CULIACÁN, SIN.- La posible llegada de Jared Borgetti al América sólo sería la continuación de un romance iniciado cuando el ariete de la Selección Nacional era un niño.
"Me llegó a decir que su meta era jugar con el América, porque es el equipo al que le iba de chavo", confiesa José Luis Duarte, profesor que le impartió el Taller de Mecánica en la escuela secundaria de Culiacancito.
"Toda su familia le va a ese equipo, sólo uno de sus hermanos apoya a las Chivas", agrega. No es la primera vez que las Águilas externan interés por el sinaloense, así que la emoción que la familia Borgetti vive actualmente no es nueva.
"Varios de sus hermanos se emocionaron mucho cuando se enteraron que el América lo quería", cuenta doña "Tulita", madre del goleador.
"Todos le pedían que se fuera para allá, pero decidió venir a los Dorados", dice. Sin embargo, después de su abrupta salida del Santos, Jared aprendió a no vislumbrarse en algún equipo durante enormes lapsos de tiempo.
"Si hace cuatro meses me hubieras preguntado si me veía fuera del Santos, te hubiera dicho que no, pero de lo que uno piensa a lo que puede pasar hay un mundo de diferencia y la realidad es que salí a Culiacán", recuerda.
"Ahora hay la posibilidad de jugar en un equipo importante y eso me agrada", expresa.
Y aunque Jared no tuvo la campaña que deseaba con los Dorados, pues apenas marcó ocho goles -cifra baja para lo que está acostumbrado-, sabe que su trayectoria en la Primera División es algo que diversos clubes valoran.
"Ya me di cuenta que debo disfrutar lo que pueda hacer y esperar lo demás", comenta. "Obviamente debo preparar el terreno para lo que viene, para que haya más oportunidades adelante", añade.