Agencias
Nueva York, EU.- Eric Bana es reconocido por muchos gracias a su interpretación en Hulk, ahora ocupa uno de los roles estelares en Troya junto a Brad Pitt, un papel que le costó mucho sudor.
Enemigos en la cinta, ambos actores tuvieron que entrenarse de igual manera para lucir como unos auténticos guerreros en pantalla.
?Al mismo tiempo que aprendes las coreografías de peleas con espadas y demás, estás haciendo deporte y haces músculo. Por supuesto debíamos llevar una vida saludable, no tomábamos alcohol, nos portamos como atletas porque teníamos que estar en nuestros cinco sentidos para no tener ningún accidente?, recuerda el actor.
Aunque el actor está acostumbrado a llevar un régimen de ejercicios para moldear su cuerpo dependiendo de su personaje (como lo hizo en Chopper, su película australiana más famosa), en Troya, desarrolló sus músculos más que nunca. Sin embargo no se sintió presionado para convertirse en galán.
?No iba a competir con alguien como Brad; en realidad todas las miradas estaban en él; es a él a quien voltean a ver, no a mí?, explica humildemente.
?Nunca nos dijeron cómo nos teníamos que ver ni cuál era la imagen de nuestros personajes, pero es obvio que si son guerreros, deben estar fuertes y musculosos. Wolf (el director) más bien nos insistía en que nos aprendiéramos perfecto todas las coreografías de batallas, pero no se metía en nuestro entrenamiento personal?.
Para su papel de Héctor, Bana tuvo que aprender por primera vez a pelear con espadas, lanzas y flechas y a montar a caballo a la perfección.
?Wolfgang me dijo que tenía que montar ?como el viento??, describe. ?Yo nunca había montado antes, pero tuve seis meses para aprender y practicar en mi casa en Australia, aunque fue trabajo pesado, me divertí mucho?.
Podría decirse que Héctor es el bueno de la película. Es un personaje noble que está completamente en contra de la guerra y prefiere hacer negociaciones; sin embargo, cuando ve que no hay otra opción más que pelear, lo hace con mucho honor y con una gran destreza.
?Fue todo un reto?, afirma el actor, ?lo fácil es leer el guión, identificarte con el personaje y querer interpretarlo. Lo difícil es convencerte de que lo mereces y de que eres el mejor para llenar esos zapatos. Puedes cambiar de acento, aprender a pelear y montar a caballo, pero si realmente no te sientes como el príncipe de Troya, jamás podrás proyectarlo?.
Para la creación de su personaje, Bana, quien reside en su natal Melbourne, leyó La Ilíada y las historias mitológicas sobre Héctor, pero lo que más le ayudó fue el aprendizaje de nuevas disciplinas físicas.
?No sólo tenía que aprenderlas, sino desempeñarlas a la perfección. Por eso me involucré por completo en mis entrenamientos y cada vez que montaba a caballo, me sentía como Héctor. Poco a poco vas viviendo como él, luces como él, vistes con falda y al caminar por los sets, sientes que estás en Troya?.
Aunque asegura que jamás ha peleado por una mujer, el australiano acepta que entraría a una guerra con tal de proteger a sus seres queridos, como lo hace su personaje.
?Entiendo los motivos de Héctor; creo que la base de la película es el derrumbe de las relaciones personales y cómo eso afecta el curso de las batallas?, puntualiza. ?Lo interesante de esta historia es que se plantea como un problema de amor, pero si vemos más de cerca, nos damos cuenta que todos los personajes tienen sus propias intenciones para participar en esta guerra.
?Esta historia ha tenido éxito por tantos años gracias a que sus personajes y acontecimientos no pasan de moda. La frase que dice Agamenón, ?La historia recuerda a los reyes, no a los soldados?, es muy cierta desgraciadamente; pero en esta película podemos ver a quiénes hacen el trabajo mientras el rey está sentado?.