El origen de la Catedral de Nuestra Señora del Carmen recordará siempre la gran labor misionera que realizaron los padres Carmelitas durante su estancia por Torreón; ellos fueron los fundadores de este recinto religioso.
Fue Domingo Pitarch Rico, sacerdote Carmelita, el primer párroco de la Catedral de Nuestra Señora del Carmen.
Con el levantamiento de la Diócesis de Torreón, esta parroquia quedó como Catedral -que es lugar propio del señor Obispo- desde el 19 de abril de 1958; es aquí donse se encuentra su cátedra o sede, pero decir cátedra es la palabra oficial, de ahí viene la palabra “catedral”.
La cátedra es esa silla majestuosa en la cual se sienta el Obispo, es su símbolo como maestro en su respectiva Diócesis, en donde sólo existe una catedral que es la iglesia del pueblo, y recinto de grandes celebraciones diocesanas, tales como las de Navidad y Pascua, confirmaciones y varias más.
Su historia
En el año de 1910 llegaron a Torreón los padres Carmelitas para participar en obras misioneras, debido a la excelente labor que realizaron en la etapa de su gestión, el entonces señor Obispo de Saltillo, don Jesús María Echavarría, pidió al jefe de ellos, Domingo Pitarch, que vinieran a radicar a esta ciudad.
Fue en 1912 que los Carmelitas se cambiaron a Torreón. En un principio, se instalaron en un domicilio ubicado frente al Mercado Villa. La iniciativa del levantamiento de la parroquia del Carmen, hoy Catedral, se debió al señor obispo Echavarría.
En 1916, los Carmelitas comenzaron las actividades religiosas de bautizos y bodas; en ese tiempo dependían de la parroquia de Guadalupe y fue hasta mayo de 1920 que se independizaron, porque se instituyó la parroquia del Carmen, de la cual fungió como primer párroco Domingo Pitarch Rico.
Pitarch Rico duró como encargado de la parroquia del Carmen hasta 1926, año en que tuvieron que cerrar las iglesias de toda la Republica Mexicana por la persecución del presidente Plutarco Elías Calles. Las actividades se reanudarían tres años después.
Entonces, la orden de los Carmelitas ya no era la responsable de la parroquia, sino los Diocesanos; enseguida vinieron los sacerdotes Jesuitas a hacerse cargo hasta 1960, pero después regresan los Diocesanos, quienes actualmente están a cargo de la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, siendo Monseñor Francisco Castillo Santana, su párroco, además de ser Vicario general de la Diócesis de Torreón.
