El reflejo nauseoso en un mecanismo básico de protección fisiológica que se activa cuando un cuerpo extraño estimula la parte posterior bucofaríngea.
En algunas ocasiones encontramos pacientes en los que al querer iniciar un tratamiento dental, al menor contacto de cualquier instrumento con su cavidad oral, le provoca un reflejo de náusea. Esta problemática se exacerba sobre todo cuando el paciente se siente angustiado o ansioso, especialmente si se relaciona con la falta de respiración.
Cuando el odontólogo trata pacientes con este problema, la desensibilización a esta sensación, se manejará como un proceso de reaprendizaje, en el cual, se le explicará al paciente, qué mecanismos puede usar para tratar de evitar el sentir esta sensación indeseable.
Durante la elaboración de la histórica clínica de estos pacientes, es importante indagar, si sufrió algún episodio en el que hubiera presentado problemas respiratorios que le hayan causado temor, investigar si durante la infancia sufrió problemas de ahogamiento, sofocación o asfixia, y valorar si a consecuencia de éstos, desencadenó la ansiedad excesiva que ahora experimenta al sentir algún cuerpo extraño dentro de la boca. Estos pacientes pueden percibir como una amenaza la incapacidad para respirar y la náusea se convierte en un mecanismo de defensa.
La terapéutica a seguir en estos pacientes, podría ser: como primer paso, disminuir la ansiedad, dándole la información pertinente, para que pueda entender mejor su propia respuesta.
Enseñarle a respirar por la nariz, haciendo que sienta confianza, en que es capaz de mantener una ventilación normal y constante, aunque se esté manipulando dentro de su boca.
También en el caso de necesitar tomar alguna radiografía o realizar un examen bucal breve en estos pacientes, puede ser de gran ayuda, distraer su atención pidiéndole que fije su vista hacia un objeto o punto determinado.
En pacientes que presentan de una manera muy intensa este tipo de problema, será necesario una terapia conductual diferente.
Podría también ser útil, el uso de ansiolíticos, así como el uso de la sedación por vía inhalatoria con óxido nitroso.
“Es la prevención, nuestra mayor preocupación”.
¡Hasta la próxima!