La Habana, cuba.- La cinta cubana Suite Habana se alzó ayer con cuatro Corales, entre ellos a la mejor película y la mejor dirección, en la XXV edición del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
El jurado del Festival, encabezado por el realizador chileno Miguel Littín, otorgó el premio especial a la brasileña Carandiru, del argentino-brasileño Héctor Babenco, y distinguió, en segundo y tercer lugar, a la chilena B-Happy y la argentina Kamchatka.
La ganadora del Festival, Suite Habana, del realizador cubano Fernando Pérez, logró también los Corales -considerados los Oscar del cine latinoamericano- en las categorías de mejor banda sonora y mejor música, por el trabajo de Edesio Alejandro y Ernesto Cisneros.
El jurado quiso premiar el lenguaje innovador de la película, que describe con ternura la vida cotidiana de sus personajes.
La cinta se adjudicó además el premio Fipresci que concede la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica y el galardón como mejor cartel cinematográfico.
Pérez, un realizador curtido en documentales y con cinco filmes de ficción en su carrera, recibió el encargo de un productor español para rodar un capítulo sobre La Habana incluido en una serie de documentales destinada a las televisiones europeas.
Sin embargo, del proyecto salió Suite Habana, nominada para la candidatura a los Oscar en Cuba y aspirante a un Goya en España, un trabajo documental sin diálogos que ofrece una mirada sobre la realidad cotidiana de los habaneros alejada de los tópicos y con una profunda carga de melancolía.
Pérez, que ya tiene un premio Goya en España a la mejor película de habla hispana por La vida es silbar, señaló hoy que los Corales de este Festival son un premio compartido con el público que con tanta emoción ha visto la película.
Más allá de los premios, esta película es la que más emociones me ha reportado en mi vida, dijo.
El filme, considerado por la crítica como el trabajo más logrado de la cinematografía cubana en los últimos años, obtuvo esta semana también varios de los premios paralelos que se otorgan en el marco del festival, entre ellos el de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y una mención especial del jurado del Glauber Rocha, integrado por la prensa extranjera.
La brasileña Carandiru, de Héctor Babenco, no sólo se llevó la mención especial del jurado del Festival sino el premio a la popularidad, al ser la película más votada por el público.
La joven chilena Manuela Martelli se adjudicó el premio a la mejor interpretación femenina por su trabajo en B-Happy, del chileno Gonzalo Justiniano, que logró el segundo Coral de este año.
El tercer premio del Festival fue para Kamchatka, del argentino Marcelo Piñeyro, que fue distinguida también con el Coral al mejor guión de largometraje de ficción por la consistencia en el relato, desde la perspectiva de un niño, del drama de los desaparecidos durante la dictadura argentina.
El galardón al mejor intérprete masculino fue para el brasileño Lázaro Reus por su papel en El hombre que copiaba.
La brasileña Amarelo Manga, de Claudio Asís, se adjudicó los Corales a la mejor Opera Prima y a la mejor fotografía, por el trabajo de Walter Carvallo.
El Coral de animación fue para Más Vampiros en La Habana, la segunda entrega de la serie del realizador cubano Juan Padrón, que prepara ya una tercera parte.
En el certamen concursaron 135 películas en los géneros de ficción (cortos y largometrajes), documentales, óperas primas, animados, carteles y guiones inéditos procedentes de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Cuba, México, Nicaragua, Perú, Uruguay, Venezuela, Ecuador, Guatemala, y Puerto Rico, entre otros.
Según los organizadores, el Festival, que comenzó el pasado día dos, ha sido un éxito de público, con cerca de 300.000 espectadores. La ceremonia de entrega de los premios Coral se celebrará esta noche en el teatro Karl Marx de La Habana.
