Torreón, Coah.- La historia de la lucha libre lagunera es rica en cuanto a elementos que al paso del tiempo han dado brillo a este deporte a nivel nacional e internacional, dejando en claro que la comarca es prolífica dentro de esta disciplina, lo cual la llevó a ser parte de la época de oro del pancracio.
Elementos como el gran Hipólito “Polo” Torres, también conocido en la década de los 50’s como “El Oso Lagunero”, forman parte del cartel de grandes figuras que gracias a su dedicación y respeto por su profesión lograron encumbrarse, alternando con los grandes de su época y disputando de tú a tú la victoria a otros exponentes estelares de su época.
Llegado apenas a los diez años a Torreón, procedente de su natal Tlahualilo, Durango, Polo tuvo que trabajar desde muy pequeño en la harinera denominada Ceres-Lagunera, situada a un costado del Estadio de la Revolución, donde aún hoy en día se pueden apreciar los silos que servían para almacenar el trigo.
Ahí, de niño trabajaba cargando bultos, todo ello con el fin de ayudar a la economía de su hogar, mismo que era integrado por sus hermanos Melesio y Alberto y su mamá, la señora María Luisa Salas de Torres, quien había enviudado al morir su esposo Gerardo Torres, y se enfrentaba al gran compromiso de salir adelante con sus hijos.
Así, en medio del rudo trabajo para un niño de su edad, y sin poder acudir nunca a la escuela, Polo Torres creció en Torreón, ciudad a la que siempre ha considerado como un lugar bonito y adecuado para vivir, hasta que le entró el gusto por la lucha libre, aunque reconoce que en un tiempo le dio por jugar frontón y practicar la natación.
“Nosotros que vivimos en Torreón, estamos en la gloria de Dios, porque en otros lados siempre hay problemas como temblores, huracanes y violencia. Aquí no, pero si un día hay un temblor y se cae Torreón, no estamos preparados para esas cosas”.
La lucha libre me dio para vivir bien
Después de varias décadas de trabajo en los cuadriláteros mexicanos y de Estados Unidos, en la actualidad Polo Torres se siente afortunado de tener un buen nivel de vida, ya que durante años logró ganar bien, haciendo realidad el sueño de dar a su familia la estabilidad necesaria.
“Yo estoy muy agradecido con mi deporte, hoy tengo una casa que muchos quisieran, cuento también con mi negocio llamado el Polo Bar, pero hace años también tuve el Club Laguna, El Bristol y El Balmori, los cuales me ayudaban a atender mis hermanos Melesio y Alberto, pero al morir ellos, preferí venderlos para dedicarme a atender sólo uno”.
“Creo en Dios y la Virgen de San Juan”
“Yo soy creyente, tengo mucha fe en Dios y la Virgen de San Juan, lamentablemente muchos ya no creen, lástima por ellos. Han entrado al país bastantes sectas y religiones, incluso me han llegado algunas personas con la intención de hacerme cambiar mi religión, pero les digo que no, yo tengo muy arraigado el catolicismo y no lo cambio por nada”.
Pagó el precio de las lesiones en su época
Hace dos años, este ex gladiador debió sufrir la amputación de su pierna derecha, debido a que las lesiones sufridas en su época de luchador profesional, le cobraron finalmente la factura. Primero le habían colocado en Estados Unidos una prótesis interna en su extremidad, pero los resultados no fueron los deseados, y la funcionalidad de su pierna no fue lo esperado, de ahí que se determinara llegar a la amputación, ante lo cual hoy en día utiliza una prótesis para desplazarse y cumplir con sus labores diarias en el bar de su propiedad que tiene en el sector Alianza de esta ciudad.
“La mayoría de mis amigos ya murieron, pero en otras épocas venían a este bar elementos como Rolando Vera, Rito Romero, La Tonina Jackson y muchos otros, foráneos o de aquí”.
Entre sus grandes amigas luchadoras de la época, recordó a La Dama Enmascarada, Toña La Tapatía y Chabela Romero.
Ya no me gusta ver la lucha
“Los luchadores de ahora se han metido en dos carreras que no son las suyas, una es la de cirqueros y la otra la de payasos, por eso ya no me gusta ver la lucha; todo es muy diferente a la esencia de este deporte y pocos son de los que se salvan de la quema”.
En el caso de los “juniors”, o hijos de grandes leyendas, manifestó que ni siquiera le llama la atención verlos en acción, al considerar que hay muy poco que admirarles.
Polo Torres afirmó que a él en lo personal nunca le gustó transmitir sus conocimientos a otros elementos jóvenes, porque piensa que para ser maestro se requiere vocación, factor que él personalmente nunca tuvo.
Sus inicios en la Arena Obrero
En sus inicios, tuvo como maestros al “Chino” Chavarría, “Nato” Chavarría, Black Demon, Francisco Vitela y Joe Marín, entrenando en las instalaciones de la Arena Obrero y después en el Palacio de los Deportes.
Su debut ocurrió en 1948 en la Arena Obrera, donde Francisco Vitela hacía también el papel de empresario. Este elemento lo bautizó inicialmente como “El Pollo”, pero posteriormente fue Giraldo del Hierro, empresario del Palacio de los Deportes, el que le puso como nombre de batalla Polo Torres.
Pocas veces luchó con El Santo
“En el año de1950, Giraldo del Hierro, empresario del Palacio de los Deportes, lo mandó a Guadalajara y después a Monterrey, pasando de ahí a México para integrarse a Televicentro, donde tuvo la oportunidad de alternar con grandes figuras de ese tiempo, aunque con otros no lo hizo por pertenecer a la Empresa Mexicana de Lucha Libre, ya que no se podían presentar juntos.
En una de las pocas ocasiones que enfrentó a El Santo, lo hizo en la Arena México, donde junto con Blue Demon y Joe Grant, se midió a El Santo, El Enfermero y Médico Asesino.
“Se ganaba bien en ese tiempo, un estelar que se presentaba en la Plaza de Toros Torreón o en el Palacio de los Deportes, ganaba hasta $500.00, pero entonces sí valía el dinero, ahora ya no. En las arenas de la capital del país las cosas eran mucho mejores, pero nos iba mejor cuando íbamos a Estados Unidos, allá se ganaba en dólares.
En Estados Unidos este luchador lagunero realizó grandes campañas, quedando para la historia su primera gira, la cual duró más de cuatro meses, lapso en el que no sufrió ninguna derrota, dejando una gran impresión en las arenas de ese país.
A la Comisión sólo le interesan los centavos
Cuestionado sobre el papel de la Comisión de Box y Lucha Libre en Torreón, prefirió no dar su punto de vista, aunque tras pensarlo unos segundos, dijo que se trata de un organismo en el que finalmente lo que manda es el dinero. “Ellos lo que quieren son los centavos, con dinero cualquiera es luchador o empresario”.
Joe Marín, su gran amigo
Las lesiones son la ganancia que nos dejó la lucha libre, Joe Marín está también enfermo de sus piernas, de vez en cuando le hablo por teléfono para saludarlo y platicar. La última vez que me comuniqué con él, le dije: ‘Oye me hablaron aquéllos (Rito Romero y Rolando Vera, ya fallecidos), y me dijeron que estamos programados para luchar allá’. Él se rió y me dijo: ‘Diles que sí, pero aún no les des fecha”‘.