CAMPO EXPERIMENTAL LA LAGUNA - PIAL - FUNDACIÓN PRODUCE
Está muy próxima la fecha para iniciar la siembra de alfalfa, misma que de acuerdo con los resultados de investigación, presenta el período óptimo al comenzar el mes de noviembre y continúa en diciembre, pudiendo extenderse hasta el mes de enero, según comentario de Mario Quiroga y Rodolfo Faz, investigadores del Programa de Forrajes del Campo Experimental La Laguna del INIFAP
Entre las razones principales por las cuales recomiendan sembrar alfalfa en estos meses, es que el cultivo puede tener menos problemas por infestación por malezas; además el tiempo al primer corte es suficientemente largo que le permite a la planta desarrollar un sistema de raíces más profundo y vigoroso capaz de soportar el estrés de los primeros cortes.
De acuerdo con la experiencia de los investigadores, también se pueden realizar siembras antes del mes de noviembre o después de diciembre; sin embargo, estas siembras pueden llegar a tener problemas con malas hierbas.
La alfalfa es el principal forraje que se siembra en la región debido al gran valor nutricional que representa para el gano bovino lechero, pero, desafortunadamente todavía no se ha logrado alcanzar el nivel de producción potencial que tiene, lo anterior significa que con este forraje se pueden obtener entre 24 y 26 toneladas de forraje seco por hectárea por año, mientras que en la actualidad se estima que en promedio sólo se alcanzan 18 a 20 toneladas.
Para el establecimiento de la alfalfa es necesario realizar una adecuada preparación del terreno con una cama de siembra mediante un subsoleo, seguido de un barbecho, a 30 centímetros de profundidad, continuando con un rastreo cruzado y en caso de ser necesario dar un paso rotavator.
De acuerdo con Quiroga y Faz, el buen establecimiento de la alfalfa depende en gran parte, entre otros factores, de la eficiencia de aplicación de los riegos y éstos dependen a su vez de la correcta nivelación; para el método tradicional o con rayo láser se sugiere dejar una pendiente de tres a cuatro centímetros por cada 100 metros de largo en la melga o tendida.
Mencionaron que para definir el ancho de la melga se debe considerar que la pendiente transversal del terreno no sobrepase los cuatro centímetros entre bordos y necesitan cuatro litros por segundo por cada metro de ancho de melga, sin olvidar el ancho de corte de la maquinaria que se toma como un múltiplo para poder definir el ancho final de la melga.
Para cualquiera de las dos formas de nivelación, láser o tradicional, el ancho de la melga deberá ser de 50 a 70 centímetros menor al múltiplo del ancho de corte de la maquinaria disponible, de este modo se cubre toda el área de la melga con los traslapes de la maquinaria al momento del corte. Un ejemplo es el siguiente: si el ancho del corte de la maquinaria es de 2.70 metros, la melga puede ser de 16.2 metros de ancho para que la maquinaria haga tres vueltas completas.
El largo de la melga influye en la eficiencia del riego y está determinado por el tipo de suelo; por eso se sugiere para suelos con textura ligera o mejor conocidos como arenosos, que el largo sea de 60 a 100 metros; para textura media y para textura pesada o arcillosa podrá ser de 200 o más.
Para mayor información, comunicarse a los teléfonos del Campo Experimental La Laguna (871)762-0202, o al correo electrónico [email protected]