Guillermo Fadanelli presentó Lodo, su más reciente libro, en el Centro de las Artes de esta ciudad
TORREÓN, COAH.- Dice que ya no tiene edad para ser futbolista o estrella de rock, y por eso es escritor. También afirma que es un pesimista, pues sólo basta con salir a la calle para darse cuenta de la realidad. Y aunque muchos lo han considerado dentro del movimiento underground, él prefiere ser un escritor sin adjetivos. Así es Guillermo Fadanelli.
El autor de obras como Más Alemán que Hitler y La Otra Cara de Rock Hudson, presentó su más reciente publicación, Lodo, en el Centro de las Artes del Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna, ayer por la noche. Los comentarios estuvieron a cargo de Jaime Muñoz Vargas y Daniel Hernández.
En entrevista, Fadanelli habló acerca de este nuevo libro que mucho se ha dicho, marca la diferencia con respecto a sus anteriores textos, tanto en protagonistas y escenarios como en la forma en que se narra la historia.
“En mis novelas anteriores la ciudad y sus habitantes eran el tema principal, la orfandad del habitante de la gran urbe, el hombre solitario que vive en la ciudad sin rostro y sin una ética común. Había mucho de angustia y de crítica moral hacia la Ciudad de México, que ha sido el lugar donde he vivido toda mi vida, y en esta novela no”.
Por el contrario, Lodo se centra en un personaje que se da cuenta que las ideas no matan las pasiones, “que la pasión siempre domina o avasalla el argumento, que nuestras intuiciones a pesar de que leamos libros y seamos críticos y reflexivos, siempre arrasan a nuestras razones”. También cambió, pues ya no hay amargura, ese tono distante y sarcástico.
Benito Torrentera es el protagonista de la historia, quien posee un sentido del humor que puede hacer reír y reflexionar al lector al mismo tiempo, según el autor.
-¿Qué hay de Fadanelli en Benito Torrentera? –“Yo creo que ambos somos lectores y amantes de la filosofía, pero no filósofos. Somos hedonistas; nos gusta el brandy español. Tenemos una debilidad hacia una cultura ecléctica; somos titubeantes, dudamos de todas nuestras afirmaciones y estamos seducidos por el universo femenino, y hay algo de pesimismo en el escritor y en el personaje.
Ese pesimismo al que se refiere Guillermo, de alguna manera es una “estratagema precautoria”, una barrera y una manera de defenderse del mundo. Y para el escritor, funciona como un principio de vida.
Aunque en realidad llevaría otro título, Lodo fue finalmente el nombre elegido, y es la historia de un viejo filósofo moralista que se enamora de una joven de 25 años, que es lo contrario a él, pues derrocha alegría y ganas de vivir, mismas que le contagia.
¿Si te identificas con Torrentera, eso quiere decir que también eres un moralista? -“Creo que todos los hombres lo somos, algunos en menor medida que otros, y la única manera de no ser moralista es escribir sobre cosas que no nos interesan. Yo creo que el lenguaje está construido de premisas morales, e incluso es una moral en sí mismo. No soy autoritario. No soy tampoco partidario de imponer una moral universal, no creo que todos los hombres debamos compartir las mismas ideas, creo más en el cultivo de las diferencias que en el cultivo de las semejanzas, entonces en ese sentido un moralista como yo es inofensivo, puesto que no forma parte de ningún partido, no soy líder o pastor de una religión, sino que utilizo la moral o el juicio moral para tratar de ubicarme frente al mundo para tener un lugar”.
Para el escritor, Lodo es una novela que “tiene cierta relación con el ensayo, pero sin entrar descaradamente en él, es una obra a partir de la que intento reflexionar acerca de mi propia vida, sirviéndome de un personaje diez años mayor que yo. Es una novela de ideas, pero también es un pretexto para dar mis opiniones acerca del mundo que me rodea”.
Pero además, hay amor en Lodo: “Hay una relación amorosa, pero es una relación en la que Torrentera ha perdido de antemano, puesto que sabe que la pasión que siente por esta mujer no puede contenerse y que ella lo sabe y lo hará sufrir; entonces es una relación un tanto extraña, yo digo que es amorosa, aunque no precisamente convencional”, señala Fadanelli.
¿Porqué dirías que hay que leer Lodo? –“Yo no recomendaría que leyeran Lodo, les diría que lo compren para que me lleguen las regalías (risas), ya si lo leen o no, pues bueno; con 20 páginas que lean me conformo, eso les digo a mis amigos. En realidad hay tanta oferta de libros, hay tantos escritores y tan pocos lectores, no se sabe porque llega uno a un libro.
Sin calificativos
La crítica ha encasillado a Guillermo Fadanelli como un escritor underground, ya por su interés en las expresiones subterráneas del arte, o por su atracción por los personajes marginales, lo excéntrico, lo periférico, lo sucio, lo que no tiene lugar.
Sin embargo, a él no le gustan los adjetivos: “Soy un escritor común y corriente que escribe novelas porque ya no puede ser futbolista o estrella de rock, y mis opiniones son humildes.
En una época como la que se vive actualmente, Fadanelli considera una opción el refugiarse en la literatura. Pero a la vez, es una contradicción porque hay tantos escritores que escriben constantemente, y tan pocos lectores.
¿Tiene algún sentido continuar escribiendo? –“ Un sentido estrictamente personal. Creo que lo tiene, en realidad es una pregunta difícil porque cuestiona de entrada tu propio oficio, qué caso tiene escribir si careces de un público lector potencial. La escritura es un acto de soledad porque estás solo frente a la computadora, pero por supuesto que es también un acto de relación con tu sociedad en el momento en el que a través de tu escritura estás poniendo en marcha esa infinita mecánica del lenguaje, entonces creo que si tiene sentido seguir escribiendo.
Actualmente, Guillermo Fadanelli está preparando una historia acerca de la relación de un niño y su abuelo que es escritor, situada en una época en la que la literatura ya no tiene ningún sentido.
¿Será posible que la literatura pierda algún día el sentido? -“Yo creo que siempre tendrá sentido lo único es que no estará en auge; no será consumida por las grandes masas, de hecho nunca lo ha sido pero en una época como ésta menos. Estamos cada vez más seducidos por la imagen, por lo presente, por lo efímero, le tememos a la memoria y los libros son precisamente un objeto de ésta.
MÁXIMAS DE VIDA...
Guillermo Fadanelli acostumbra usar muchas frases célebres, dichas por personajes de la historia y de la literatura universal, a las que considera casi como máximas de vida.
-“Nunca te irá tan mal, que no te puede ir peor”, Echenike, escritor peruano.
-“Uno tiene la edad de la mujer que ama”, Grouch Marx.
“Cada vez que alguien está de acuerdo conmigo, siento que no tengo razón”, André Gide.
“Siempre hay algo de farsante en aquel que triunfa o que tiene éxito”, Fioram, filósofo romano.
FUENTE: Investigación El Siglo de Torreón
EN SUS PALABRAS...
Guillermo Fadanelli empezó a escribir a los 14 años para conquistar a su vecina Silvia, cosa que le resultó por lo que ha dedicado su vida a escribir libros a los que define:
-“Más Alemán que Hitler es un conjunto de relatos no precisamente eróticos, aunque podrían ser calificados como tales; más bien son relatos de orfandad sexual y amorosa, de un hedonismo casi militar”.
-“La Otra Cara de Rock Hudson y como Te Veré en el Desayuno, son historias sobre personajes estrictamente mediocres, habitantes de la ciudad, sombras”.
-“Mis primeros libros como Terlenka, El Día que la Vea la Voy a Matar o Barracuda, son también relatos juveniles en los que intentaba romper con la literatura, intentaba desligarme, llevar al límite la posibilidad del regaño, del sarcasmo, de la burla”.
-“Clarisa ya Tiene un Muerto, que se publicó en España, es un conjunto de personajes que vagan en una ciudad que se ha convertido para ellos en una especie de purgatorio”.
-“Para ella Todo Suena a Frank Purcell es la historia de una niña rica que se dedica al reventón, y a la orgía”.
FUENTE: Investigación El Siglo de Torreón
