Acaba de regresar a nuestro país, y llega con la altanería que le ha caracterizado desde el inicio de su juicio. Le echa la culpa de su encierro a ?Pedro y los palotes? y con argumentos trillados para salir bien librado. Dice: ?espero justicia?, y las personas de bien también esperan lo mismo, que se le otorgue la pena que se merece.
Se ha hablado mucho al respecto. La gente que lo ?defiende? (inconcebible a estas alturas) señala que los padres de las víctimas son los culpables por haberles permitido participar en la farándula siendo unas niñas. Suponiéndolo, sin concederlo, sabemos que en esta época es difícil controlar a los hijos adolescentes por lo siguiente:
Los medios de comunicación exponen a los artistas como un fenómeno de éxito y mega importancia, tanto en fama como en dinero. Esa información es constante y saturadora las 24 horas del día, por lo que el resultado es una deidificación de esos personajes, sobre todo entre los jóvenes.
La idea que se tiene del artista exitoso es que gana mucho dinero, viaja mucho y se la pasa muy bien siendo halagado en forma constante.
Generalmente, las personas que quieren ingresar al medio, son personas de poca cultura, que no quieren continuar estudiando porque no cuentan con la capacidad, ni económica ni académica, para hacerlo y, mucho menos, para tomar decisiones acertadas sobre su futuro.
Al parecer, los padres firmaron un papel (especie de contrato) para ?soltarles? a las hijas para que ingresaran al grupo. Pero en ningún momento ese papel mencionaba o le daba al susodicho ?patente de corso? para que las violara y embarazara.
Por ser de escasos recursos, era natural que los padres no podían tener el seguimiento de las actividades artísticas del grupo, y si lo hacían eran engañadas con argumentos falsos o con evasivas. Además de que las sacó fuera del país sin la autorización correspondiente y eso es un delito grave.
La diferencia tan grande de edad entre ?el pervertido? y las muchachitas expone claramente que ellas fueron víctimas. Estaban en una edad en que fueron fácilmente manipuladas y adoctrinadas, además de posiblemente dañadas desde el punto de vista psicológico en su desarrollo psicosexual, lo que es inconcebible e inaceptable en una persona moral y de criterio, lo que señala claramente la depravación del individuo en cuestión.
La prueba patente del daño psicológico es que de las dos subordinadas incondicionales de él una había sido su esposa y la otra su amante, y a pesar de ello, permanecían adheridas al grupo solapándole sus fechorías.
Por último, aunque todavía hay mucha tela de donde cortar, es lamentable que se le hagan reportajes y seguimiento del caso como si fuera una ?blanca palomita? , víctima del perjurio de las niñas y sus padres, y no como el hombre amoral y abusivo pervertidor de menores que ha mostrado ser. Lo bueno es que esas niñas ya crecieron y lo pueden enfrentar abiertamente señalándolo como su agresor. Ojalá y que la justicia prevalezca.
