El arte del papel picado tuvo una gran importancia como ornamento entre el pueblo mexicano y se arraigó como parte de la cultura nacional, no obstante su origen chino y con el paso del tiempo ha desaparecido de las festividades, al menos como tradición artesanal, señaló la investigadora Queren Apuc de Roo Flores.
De Roo Flores desarrolla el proyecto El Papel Picado, con el fin de recuperar esa manifestación cultural de llevar a las comunidades de Michoacán la técnica para su elaboración y de recuperarlo como parte de la idiosincracia y de la fiesta nacional.
Dijo que su objetivo es que la gente retome esta manifestación artística y vuelva a adornar las calles de sus peublos durante sus fiestas y, que se pueda convertir en una fuente de ingresos económicos.
Recordó que se desea que la gente retome aquellos tiempos en que las familias o amigos se reunían a picar el papel de china para una boda, fiesta de cumpleaños o las ceremonias cívicas o religiosas.
Según la fuente, esa costumbre, con el paso del tiempo se ha ido perdiendo porque “ahora es más fácil, en los lugares donde se utilizaba el papel picado, adquirirlo a menos precio porque está elaborado industrialmente’’.
Comentó que las posibilidades creativas del papel picado son infinitas, porque más allá de la técnica de elaboración, se puede colgar como adorno, convertido en banderitas, en centro o tapetes de mesa, pantallas para lámparas, en separador de libros, o en tarjetas de bienvenida.
A pesar de que el papel picado artesanal ha sido desplazado por la fabricación industrial, Queren comentó que una máquina sólo puede reproducir un dibujo 100 o 500 veces, por lo que siempre será exactamente igual, y por lo tanto es un objeto impersonal, a diferencia del picado a mano que convierte cada diseño en único. Queren promueve la técnica de elaboración, pero aclaró que la habilidad manual y artística depende de cada persona.