas a morir, va a tener fin tu vida. Entonces Ezequiel volvió su rostro hacia la pared e hizo oración diciendo: ¡Ah Señor! Acuérdate, te suplico, que yo he andado delante de ti con sinceridad y rectitud de corazón, haciendo lo que es agradable a tus ojos. Y derramó Ezequiel abundancia de lágrimas. Mas antes de que Isaías hubiese pasado la mitad del atrio, hablóle el Señor diciendo: Vuelve, y di a Ezequiel caudillo de mi pueblo: Esto dice el Señor Dios de tu padre David: Oído he tu oración, y visto tus lágrimas. Yo te doy la salud. De aquí a tres días subirás al templo del Señor. Y alargaré quince años tu vida, además de eso te libraré del poder del rey de los Asirios a ti y a esta ciudad, a la cual protegeré por amor mío y por amor de David mi siervo. Y dijo Isaías: traedme una masa de higos. Traída que fue, y aplicada sobre la úlcera del rey, quedó éste curado.

Pero, Ezequiel no creyó que Yahveh le daría quince años más de vida y por lo tanto pidió al profeta Isaías una prueba diciéndole así: ¿Cuál será la señal de que el Señor me conservará la salud alargándome la vida quince años más y que dentro de tres días habré de subir al templo del Señor? Respondióle Isaías: He aquí la señal que dará el Señor de que cumplirá la palabra que ha pronunciado: ¿Quieres que la sombra en ese reloj solar se adelante diez líneas, o que retroceda otros tantos grados? A lo cual respondió Ezequiel: fácil es que la sombra se adelante diez líneas. No deseo que suceda esto, sino que vuelva atrás diez grados. Entonces el Profeta Isaías invocó al Señor, e hizo retroceder la sombra de línea en línea por los diez grados que había ya andado en el reloj de Achaz?.

Diez grados son exactamente cuarenta minutos. Veintitrés horas y veinte minutos en ?Josué?, más cuarenta minutos en ?Segunda de Reyes?, completan las veinticuatro horas que los hombres del Programa Espacial tuvieron que añadir a la historia como el día que faltaba en el universo.

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