Por Eunice Martínez Arias
El Siglo de Torreón
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El fresco del salón, contrastaba con el sofocante calor que se sentía afuera. Rudy -actual baterista del programa Otro Rollo- se encontraba ahí, terminando de instalar la batería que estaría utilizando por la tarde, ya que vino a La Laguna a impartir una clínica (o clase) para los amantes de ?la bataca?.
El ambiente era perfecto para hacer la entrevista. Sentados en dos banquitos, teniendo cables y bocinas como escenografía, Rudy Sánchez compartió algo de su ?andar? junto a su instrumento. Ayer, fue la primera ocasión que vino a esta ciudad como protagonista de un evento, ya que anteriormente había estado en Gómez Palacio y en Torreón, pero acompañando a diferentes artistas, entre ellos Luis Miguel.
?La mayor parte del tiempo de mi vida la he dedicado a tocar para cantantes como Luis Miguel, José José, Ana Gabriel, Emmanuel... Ana Gabriel fue con la última que estuve, dejé de trabajar con ella en el 94?.
-Pero, ¿cuál es el sentir de ustedes como músicos? pues todos los aplausos son para el artista... ?Nos ponemos la camiseta de ellos y si vas con Luis Miguel o con cualquier otro, el objetivo es el show. Nosotros como músicos ponemos las herramientas, conocimientos y todo lo que está a nuestro alcance para que funcione el espectáculo?, decía de manera pausada, aunque animado con la charla.
Más que nada, son los jóvenes quienes conocen más a Rudy. Desde hace dos años trabaja con Adal Ramones en Otro Rollo, y no hay semana en que el público que se encuentra en el foro, no coree su nombre.
?Otro Rollo representa algo muy distinto a lo que he hecho en el pasado, simplemente por la televisión. Cuando estoy tocando en el programa sólo toco la batería, lo disfruto como siempre y más porque sé que hay una cámara frente a mí y que atrás de ella hay millones y millones de ojos que me ven y oídos que me escuchan?, dijo.
Definitivamente, Rudy no es lo joven que aparenta en televisión; es un señor casado, con tres hijos y con toda una vida dedicado a la música. Comenzó sus estudios de batería a los 18 años, y estuvo cuatro años más estudiando en una escuela de Los Ángeles, EU.
Recuerda que fue en un ensayo del conjunto en que tocaba su hermano, cuando descubrió su gusto por la batería. Tenía como doce años, y era la primera vez que veía a alguien tocarla en vivo. Le pareció fascinante cómo la armaban con ?todos esos fierritos?, le encantó verla físicamente, pero ?cuando la empezó a tocar el cuate así -y yo a un metro de distancia- ¡olvídate!, me caí de la silla?, exclamó emocionado.
Aunque Rudy no descarta la posibilidad de volver a tocar con ?uno de los grandes?, por el momento continuará con sus clínicas de batería, en el programa Otro Rollo y con la preparación de su grabación como solista y un video con el cual los jóvenes aprenderán a tocar el instrumento. Espera que ambos proyectos salgan antes de finalizar este año.
Al ritmo de ?la bataca?
Con baquetas en mano, Rudy transmite a través de los sonidos del ?ruidoso instrumento?, sus sentimientos y emociones.
-Empezó a estudiar batería a los 18 años con diferentes métodos, casetes, libros y partituras.
-Posteriormente estudió por cuatro años en una escuela en la ciudad de Los Ángeles, pero como estar mejor preparado era su meta, siguió comprando videos y consiguiendo discos, pues recomienda a los bateristas ponerse unos audífonos al escuchar un tema y tocarlo.
-De haber sido soltero, le hubiera gustado ser el protagonista de La Pesera del Amor.
-Aunque para muchas personas, la batería es únicamente sinónimo de ruido, Rudy explicó que -ciertamente- se trata de un instrumento ruidoso, pero el músico tiene el compromiso de convertir esos sonidos agresivos en agradables, ?entonces, lejos de que una batería te moleste cuando la escuchas, la idea es que te guste el sonido y que te prenda de emoción al estar escuchándolo?.
-Ayer impartió una clínica de batería organizada por una conocida tienda de instrumentos, la cual se llevó a cabo en un salón ubicado en boulevard González de la Vega, a partir de las 19:00 horas.
FUENTE: El Siglo de Torreón
